El guitarrista y compositor brasilero vuelve a la Argentina, donde brindará un único concierto en formato solista con su guitarra de siete cuerdas. “Extrañaba mucho volver”, aseguró.


Yamandú Costa es considerado un revolucionario de la guitarra y uno de los más grandes fenómenos de la música brasilera de todos los tiempos. Con su singular guitarra de siete cuerdas mezcla su espíritu creativo con la música clásica brasilera y los ritmos populares del choro, la bossa nova o el samba, y también de las milongas, tangos, zambas y el chamamé. Embajador de la música latinoamericana en el mundo, las melodías y los acordes que brotan de la guitarra de Yamandú poseen un vuelo sonoro que remite a las más profundas raíces de su continente y que, a partir de una propuesta musical intimista, despliega su increíble desempeño instrumental de forma apasionada. Dicha capacidad interpretativa se pone de manifiesto en cada uno de sus álbumes, y por ello fue reconocido en 2021 con el Latin Grammy a Mejor Álbum Instrumental por Bachianinha: Toquinho e Yamandú Costa (Live at Rio Montreux Jazz Festival).

A pesar de su juventud –tiene apenas 44 años-, Yamandú ha tenido una larga trayectoria. Nació en Passo Fundo, una localidad del interior de Rio Grande do Sul, en el seno de una familia de músicos. A los 5 años debutó en un escenario cantando; a los 6 su padre le obsequió su primer guitarra. A los 21 obtuvo el Premio Visa Instrumental, por entonces el mayor reconocimiento de la música brasilera, el cual le permitió grabar su primer álbum solista al que denominó simplemente Yamandú. A partir de entonces realizó un fructífero recorrido musical grabando varios álbumes en solitario o en colaboración y realizando innumerables conciertos en Brasil o en el extranjero.

En el reciente 2023 Yamandú editó tres álbumes de su prolífica carrera discográfica: Encontro das Águas; Youtube Sessions y De Vida y Vuelta. Su última aparición fonográfica fue el álbum Helping Hands, realizado en pandemia y editado en 2024, junto a la guitarrista y compositora frranco-venezolana Elodie Bouny, con quien estuvo casado durante 16 años. Ambos desarrollaron una exquisita placa que mezcla dos escuelas: la guitarra clásica y la guitarra popular.

El eximio músico brasilero se presentará el próximo viernes 19 de abril en el Centro Cultural Konex de la ciudad de Buenos Aires (Sarmiento 3131), a las 19:30. Las entradas se pueden adquirir en el sitio del Konex.

 

– ¿Con qué nos vamos a encontrar en el concierto que darás en Argentina?

– Se van a encontrar con un músico que extrañaba mucho volver a Argentina después de, no sé, casi cuatro o cinco años. Volver a Buenos Aires, ¿no? Porque estuve hace poco tiempo en Corrientes, en la Fiesta Nacional del Chamamé, pero en la capital hacía bastante tiempo que no actuaba… Desde antes de la pandemia. Voy a llevar un poco del repertorio que creé en este tiempo de ocio que estuvimos presos en la casa, con toda esta locura que vivimos. Serán dos sesiones con composiciones nuevas que presentaré con mucho cariño y con mucha alegría de poder volver a este querido país que considero como mi segunda casa.

– Recorriste el mundo como embajador de la música brasilera y latinoamericana ¿Qué podés contarme sobre esa experiencia y sobre la recepción de los diversos públicos?

– Bueno, en verdad a mí me gusta mucho esta posibilidad de no solamente llevar la música de Brasil, sino la música latinoamericana, porque yo vengo de una formación con muchas influencias. Me crie escuchando mucho folklore argentino, uruguayo, paraguayo, y poder llevar un poco de estos sabores para el mundo, no solamente los estereotipos de Brasil, es un gusto muy grande. Es una experiencia muy interesante la de encontrarse con los diversos públicos que me reciben. Poder viajar por el mundo es una experiencia única y muy profunda. Yo agradezco todos los días la posibilidad de estar conociendo gente y lugares distintos por el mundo.

«Me siento bastante argentino dentro de mi corazón». Fotos: R. Lopes

– Contame un poco de tu historia ¿Cómo fueron tus primeros pasos con la música y en especial con la guitarra?

– Yo me crie en una familia de músicos. Mi papá era guitarrista y mi mamá cantante. Teníamos un grupo musical. Entonces, para mí la vida siempre fue llena de música por todas las partes de la familia.

– ¿Recordás qué fue lo primero que interpretaste y lo primero que compusiste?

– Me acuerdo que la primera composición que toqué fue un vals que se llama Desde el alma, con mi papá, y también Milonguero del ayer, que es una milonga de Fleury, una milonga uruguaya y la primera música que compuse fue de muy jovencito. Yo miraba los dibujos animados y sacaba el volumen de la tele y hacía la banda sonora para los para los dibujos de Disney, por ejemplo. No me acuerdo, en verdad, cuál fue la primera composición. Fue hace mucho tiempo. Componer, para quienes somos de la escuela popular, es algo muy importante y no hace más que desarrollar tu técnica y tu excelencia musical. Hay que componer, hay que tener tu propia música.

Influenciado por la música de gran compositor porto-alegrense Radamés Gnattali, a quien Yamandú considera como maestro de maestros dentro del lenguaje de la música popular brasilera, empezó a estudiar a otros músicos brasileros como Baden Powell de Aquino, Tom Jobim y Raphael Rabello. Con tan solo 16 años actuó por primera vez en São Paulo, en el Circuito Cultural Banco do Brasil. Desde entonces pasó a ser reconocido como músico revelación de la guitarra brasilera.

– ¿Qué representó la música de Radamés Gnattali para vos? ¿Qué otros referentes han sido fundamentales?

– Para mí, su música fue muy importante porque me sacó los paradigmas. Un compositor igualmente de la música popular y de la música de concierto. Entonces, fue mi aproximación de alguna manera con la música de concierto, una música más culta, un poco más técnica desde algún punto de vista. Para mí fue muy importante, un compositor que es una influencia enorme en mi formación.

– Tu música sintetiza lo académico con lo popular ¿Cómo se logra eso? ¿Por dónde va tu búsqueda musical en la actualidad?

– Yo en verdad soy un músico popular, no estudié en conservatorios y nada de eso, entonces soy un músico en plena formación. Digo que en el arte de tocar no hay un punto de llegada, es siempre procurar y siempre mejorar. Los lugares a los que llegas, las personas que conoces, las situaciones, las circunstancias van haciendo que tú puedas formar tu forma de sentir y tocar la música.

– ¿Cómo es tu relación con Argentina y con su música?

– Yo siento Argentina como mi segundo país. Yo nací y me crie en el sur de Brasil y escuché mucho más música argentina en mi niñez, en mi infancia, que música brasilera, entonces la música brasileña al final la conocí un poco después cuando ya tenía 14, 15 años y empecé a escuchar un poco de bossa nova, a Baden Powell, a Raphael Rabello, pero antes de eso fue todo el folklore argentino: el chamamé, la zamba, las chacareras. Entonces, cuando llego a la Argentina para mí es como volver a mi casa, y poder llevar todas estas influencias que tengo de la música argentina para mí es un honor. Me siento bastante argentino dentro de mi corazón.

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