Por Diego Montejo | prensamontejo@yahoo.com.ar

Fotos: Gentileza Prensa Soledad



Soledad Pastorutti tiene entre otras virtudes la del trabajo. Su carrera, construida paso a paso, es la demostración del crecimiento y la trasformación de un artista. Desde su infancia hasta hoy, la cantante de Arequito fue buscando su destino y en ese camino transitando el aprendizaje con aciertos y errores, pero con la claridad de saber que siempre se puede ir por algo mejor, sin dejar de lado el  primer sueño, porque después de todo, lo que Soledad siempre quiso es cantar y llevar su mensaje necesario.

La cantante con quince discos a lo largo de su extensa trayectoria prepara en este 2020 un nuevo desafío para cuando estrene La gringa, su nuevo álbum que es producido por grandes figuras de la música y que se podrá conseguir a mediados de este año. Dice que es un disco con muchos matices, de búsqueda e introspección para indagarse a sí misma, en sus propios gustos, de viajar hacia nuevos colores y sonidos. Trabajando con productores de la talla de Carlos Vives, Cheche Alara, Juan Blas Caballero y Rodo Lugo, quienes pusieron su oído y su mirada.

La Gringa (nombre del disco) de a poco va tomando forma, encontrando su lugar en un paso a paso musical que gana identidad con cada uno de los singles que van saliendo a la luz a través de las redes sociales. “Debería salir la primera o segunda semana de mayo. Se atrasó, porque el año pasado fue un poco difícil para mí en cuestiones de salud. Tuve problemas en la voz, específicamente derivado de problemas estomacales, entonces se atrasó todo y se juntó todo. La vida misma. Las planificaciones a veces se trazan de una manera y luego van surgiendo complicaciones que cambian eso proyectado y hay que afrontarlo”.

¿Cuáles son las canciones que más te gustan de este trabajo?

– A mí me gustan todos los temas del disco y siento que todos me representan. Lo más alejado que pueden notar son las baladas que ya presentamos Aunque me digas que no y Tal como siento. Y en un intento de poder llegar a otro público. La Gringa es mi preferida y encontré una síntesis de quien soy. De explicarle a la gente por qué mí forma de ser, mi idiosincrasia. Incluso viviendo en el mismo país, somos tan distintos y mi pretensión es ser una representación de la Argentina toda. Por eso esta búsqueda.

¿Cómo se combinan las giras, los festivales y además grabar un disco?

– Desde que inicié mi carrera no paro de cantar en festivales, es mi debilidad. Una artista no es una hora y media en el show, tenemos mucha gente trabajando con nosotros y yo siempre traté de privilegiar a mi gente, aunque a veces en mi situación yo puedo dejar de trabajar unos meses. El disco ya casi lo tenemos, estamos poniendo voces y corrigiendo cosas.

¿Qué particularidades tiene este trabajo y cómo lo definís desde la idea musical?

– Probamos cosas en redes sociales, pero con el concepto ya realizado. Empezamos con La Gringa, que para mí era el corte seguro y era el que definía el disco, que es heterogéneo en ritmos y temáticas pero que este tema encerraba todo eso. Tiene baladas, tiene un chamamé de Teresa Parodi. La compañía escuchó las baladas que hice con Claudia Abraham y las puso en redes. Para mí este disco inaugura una nueva etapa en mi carrera. Estoy buscando nuevas cosas, se pueden concretar o no. Pero estoy con ese espíritu de búsqueda, estoy inquieta.

Si hay lugar donde te sentís cómoda es en los festivales, si bien trabajaste en muchos de ellos fue un verano difícil, ¿qué pensás sobre estos espacios, deberían cambiar algunas cosas?

– Yo creo que cambió la sociedad y por lo tanto van cambiando la manera de hacer festivales y conciertos, han ampliado los géneros, se ha mirado desde una perspectiva de un público dinámico (no sólo el que se sienta a escuchar). En cuanto a mi trabajo fue un enero más tranquilo y es natural después de un año electoral (otros eneros post elecciones ha sucedido lo mismo) pero tuvimos un febrero muy lleno de trabajo. También estuve grabando para mi disco y me dejé las primeras semanas más tranquilas porque tuve que ensayar y hubo recambio en mi banda. Yo sé que los festivales todos se esfuerzan por tener a los artistas, con la caída de muchos sponsors, también necesitan de artistas que sean vendedores de entradas. Son situaciones difíciles.

¿Sentís que sos una artista camaleónica que siempre se transforma y busca mejorar o adaptarse a cosas nuevas?

– Desde el 96 que llegué a los medios he tenido años buenos y malos. Lo importante es nunca dejar de probar, de estar, de crear. A veces hay más aceptación, a veces menos. Yo me siento en carrera y vigente. Nunca bajé los brazos y siempre supe que tenia que crecer y esforzarme. No todos fueron crueles conmigo y hubo gente que se disculpó. Yo siento que nada es ni muy muy ni tan tan. Acepto los grises y las contradicciones porque todos las tenemos. A los equipos de fútbol les pasa que si pierden son los peores del mundo y si ganan son los mejores. No es así. Hay que ver los procesos en el tiempo, no sólo los resultados.

Si tuvieses que poner todos estos años de trabajo en la balanza y hacer una perspectiva, ¿qué sentirías?

– Si tengo que analizar mi carrera desde el comienzo hasta ahora, me siento una ganadora porque estoy acá. Yo empecé con la ilusión de llegar a un Cosquín, no esperaba todo lo que vino después, no estábamos preparados para manejarlo (ni en lo artístico ni en lo personal) y hoy estoy acá.

«Las canciones son más de la gente que tuyas», dice La Sole

Si bien en este disco trabajaste con muchos productores el más destacado es Carlos Vives, ¿cómo resultó esa experiencia?, ¿qué aprendizaje te dejó?

– Nos conocemos desde hace varios años, siempre que viene a Argentina me invita a cantar. Cuando yo grabé ese disco con Emilio Estefan él estaba en el staff. Él siempre quiso trabajar conmigo y no se había dado. Habíamos grabado Dame una sonrisa en mi disco Vivir es hoy, que lo produjo el peruano Gian Marco, ese fue nuestro primer acercamiento. Hace unos años me citó en la compañía y me dijo que tenía un tema para mí. Hizo de La abuela Emilia (Teresa Parodi) una versión genial y hay otros temas que son de nuestra autoría. Trabajamos juntos con mi acordeonista, mi percusionista y mi director musical; me pasaba a buscar por el hotel en bicicleta y la gente nos saludaba, ama a la Argentina, sabe de política, de fútbol. Es un ser encantador.

El año pasado, además de recorrer gran parte del país estuviste en Estados Unidos, ¿cómo fue esa experiencia?

– Fue la tercera gira y la más grande, las dos primeras fueron exclusivas para argentinos, uruguayos y latinoamericanos, después empezaron a sumarse gente de otros países colombianos, mexicanos, bolivianos que andan dando vuelta por otros países, también fue gente que no habla español y fue muy interesante pensar el llegar a ese público. Fue muy linda experiencia, para mi fue como casi empezar de cero ganarme a un público que no me conoce como en mi país. Para los artistas de esta parte del mapa siempre fue más difícil entrar en esos públicos. Yo grabo con Franco de Vita, Emilio Estefan, con Santana, pero no tengo que dejar de hacer mi trabajo de artista que es mostrarme en vivo y brindar lo mejor de mí. Este objetivo es más mío que de la compañía, ellos me apoyan siempre. Me parece que es como cuando me presente en Viña del Mar vestida de gaucho y me silbaron todo el primer tema. Habían silbado a Xuxa. Pero luego pude mostrarles mi show y gané la Gaviota de Plata.

«Mi verdadero compromiso con el público está en eso. No dar siempre lo mismo. No quedarme en el espacio cómodo», asegura

¿Cómo se da esto de componer canciones?, ¿era una materia pendiente en tu vida?

– Es difícil cuando venís desde el folklore desde chiquita y ves que las canciones son más de la gente que tuyas, es difícil. Yo soy re exigente y me costó tomar confianza, si bien mi primera canción tiene muchos años. Me ayudaron mucho Pablo Santos, que fue uno de mis directores musicales que me alentó mucho, también mi banda, Afo Verde, Claudia Abraham, recibí ayuda y consejos. Me costó tomar confianza y creérmela, para mi fue largo el proceso de sentirme artista. Por suerte ahora me siento cómoda, siento que tengo mucho para dar aún y con la banda estamos en un momento espectacular; hacemos unos ensayos muy buenos, le metemos laboratorio.

Tu carrera no fue fácil, irrumpiste en Cosquín en la década del 90´ y después de eso todo cambió en el folclore argentino, ¿qué enseñanzas te dejó esa experiencia y como la ves hoy después de tantos años?

– Grabé mi primer disco en un baño al lado del inodoro y los grabé en ocho horas reales diez canciones y el disco llegó a vender un millón de copias. Mi viejo vendía los discos en los festivales. Por eso, con ese comienzo vertiginoso estar ahora donde estoy es una bendición porque me siento afortunada, pero no es azaroso, no es suerte. Yo me esforcé mucho y me sigo esforzando para no conformarme. No es fácil sostener una carrera tantos años que no paró nunca. Yo voy todos los años a los festivales desde los 16 años. Mi verdadero compromiso con el público está en eso. No dar siempre lo mismo. No quedarme en el espacio cómodo.

¿Te gusta que tu hermana Natalia haya lanzado una carrera solista?, ella siempre estuvo vinculada a tus actuaciones.

Yo la impulsé mucho para que ella hiciera su camino sola. Es un momento ideal, somos muchas mujeres, esta el cupo femenino, hay mucho para que ella diga y se exprese. Armó una banda re linda, está Pedro Pacheco con ella. Tiene canciones inéditas que está grabando en los estudios que tenemos en Arequito. Ojalá que le vaya bien porque esta haciendo algo muy lindo. Sí, ella me pregunta lo que opino, aunque  tiene mucho carácter y sabe muy bien lo que quiere hacer. Ella tiene que remar con comparaciones y cosas odiosas que existen en el medio. Pero ella está fuerte para enfrentarlas porque sabe lo que quiere, además hace otra propuesta, mas tranqui, es muy linda.

 

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