Peregrina es el disco publicado por Lorena Astudillo en 2022, uno de los registros que este año han sido contemplados para las nominaciones a los premios Gardel en el rubro Mejor álbum artista de folklore. “Es hermosa esta noticia de haber sido considerada en esta nómina una vez más, es la tercera. Ya es un logro en sí estar en esa terna entre tanta gente que produjo el año pasado”, expresa la artista.

En este trabajo resalta una característica de Lorena: desde hace un tiempo ya, está dando a conocer sus propias canciones. María Lorena Astudillo tiene registradas cuarenta y dos canciones, de las cuales solamente dos tienen co-autoría: Gato panzudo (con Ignacio Abad) y Morir de amor (con Jorge Cariglino). Las otras cuarenta tienen letra y música suya, lo cual es una buena noticia la música argentina porque significa un aporte al cancionero popular. “Hicimos esa canción con Cariglino cuando terminaba la carrera (se recibió de Licenciada en Psicología) y empezaba a trabajar como sesionista, ahí nos conocimos. Gracias a ese registro, tengo muchísimos años de pertenencia en Sadaic”, recuerda.

Con este, van tres discos con canciones de propia autoría, los anteriores fueron Un mar de flores (2013) y Crisálida (2020) y, además de las registradas, tiene otras canciones que aún no han sido grabadas y esperan su turno.

Peregrina incluye el trabajo de 15 mujeres instrumentistas, cantoras y arregladoras. Esa perspectiva de género a la hora de armar el contenido y el recurso humano del disco tiene que ver con una mirada contemporánea acerca del mundo de la música.

Años atrás, la cantora concretó un ciclo de conciertos donde cada noche invitaba a cantautoras. Para la Beca a la Creación del Fondo Nacional de las Artes presentó este proyecto con el título “la nueva canción argentina en manos y voces de mujeres” y, cuando fue elegida, seleccionó ocho temas propios con la idea de convocar a mujeres cantantes, músicas y arregladoras para grabarlo. “Me maravilló ver cuánta obra tenemos las mujeres, cuántas somos las que escribimos letra y música y también cantamos nuestras propias obras. Me pareció bueno aportar algo fresco, me pareció interesante ser fiel a la propuesta y dejarlo registrado”, sintetiza.

El disco está repleto de vuelo lírico y logradas músicas, con ritmos diversos. La placa inicia con Candombita, obra con sonido rioplatense que cuenta con la participación de la multifacética cantante porteña Katie Viqueira.

El propósito es sumar al nuevo cancionero otras voces , canciones y letras. Ella reniega de discos o producciones que tienen la misma perspectiva, que solamente participen mujeres, pero perdiendo de vista la calidad. Es algo que acá no sucede porque la calidad ya está garantizada de antemano por su historia artística. “Jamás trabajo «en contra de», porque a veces esas miradas se confunden con posiciones encontradas. La idea es sumar y estimular. Y aprovecho para decirlo: no es un mérito en sí mismo la cuestión de género, para mí lo primero es la música, la calidad y la excelencia. Partiendo de esa base, yo además puedo darme el gusto de darle oportunidad a mujeres que no están en esas posiciones habitualmente. Normalmente se conocen y se recurre a arregladores que siempre son los mismos, yo busco abrir un poco el juego. La base es la excelencia, en eso no negocio ni un milímetro. Lo mismo las letras de las canciones, ahí sí que no hay concesión, lo que elijo es lo mejor que puedo elegir. Me quedó afuera un montón de gente, pero las que están en este disco cumplen esos requisitos”, sostiene.

Jacqueline de los recuerdos es una de las ocho canciones, con Ligia Piro de invitada. La letra está dedicada a Jacqueline Pons. Cuando la cantante anduvo de gira, se alojó en París en la casa de los Pons, una especie de refugio de artistas argentinos en tiempos del proceso, entre ellos Mercedes Sosa, Piazzolla, Jairo, Susana Rinaldi y Yupanqui. Raúl Barboza vive a cincuenta metros de esa casa también. “Me cobijó como una madre. Escribí en un cuaderno los primeros versos de la canción y cuando volví a Buenos Aires la completé, con la sensación de haber dejado a un ser muy querido ahí. Ella vive recordando, toda su casa está impregnada de duendes, hay obras de Ferrer y de pintores, todo está lleno de homenajes, de gente que la quiere mucho. En su cocina recibía a todo el mundo, faltaba un homenaje a ella”, explica. “»Si precisás una mano, acordate que tengo dos»”, dice un mensaje puesto en su cocina donde los Pons recibían a los artistas después de una función. Ese espíritu generoso tenía Jacqueline”, resalta.

Jacqueline de los recuerdos ya tiene videoclip -pronto a estrenarse-, producto de haber sido elegida por el INAMU para filmarlo. En el registro participan Ligia Piro y  la misma Jacqueline que en esos días andaba por Buenos Aires.

Otro tema particular del disco para rescatar es La china libre, un tango campero con mirada femenina en un género tan masculino en otros tiempos y que contó además con la premiada actriz y cantante Alejandra Radano como invitada. “Tiene un espíritu campestre porque la historia sucede en un territorio con un modo tanguero, pero es una mujer del campo, con ruido de animales y todo. Fue maravilloso, nos divertimos un montón. Es una especie de tango contemporáneo campestre, una mezcla muy graciosa”, expresa.

“Yo vengo en falsa escuadra por completo”, afirma la cantora para graficar que hizo un disco completo con canciones propias, de producción independiente, sin sello ni compañía que la avale, sin que nadie le ponga dinero para la prensa y con todas mujeres en el staff.  “El disco logró la nominación a los Gardel, por eso pido que crean en lo que hacen. Esos caminos que a veces desaniman y hacen pensar: «uy, por acá no voy a ir ni a la esquina», son posibles”, plantea con optimismo.

 

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