El percusionista nacido en La Docta siempre tiene un proyecto bajo el brazo. Cuarteto, world music, jazz y tango, fluyen a través de sus tambores y su versatilidad para unirse a músicos de diferentes géneros.

En cualquier lugar del mundo en donde se encuentre Gabriel «Minino» Garay, seguro hay música. Seguro suena una percusión, suenan tambores, una caja y alguna melodía original, loca y bailadera. Nacido hace 55 años en el barrio cordobés de Ayacucho, es sinónimo de música en movimiento, por eso de alternar entre todos los ritmos posibles y todas las épocas. Es el cuarteto que se llevó de su Córdoba natal a París, hace 30 años, y acopló al jazz  y a la world music de Magic Malik, Julien Lourau, Richard Bona y Daniel Mille. Minino es los Tambores del Sur que creó y compartió en Francia junto a (entre otros) Pájaro Canzani, Lalo Zanelli, Pierre Bertrand, y Nicolás Genest. Es Frapadignos, la primera formación de percusionistas de Latinoamérica con la que sorprendió a su país adoptivo y se metió de lleno en su cultura y su música. Minino es también Tunga Tunga, el sonido del cuarteto característico que en ese disco del 2003 (La banda de Minino) compartió con representantes del género, como la Mona Jiménez, Eduardo Gelfo y Carlitos Rolán; es aquel sorprendente disco junto a Malik y Jaime Torres, llamado Altiplano y es Speaking Tango, un nuevo trabajo que resume más de 20 años de investigación y producción, con el que llegó en estos días a la Argentina.

Speaking Tango viajó desde Paris, a Buenos Aires, Rosario y Córdoba, además de algunas zapadas en reductos de la capital, y llegó nuevamente a París, para sonar en La Philarmonic en un concierto homenaje al tango junto a artistas de ambos lados del Atlántico, como Franco Luciani, Chino Laborde y Rudy Flores. En el medio, surgió una nueva idea (cuándo no) que tenía como origen y destino Camerún. 

– Fui a hacer lo de Speaking Tango con un baterista y percusionista de allí, que me enseñó un montón de cosas, si dios quiere el próximo año vuelvo a Camerún porque uno de los directores, embajador de Francia allí que me conocía de otros países me dice: «ah, yo conocía el disco de usted, el Tunga Tunga«. Y les ha interesado el disco porque participan algunos músicos franceses. Entonces el hombre me dice: «a mí me encantaría que así como vos hacés tus mezclas, traigas esa mezcla del Tunga Tunga con el francés, vengas acá y hagas una residencia sobre el tema». Así que eso será llevar el cuarteto a las raíces de la percusión.

– ¿Un poco de Europeo, un poco de africano, tendrá el cuarteto?

– El cuarteto no tiene nada que ver con lo latino, sino más bien con lo europeo, comenzó en los bailes de inmigrantes. Solo que comenzó en el campo, y desde ahí se llegó a las populares.

– Cuando te fuiste a Europa a hace 30 años, ¿tenías toda esa información musical, y allá en Francia abriste mucho más el panorama?

– Lo que pasa es que también voy aprendiendo, estudiando, voy mezclándome con la gente. Yo hago entre 80 y 120 conciertos al año, comparto con músicos, y de cada juntada, surge algo, que muchas veces ya estaba ahí, pero solo había que tocarlo. 

– Algo de esto hay con Speaking tango. Al parecer  tiene una historia que no es reciente.

– Exactamente, hace 22 años yo estaba en Nueva York con un pianista francés y ese pianista invitó a una cantante americana que se llama Dana Bryant, ella empezó a declamar, a hablar los textos. Ahí fue la primera vez que escuchaba yo algo así, entonces empecé a responderle con textos que yo conocía de memoria.

El pianista me dijo que le había gustado lo que hice, y le dije son tangos -en ese caso era el tango Uno-, y ahí surge la primera idea, de grabar esto con la cantante. Ella viene de un movimiento que se llama «Spoken Words«, que son movimientos que surgen del llamado «Last Poets«, son poetas afroamericanos que en los años 70 se mezclaban con los músicos de jazz. Ahí fui comprendiendo, entonces, y después, este movimiento llega a Francia, donde llama «slam», aunque no se mezcla tanto con el jazz. Así que en mi primer disco, ya sumé la versión de Uno con Speaking Tango. Luego de a poco fui incluyendo algunas versiones en discos sucesivos, y ahora saco un trabajo completamente de este estilo.

– Una forma de volver a la Argentina, siempre

– Siempre uno piensa que el público va a venir a verte y vos querés  mostrarle a la gente, como un niño que busca mostrarle a su mamá, uno busca eso, y por eso lo presenté también en Argentina.

Minino Garay

Hablando de madres, Nury Taborda, la mamá de Minino, es docente y escritora, y es una de las principales compositoras del cuarteto cordobés. Ella puso la semilla de la música en Minino, y en Speaking Tango vuelve a ser inspiración, junto con los poetas cordobeses Mutty Torezani y Adriana Cattanio. 

– Al principio no me interesaba mucho los textos que ella escribía, porque se dedicó a la música del cuarteto, a cosas más ligeras. Pero después con el tiempo hizo cosas más interesantes y yo ahí fui descubriendo esos textos y le va muy bien, más allá que sea mi madre dice cosas muy hermosas. Con ella, con Mutty y Adriana, hace tiempo vengo trabajando, como también Lalo Zanelli, un gran pianista y compositor argentino que está en Francia hace 35 años, y dirige el Gotan Proyect, y es un pianista y compositor al que le llevás los textos y él te hace una  música que te toca en el corazón, es muy buen melodista. 

En los vivos de Argentina, Minino sumó a músicos argentinos como Manu Sija y Ernesto Snajer. En el disco, además de Zanelli, participaron Hernán Jacinto y Pipi Piazzolla.

– Respecto a Manu, me enamoré de los videos que vi. Me conocía de nombre y lo invité a mi festival en el Hotel Pueblo Nativo (Minino Organiza el Festival Divino, que se realiza en Mendoza y el hotel de Villa Giardino, Córdoba) y quedé impactado. Respecto a Pipi y Hernán, hay una parte grabada con ellos, André Ceccarelli en batería y Christophe Wallemme en bajo. También está Daniel Melingo, Magic Malik, Leo Genovese (él también es super inquieto, no lo para nadie) y Alex Pandev

– Seguramente, además de escuchar música de todo el mundo, de vez en cuando recalás en los sonidos y músicos argentinos. ¿Qué estás escuchando ahora de acá?

– Bueno, las cosas que está haciendo Manu Sija me encantan; Diego Schissi en Buenos Aires pianista genial; José Luis Aguirre; Diego Bravo con La Orquesta Inestable, siempre estoy siguiendo gente por todos lados; Pao Bernal con quien toqué en el último Cosquín, etcétera. 

– ¿Qué paralelismo ves entre el tango y el cuarteto? ¿Dónde se encuentran?

– Ambas son músicas de origen europeo, el cantante de tango puede cantar cualquier tipo de música, y si en un cuarteo hay tipos con buena voz, pueden cantar tango. Por ejemplo, Fernando Bladis. En el cuarteto hay un origen europeo también, son pasodobles, tarantelas, y la gente que ha tocado tango, también sabe que en el principio había paso doble y tarantela. No hay que olvidarse de los orígenes, hay que conocer de donde viene, toda esa gente inmigrante sabía tocar pasodoble y tarantela, solo que eso se gestó en el campo de Córdoba y de ahí después llega a la ciudad. En cambio Buenos Aires siempre fue puerto y cemento. Pero ambos se unen en su origen.

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