Cuando las raíces afroperuanas se manifiestan en canción, comienza a titilar una estrella y es la de Susana Baca. La cantora e investigadora peruana es la representante más genuina de esa tradición artística que tiene el Perú y así lo manifiesta por todo el mundo. Nació en Chorrillos, al sur de Lima. Allí transcurrió su niñez: su padre era guitarrista, su madre bailarina, sus tías cantaban y sus primos fueron los creadores del grupo Perú Negro. Desde entonces la música criolla, personificada en la gran Chabuca Granda, y la tradición afroperuana, fueron de gran inspiración para el desarrollo artístico de Susana.

Siempre comprometida con su pueblo y las causas sociales, la ganadora de tres premios Grammys, fue además Ministra de Cultura de Perú y es fundadora de la primera escuela rural de música, el Museo de la Memoria, dedicado a perennizar el aporte cultural afro, chino y andino en Cañete, junto a su compañero, el sociólogo boliviano Ricardo Pereira.

Durante el 2021 editó un nuevo material discográfico, titulado Palabras urgentes, y estará presentándolo con varios conciertos en Argentina (Córdoba, Tucumán, Rosario, Buenos Aires, La Plata, entre otros), para luego seguir por Uruguay y Chile. En una entrevista exclusiva para De Coplas y Viajeros, Baca nos relata sobre ese andar y esas palabras urgentes que sintetizan 50 años de camino recorrido con la música.

«Al principio la música afroperuana no era bien vista ni bien recibida y fue una lucha muy fuerte la que llevamos hasta que fue aceptada»

– Ninguna construcción se puede hacer en solitario y seguramente hubo personas que fueron fundamentales en esta aventura musical y antropológica ¿Quiénes fueron?

– Podría nombrarte a una docena de ellos, pero lo sintetizaré en tres: Ricardo Pereira (su marido), Chabuca Granda y David Byrne. Chabuca era una mujer admirable. Recuerdo, de pequeña, que a mi madre le encantaba Chabuca, y me la hacía escuchar cada vez que sonaba en la radio alguna de sus canciones. Conocía ampliamente su repertorio, incluso el menos conocido, cosa que a Chabuca le sorprendió cuando nos conocimos años después. Nos hicimos muy amigas. Me invitó a quedarme en su casa y yo me la pasaba entre sus libros, ponía música, tocaba el piano, contaba historias, en fin…

Con Ricardo nos conocimos en los 70. Él es sociólogo y no solo ha sido y es el compañero de mi vida, sino que hemos compartido varias investigaciones y publicaciones. Con él creamos el Instituto Negro y el Centro Cultural y Artístico para la Memoria, desde donde impulsamos cada una de nuestros  trabajos investigativos sobre la afroperuanidad. Hoy día me acompaña a todos lados y estamos trabajando juntos en mi autobiografía.

Cuando David Byrne escuchó mi versión de María Landó, en un disco sobre música afroperuana, quedó sorprendido. Estaba fascinado con la cultura afroamericana. Fue así que, estando en Estados Unidos, escuchó esa versión y quedó emocionado. Inmediatamente me quiso conocer. Yo no lo conocía a él, solo sabía algunas historias a través de amigos rockeros que me contaban sobre el ex integrante de The Talking Heads. David me buscó y cuando me encontró me llamó por teléfono para decirme que viajaría a Perú y que quería cenar conmigo. Así que lo invité a mi casa. Para él y su cultura no es común que una desconocida te invite a su casa a cenar, se sorprendía de ello, sin embargo vino y nos pasamos una noche fantástica.  Él fue muy importante para que mi música se proyectase hacia todo el mundo.

– ¿Cómo fue trabajar con David Byrne?

– Fue muy enriquecedor. Yo venía haciendo música desde hacía ya 20 años, pero el haberme encontrado con él sirvió para que esa música trascienda las fronteras del Perú. Cuando comencé a proyectar por mí misma una carrera con la música, las frustraciones fueron muchas y el pensar en dedicarme a otras cosas también. Un tiempo me fui a trabajar de maestra a los cerros, por ejemplo, y esa experiencia me sirvió para conocer el Perú profundo, la violencia con la que se vivía, esas historias me marcaron. Yo venía de estar rodeada de poetas, cantores y escritores, y de repente, me encuentro con toda esta aventura.

Luego de todo ese camino vino David Byrne. De él aprendí lo que era la vanguardia. Basta con escuchar los discos de The Talking Head para averiguarlo. Sus locuras musicales tenían un sentido explorativo muy fuerte, y en eso me embarqué, y de eso aprendí mucho.

– Mencionó su libro autobiográfico ¿cómo viene eso?

– Con Ricardo nos fuimos a vivir a Austria para poder trabajar tranquilos en este libro. Se trata de un relato sobre las vivencias que he transitado en estos casi 80 años de vida. Repasar cada una de ellas es, de alguna manera, volver a vivir todo. La estamos trabajando junto a mi marido, Ricardo (Pereira), y a ambos nos cuesta avanzar algunas veces porque la emoción de los recuerdos nos sobrepasa. Tenemos la primera parte, donde narramos los encuentros con Chabuca, con mi marido y con David Byrne. Otra de las cosas que queremos sobresaltar en este libro es lo difícil que fue cantar esta música en Perú. Al principio era una música que no era bien vista ni bien recibida, y fue una lucha muy fuerte la que llevamos hasta que fue aceptada.

– ¿Cuándo aparece la necesidad de recuperar o de introducirse en la tradición cultural afroperuana?

– Yo he dedicado mi vida a investigar y a revalorizar la cultura de mis ancestros, en especial, sobre los ritmos afroperuanos. Los negros siempre fuimos estigmatizados, pero ahí estuvimos siempre. Vos fíjate que tuvo que venir un gringo sensible como Byrne para que esta música trascienda y deje de ser negada.

– Durante la pandemia grabó un disco maravilloso, A capella. ¿Cómo vivió ese proceso?

– Ese disco significó mucho para mí. Fue muy importante en mi vida y también fue un verdadero desafío, ya que para cualquier cantante cantar a capella no es nada fácil. Hay que estar muy atento a la afinación, a sostener los ritmos y armonías sin otros instrumentos más que el propio, la voz. Además fue muy difícil escoger un repertorio y lo pensé con aquellas canciones que de alguna u otra manera me contuvieron en momentos difíciles.

«He dedicado mi vida a revalorizar la cultura de mis ancestros»

– Vuelve a la argentina luego de algunos años. ¿Qué es lo que presentará?

– Vamos a estar presentando las canciones de mi último disco Palabras Urgentes, que lo produjo Michael League y que de alguna manera es una síntesis de estas décadas de recorrido con la música. Ansío presentar estas canciones en Argentina, ya que hay algunas que son clásicos de su cancionero como Cambalache, con una letra adaptada para que el público peruano actual entendiese de qué habla esa canción. También grabé una versión de Milonga de mis amores y de ese himno homenaje a la gran libertadora Juana Azurduy.

– ¿Cómo siente que va a ser volver a encontrarse con su público de Argentina?

– Creo que la música traza puentes que son indestructibles y de eso se trata este Palabras urgentes que voy a estar cantando por allí. Nosotros tenemos mucho que seguir aprendiendo de la música argentina, de sus poetas, de sus compositores y sus cantantes. Así como Mercedes Sosa marcó parte de mi vida, son muchísimos los artistas argentinos que me acompañan desde siempre.

La gira

La gira por Argentina comienza el próximo viernes 19 agosto en Tucumán; continúa el  20 en Córdoba capital, el  21  en Río Cuarto y el 22 en Mendoza. Continúa el miércoles 24 agosto en Rosario; el 26 en La Plata y cierra el 27 en Buenos Aires con un show junto a Raly Barrionuevo. El domingo 28 agosto será el turno de Montevideo con Ana Prada como invitada y el 30 de la capital chilena.

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