La última presentación de Joan Manuel Serrat en Rosario tuvo los condimentos necesarios para que sea considerada una noche histórica e inolvidable. Distendido y cordial, el cantautor catalán ofreció un puñado de temas de su prolífica y exquisita obra.

El escenario montado en el autódromo de Rosario, amplio y con buena visión desde todos los ámbitos, permitió el desarrollo de una puesta técnica que apuntaló eficazmente la labor del artista y de sus músicos.  El mencionado espacio también fue el sitio elegido por Abel Pintos, que cantó ante miles de fanáticos la noche anterior (ver aparte).

Fotos: Ana Campanero

El público pasó por todos los estados de ánimo que generaban las letras de las canciones y cada momento del recital.  La alegría del encuentro, los sinsabores de la injusticia, la admiración por los poetas, la reivindicación de los valores humanos, la empatía con los marginados, etc.

De su cercanía y de sus múltiples musicalizaciones de obras poéticas,  Serrat seleccionó para el comienzo Dale que dale, incluido en Hijo de la luz y de la sombra, un CD/DVD publicado en 2010, dedicado a Miguel Hernández. La cantó con una instrumentación suave y sutil para que se destaque la contundencia del mensaje. De la obra poética de Hernández, también rescató luego Nanas de la cebolla y Para la libertad.

En la primera parte del show, Serrat fue escueto en el discurso, con la saludable intención de mostrar su historia haciendo una buena cantidad de canciones. Más tarde, con el transcurrir de la noche,  se explayó contando las historias que inspiraron sus escritos y los de los poetas.

En su obra están impresas su vida, sus ideas y sus convicciones, también el culto a sus afectos personales. Señora, Lucía, No hago otra cosa que pensar en ti y otras, fueron cantadas con acompañamiento musical de tono intimista, capturando la atención de la gente que respetó la idea y le dedicó el silencio que merecía el momento.

Una acertada decisión fue traducir en pantalla las canciones que Serrat cantó en catalán. Era una necesidad, porque si bien el público conoce los temas, los mensajes son importantes y generan conciencia sobre problemáticas actuales. Fue el caso de Pare, tema lanzado en 1973, que tuvo una nueva versión en el proyecto compartido con Ana Belén, Víctor Manuel y Miguel Ríos en 1996. Algo decepcionado con quienes toman decisiones en el mundo, expresó que “hace cincuenta años la escribí pensando en la especie humana y hoy veo que no hay prisa en resolver las cuestiones del cuidado de la naturaleza”.

El trabajo de animación en pantalla fue brillante. En algunos tramos del concierto, se perdía de vista la figura del cantante y la gente se iba con las imágenes. Con la figura de La Gioconda como disparador, la labor de animación en Hoy puede ser un gran día la fue transformando en distintos personajes. No podía faltar un guiño a su amado equipo culé, en una de las figuras apareció La Mona Lisa con la camiseta del Barça, no cualquier camiseta, aquella que con el logo de Unicef recuerda los gloriosos tiempos del equipo de Messi y Guardiola.

Fotos: Ana Campanero

En la obra de Serrat existen varias canciones auto-referenciales, con las cuales se auto-define y muestra su sentido de pertenencia. En ese lote de temas figura Mediterráneo, un tributo a su tierra que no podía faltar en el repertorio.

En el tramo final pidió que “no lo tomen a mal, pero no vamos a hacer el circo de irnos del escenario y volver”, con la complicidad del público que percibía que a la euforia le continuaba la emoción de la despedida. La letra de Fiesta, la última del repertorio, pegó duro en el ánimo de los asistentes porque, si bien el clima musical es potente y festivo, allí se anuncia que después de vivir la Fiesta de San Juan “llegó el final”.

Con veinticuatro canciones en dos horas de recital, «El Nano» se despidió definitivamente de los escenarios rosarinos. Lo hizo en el marco de su gira iniciada en Nueva York que culmina en Barcelona el 23 de diciembre. Como lo dijo en el escenario, dejará de girar, pero no de escribir, componer y grabar discos.

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El vínculo afectivo de Serrat con Rosario quedó impreso en una esquina

Serrat tiene una relación personal y artística con la ciudad desde hace muchos años. Acá cosechó afectos diversos. En la esquina del bar El Cairo quedó sellada esa relación. La colocación de una farola en la intersección de Santa Fe y Sarmiento, donde está instalado el bar, y la denominación de “Esquina Serrat-Fontanarrosa” así lo certifican. El acto, realizado el día antes del show, contó con la presencia de Serrat y de cientos de sus seguidores rosarinos.

 

 


 

La noche de Abel. Canciones que lograron conectar con la multitud

En una noche de viernes con clima ideal para conciertos al aire libre, Abel Pintos reunió a una multitud en el autódromo. Ofreció un repertorio amplio en un recital que se extendió por dos horas y media.

Fotos: Ana Campanero

Mientras la gente iba llegando y acomodándose, en la previa cantó Mercedes Borrel acompañada por Leandro Bonfiglio (guitarra) y Julián Ribero (percusión). El público se mostraba predispuesto a recibir al artista con el afecto de siempre.

Abel cantó temas de su formato más pop y de baladas, con una banda musical que tuvo tramos de lucimiento individual.  Con las guitarras de Marcelo Predacino y su hermano Ariel Pintos al frente, el grupo sostuvo eficazmente la puesta artística del cantor que mantiene su alta convocatoria.

Inició el show con Hasta aquí y Espejo, vestido de impecable traje negro y con anteojos oscuros, el primero de sus numerosos vestuarios.  Muy seguro de sí mismo, en el show se mostró calmo y relajado.

Cantó algunos tramos sin acompañamiento musical haciendo notar su impecable registro y agradeció conmovido el cariño de la gente. La mayor emoción la atravesó después de cantar Cien años.

Para el cierre eligió Piedra libre, escrita durante la espera de su primer hijo Agustín. Si bien no hubo novedades ni set folklórico, Abel ofreció un concierto de alto nivel, cumpliendo con las expectativas de un público masivo que lo colocó y lo sostiene en los primeros sitios de preferencia en la música popular argentina.

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