El cantautor y activista trans nacido en Córdoba y radicado en Buenos Aires, estrenó su celebrado EP Otrx apenas comenzada la cuarentena, donde participan Micaela Vita y Brenda Martin.

Por Pao De Senzi | paodesenzi@gmail.com

Fotos: Nuria Tomasevich


“Siempre te canto que puedo volar” dice Valen Bonetto en el tema Ahora de su flamante segundo disco, Otrx. El cantautor y activista trans, lanzó este puñado de bellas canciones, todas de su autoría, justo cuando la cuarentena acababa de estrenarse en la Argentina, en marzo del 2020.

“Mañana hace un año que salió el disco, -reflexiona desde Buenos Aires,  donde vive desde hace tres años-. Haber salido en este contexto en algún modo estuvo bueno porque la gente tuvo tiempo de escuchar y prestar más atención al disco. Más allá de que fue un bajón no haber podido tocar en vivo, tuvo otras cosas buenas.” 

A modo de presentación -aunque ya anduvo un largo camino dentro de la música a pesar de sus jóvenes 24 años- podemos decir que Valen nació en Laguna Larga, Córdoba en el seno de una familia ligada a la música, a la militancia y el compromiso. Es importante el dato, porque ha marcado a fuego, no solo en la vida sino en la carrera, a este joven que hoy se mueve dentro del ambiente de la música popular cómodamente.

Inspirado en la lucha de H.I.J.O.S. y Abuelas, comenzó a entender «la identidad como algo político, como algo que se construye colectivamente», dice Valen Bonetto.

Su paso por el rock, tomó forma de disco en plena adolescencia y rebeldía.  Formó y lideró el grupo rockero Tres el par perfecto. Luego, el camino lo llevó a interactuar con músicos de Córdoba como sesionista (fue parte de la banda Chévere). Compartió escenario con Eruca Sativa, Duratierra y Mica Farías Gómez, entre otros. Previo a su desembarco en Buenos Aires, en el año 2018 hizo una gira europea con una Compañía de Tango y Folklore. El disco Otrx se sumó a esa llegada a la gran ciudad y a su definitiva inclusión en el ambiente. La pandemia le dio visibilidad a su impronta militante, que se despertó en su adolescencia en un evento particular.

V.B.: En casa siempre estuvo muy presente la palabra y la política en general, sobre todo a partir del 2005, se recuperó la discusión en la mesa, y hubo un momento que a mí me marcó mucho, que fue un 24 de marzo, cuando fui a La Perla (ex centro de detención clandestino, hoy Espacio de la Memoria, en Córdoba) con mis padres. Ahora es un museo y tiene un espacio verde muy hermoso en donde hace unos años se hacían conciertos. Ese día tocaba Liliana Felipe y conocer la historia de la mano de ella, de la gente de H.I.J.O.S., fue algo que me movilizó mucho y que tiempo después pude entender que había algo de la identidad que me estaba interpelando en ese momento y a lo que le pude poner nombre y fue eso creo: el empezar a aprender la identidad como algo político, como algo que se construye colectivamente. Así que ese fue un día especial y disparó otra etapa en mi vida, en casa se habló mucho de la lucha de las Abuelas, fue algo que siempre estuvo muy presente, así que eso me marcó un montón pudiendo poner palabras después y entendiendo en profundidad lo que significó también. Así que creo que ese fue un momento muy bisagra para mí. 

– Y las canciones y la palabra de Liliana Felipe también te pegó fuerte…

– Claro, era una mujer, y si bien en mi familia son todos músicos, yo no tenía tanto contacto con mujeres músicas que trabajaran desde este contexto y a eso fue que le pude poner palabras mucho después.

– Las canciones de Otrx, hablan de vos y de tu compromiso. ¿De qué época datan esas letras?

– La mayoría son previas al disco, 2019. Las grabamos en ese año; hay un solo tema que es Comadre, que tiene mucho más tiempo, había más canciones pero también dependía del tiempo que teníamos para grabar. Y fue algo de la representatividad del contexto histórico que estábamos viviendo. De compartir de alguna manera la visión política, social mía como músico. Busqué qué era lo más sincero que podía hacer y son esas canciones.  

Tal como dice Valen, las canciones de Otrx, hablan de esa esencia y también, el contexto en el que está inmerso. Musicalmente, el disco fluye entre el género folklórico, el rock y la canción de autor. Participan como invitadas, Micaela Vita, de Duratierra y Brenda Martin, de Eruca Sativa, poniendo coros y voz en el tema Comadre la primera, y el bajo en Ahora, la segunda. La producción corrió por cuenta de Valen Bonetto junto con la talentosa cordobesa Marian Pellegrino, y el hermano de Valen, Juan Bonetto, aportó también voces en los coros. Martín Campissi aportó cajón flamenco, accesorios y coros. 

– Más allá del disco, estuviste muy activo vos con tu palabra en la cuarentena. Y tus seguidores lo celebran. 

 Siempre me encargué de estar presente en cosas que tenían que ver con la movida del colectivo, como ser parte de Operación Bagallo siempre intenté que todo tuviera un marco militante, político y activista.  Yo soy una persona privilegiada por tener techo y una casa calentita en la cuarentena, mientras muchos de los compañeres no pudieron tener. Me cuesta hacer una lectura de si fue un momento positivo para mí porque individualmente me pasó una cosa, y colectivamente estaban pasando otras cosas. El país estaba en una situación de cambios políticos muy particular y compleja, muchos compañeres sin trabajo y en la calle, yo sacando un disco y teniendo un montón de visibilidad, si hago una lectura profunda, fue más choto que positivo.

– Pero quizá tu palabra y tu música, hayan contribuido a  que muchos gente en este encierro se sintiera acompañado. ¿Pensaste que ibas a tener esta llegada a la gente?

 Me parece importante que lo que hago sea honesto y si esa honestidad acompaña o interpela a alguien en su vida, para mi está cumplido el objetivo. En realidad hubo otras situaciones chotas que se pudieron contener con la trinchera de les amigues.

– ¿Qué influencias musicales tenés? Si bien tu familia te acercó al folklore desde chico, tu primer disco fue un trabajo de rock y ahora volviste a las raíces. 

– Me pasa hoy día, que entro a un lugar y están tocando una zamba re conocida y popular y yo sigo pensando que son mis viejos cantando. Creo que esa es la principal influencia, o escuchar en casa a Silvio Rodriguez, el Fander, que siento que su música tiene olor al auto de mi papa, ¿viste? ¡El disco Navega de Fander lo gasté!  Y después el primer disco que me compré con mis ahorros fue uno de Sandra Mihanovich, yo tenía ocho o nueve años, más o menos. Después entré en el rock, y lo que me pasó con Fander me pasó con Eruca Sativa, ese conocimiento de Brenda y Lula como dos músicas increíbles que luego  se convirtieron en amigas, en ese disco anterior está reflejado ese momento de mi vida. Después, hubo influencia de las peñas universitarias de Córdoba, el descubrir a Raly, Los Copla, hacer pogo en sus peñas, y yo dije «¡guau esto me gusta!», y ahí dije capaz que está bien hacer folklore. Hoy me siento bien haciendo folklore, sin perder eso de la influencia del rock. 

– Respecto a esto, ¿has tenido comentarios de folkloristas o tuviste encuentros con la parte más tradicional, o no te consideran como tal?

– Pasa que desde que vivo en Buenos Aires, los espacios donde me muevo están mucho más relacionados a la militancia que al género que hago. Yo me acordaba que una vez compartí con una banda de punk  que se llama Melanie Williams y los Traviesos que son una banda experimental y yo solito estaba con mi bombo legüero tocando ¡una chacarera!. Siempre compartí en esos espacios que tienen que ver con un compromiso, con lo social y no con lo musical. No es que me propuse que sea así, se fue dando, por tocar con colectivos feministas, o centros culturales. No me ha pasado de recibir comentarios de personas que están en el folklore tradicional. Pero también pienso que no me van a invitar a Cosquín… aunque no es un objetivo que tenga. 

– Mirá, a vos no te desvela el sueño del folklorista entonces.

 Si sucediera, seria buenísimo y me la llevaría a la Susy Shock para que cante conmigo. Me parece que estaría buenísimo como para empezar a discutir ciertas cosas de ese ambiente, ¿no?, que está bastante alejado de lo que hacemos nosotros. 

– ¿Qué proyectos tenés para este año?

 Estamos pensando la segunda parte del disco, creo que la vamos a grabar a mitad de año, y ahora estamos con un proyecto que se llama Nuestrans Canciones, que es un ciclo que formamos con un grupo de personas trans, travestis y no binaries que surgió de un taller que hicimos  el CCK. De ahí salió un show que se llama Brotecitos y salieron 10 canciones coordinadas por Susy Shock que son las primeras composiciones de artistas travestis y trans no binaries del país.

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