Por Diego Montejo | prensamontejo@yahoo.com.ar
Fotos: Gentileza Familia Zenón y Fundación Memoria del Chamamé

Su canción Mate Cocido tiene una versión en árabe
En la puerta de su casa en Barrio Belgrano en Rosario, donde figura la dirección, hay atornillado un mapa de la provincia de Corrientes. Es un galardón que le entregaron hace más de cuarenta años. “Lo puse acá para que sepan que este es territorio de correntinos”, dice Nélida Argentina Zenón con orgullo.
Esta luchadora y difusora de la lengua guaraní, es también compositora, cantante e instrumentista del género chamamecero, tiene en su haber una infinidad de trabajos publicados en cassettes, discos de vinilo y discos compactos, desde la década del 60´ hasta la actualidad. Sus obras musicales están divididas entre composiciones propias e interpretaciones de grandes maestros como Osvaldo Sosa Cordero. Antonio Gil y Mate Cocido (canción que cuenta la historia del bandido Mate Cosido) son sus temas más populares con los que suele arrancar aplausos en cada una de sus presentaciones.
En plena cuarentena, Nélida sigue con sus actividades. Hace menos de un mes cumplió 82 años, pero eso no le importa ni la detiene: “Estoy trasmitiendo mi programa desde mi casa, guardada desde el primer día del aislamiento. Si no me dicen cuantos años tengo no me doy cuenta, sigo viviendo como siempre. Igual ahora hay que cuidarse, no exponerse”. Su programa que lleva más de cincuenta años al aire, comenzó en Radio Nacional, para pasar hace cinco a DBN Nacional 103.1, una emisora de la zona oeste de la ciudad de Rosario.
“En Radio Nacional Rosario no estoy hace algunos años porque, durante el gobierno anterior, cambiaron los criterios y no me renovaron el contrato. La cuestión no fue solamente conmigo, sino con todos los que éramos productores independientes, entonces me tuve que ir con mi producto a otra parte. Bueno… aquí seguirnos caminando”, relata. Y agrega, sobre su llegada a Radio Nacional en la década del 70′: “Yo entré cobrando un sueldo, después cambiaron los sistemas y me tuve que hacer productora independiente. Soy un bicho de radio, por eso casi no se me conoce el rostro, pero sí la voz. Comencé desde muy chica, en LT6 Radio Goya de Corrientes, apenas se inauguró me llamaron. Yo vivía en Gobernador Martínez, un pueblo que esta apenas a 50 kilómetros de la ciudad de Goya”.

Nélida junto a Antonio Tarragó Ross
La mejor manera que Nélida tiene de expresar lo que siente es cantando y contando los mitos y leyendas de su tierra y lo hace en Yopará, una mezcla entre castellano y guaraní que suele ser muy utilizado en el litoral y Paraguay. Los peones golondrinas que conoció durante su infancia en la arrocera de su padre fueron parte de su enseñanza. Posteriormente, junto a Monchito Merlo les dedicó una canción (Peón golondrina, 1987). Entre mateadas, churrascos y ollas negras quemadas al caluroso rescoldo con guiso carrero, aprendió de ellos el arte de lo popular, de las glosas y las historias camperas. Absorbiendo también las obras de Mario del Tránsito Cocomarola, Antonio Tarragó Ros, Mauricio Valenzuela y Emilio Chamorro, a las que convirtió es su vida misma. “Yo soy una trovadora rural. Canto el chamamé auténtico, no utilizo rebusques vocales. Sólo soy una simple artista que tiene la dicha de contar historias de su pueblo. En mis recitales converso con el público y canto por igual. Como cualquier mujer lo hace en su casa mientras cocina o lava la ropa”.
Su padre fue don Pedro Zenón, a quien le dedicó la canción una canción (Al viejo Pedro). Impulsor de su carrera musical, desde niña la envió a estudiar guitarra y canto. El primer chamamé que cantó fue Naranjerita de Osvaldo Sosa Cordero, en la escuela primaria 55 de su pueblo Gobernador Martínez, en un acto del 25 de Mayo, tenía sólo 11 años. “Yo salía de un canasto de naranjas y cantaba”, recuerda. Pedro era dueño del almacén de ramos generales del pueblo, además regenteaba plantaciones de arroz en las márgenes del río Santa Lucía. Era un hombre de temple fuerte y pocas palabras, admirador del silencio, pero contundente en cada cosa que decía. Ya con un recorrido musical a cuestas y gozando de un reconocimiento, Nélida le consultó sobre una sugerencia que le hacían quienes se encargaban de promocionarla. “Me querían cambiar el nombre, ponerme un seudónimo, pero mi padre me dijo: ¨Vos vas a ser Nélida Argentina Zenón como yo¨. Es ahí cuando supo la importancia de llevar ese apellido con distinción, de ser ella misma, sin ataduras ni prejuicios y, por sobre todas las cosas, haciendo lo que tenía que hacer.

Otras de sus compsiciones: El Aguarribay, Abuela Conche, Mi Noche y Soledad Provincia
¿Cómo fue su llegada a Rosario y por qué se quedó?
Vine a vivir a la casa de una de las Wilkis, que era un grupo de niñas cantoras. A lo de Graciela Giménez Rébora por calle Rioja a la vuelta de LT8. Después un día en LT3 en 1966 conocí a Rodolfo Ariza, uno de los locutores de esa Radio, con quien después me casé, formé una familia y estuvimos juntos hasta su muerte. Hoy tengo hijos y nietos y esta ciudad se convirtió en mi casa. Cuando llegué cantaba una de mis canciones emblema, Mate cocido, más un repertorio tradicional de mi región. Desde muy chica canto y toco la guitarra, me presentaba en los clubes de todos los pueblos de la zona. Eso hizo que me tuviesen en cuenta en la radio. Lo mío fue de pura audacia, pero veo que tan mal no me fue, porque después cuando vine a Rosario seguí con este trabajo.
Igual su llegada a la ciudad fue un acto fortuito, ¿fue Lázaro Flury fue quién se lo sugirió?
Sí, don Lázaro (Flury) que me había visto en Cosquín me invitó a un festival que se hacía en su pueblo (San Jorge). Después me propuso contactarme con Roberto Amoreli, un representante de Rosario, para hacer un ciclo en LT8. Es así como llegué a Rosario. Yo no conocía Rosario, Amoreli me fue a esperar a la estación. Bajé del colectivo con mi valija de cartón y mi guitarra, al otro día ya estaba firmando el contrato en la radio. En ese tiempo las radios pagaban sueldos a los artistas. En principio, la contratación era por un mes, pero me fueron renovando y llegué a trabajar un año. Después me encontré con Ramón Merlo que me llevó a trabajar, primero al Cañonazo, y después a su rancho donde integré su embajada. En esas épocas era todo un éxito porque el frigorífico Swift tenía muchos obreros correntinos y de otras provincias del litoral que estaban habidos por bailar y escuchar su música.
Hasta hoy, usted considera una injusticia de Cosquín hacia su persona al no considerarla una de las ganadoras del certamen. Se dice que hubo usurpación de premio y que Jovita Díaz se autoproclamo la ganadora en el rubro que usted había ganado lealmente
Sí, yo fui en el 64´participar con la Delegación de Corrientes. El premio que me otorgaron era muy interesante. Entonces, con esa distinción, volví a mi pueblo y seguí cantando en la zona y no me llamó nadie de ninguna productora importante de Buenos Aires como si le sucedió a otros integrantes, tal es así que ese año también ganó Luis Landrisina por la Delegación de Chaco.

En Cosquín, 1964
Después, como a los seis meses, recibí una carta don Lázaro Flury (escritor e investigador de folclore), personalidad muy respetada en el ambiente que también formaba parte del jurado de Cosquín que fue testigo presencial que yo había sido verdaderamente la ganadora. Cosquín difundía a otra señora. Yo me quedé esperando en mi pueblo que me llamen, don Lázaro consideró una injusticia lo que habían hecho conmigo y por eso me llamó y me lo hizo saber.
¿Qué representa para usted la figura de Antonio Gil, más conocido como el Gachito Gil?
Muchos se atragantan cuando ven la imagen del Gaucho Antonio Gil porque es la fe del pueblo. En mi última actuación en el Festival del Chamamé salí al escenario con la bandera roja federal. Eso a muchos no le gustó, es fuerte salir con esa bandera, pero es la bandera del gauchito. Sobre el tema dedicado al Gauchito Gil, lo conocí hace 30 años. Investigando, encontré en una revista el recitado y en otra la canción, ambas bajo la autoría del poeta Julián Zini. Se me ocurrió combinar ambas para tener una obra integral que exprese toda su vida. Así fue como le propuse a Toto Semhan que recitara, mientras yo cantaba. La canción fue grabada en un cassette y después nuestro productor se la ofreció a las personas encargadas del santuario de Mercedes. Al principio fueron mil copias, en pocos días ya eran tres mil. Así nos volvimos conocidos y sin quererlo.
Y Nélida no para. Su nuevo trabajo discográfico se llama Después de los Ochenta en Familia y fue presentado el año pasado. Cuenta con 20 temas y entre las grabaciones más importantes están sus éxitos de siempre. También fueron invitados a expresar su voz artistas como Gerardo Bond, Marcia Muller, Francisco Vallejo, “Toto” Meza y Gastón Ruiz, entre otros.
GRACIAS EN NOMBRE DE LOS ADMIRADORES DE LA ZENON
Interesante su relato.suerte
Bello comentario
Melisa se lo merece
👏👏👏👏