Con dos emotivos conciertos en el anfiteatro de Rosario, los miembros de La Trova celebraron con la gente los cuarenta años de Tiempos difíciles, el primer disco de Baglietto.


El movimiento informal que la prensa porteña bautizó como «La trova rosarina» permitió que voces y canciones explotaran a la consideración nacional hace cuarenta años. Surgidas en un contexto que les era hostil, las canciones se impusieron por prepotencia de pasión y calidad.

“Este reencuentro me produce una gran felicidad. Permite corroborar que seguimos teniendo una súper buena relación y que todos seguimos en actividad haciendo cosas, haciendo shows, grabando y componiendo. “, expresó Baglietto.

Durante dos horas, en cada función sonaron veinticinco canciones, la mayoría publicadas por Juan Carlos Baglietto en sus álbumes y, además, varias del repertorio solista de Silvina Garré, Adrián Abonizio, Jorge Fandermole, Rubén Goldín y Fabián Gallardo.

40 años de canciones. De izquierda a derecha: Abonizio, Gallardo, Baglietto, Garré y Goldín. Fotos: Ana Campanero

El inicio fue con una producción audiovisual donde se resumió el contexto histórico en el cual surgió el fenómeno artístico. Imágenes y audios de sucesos de 1982 (Malvinas, visita del Papa, Mundial de Italia, publicidades de la época, etc.) desembocaron en la portada de Tiempos difíciles.

Mirta, de regreso (Abonizio) tuvo dos versiones: Baglietto solo con su guitarra en el arranque y una con banda en los bises.  Silvina Garré fue la primera de la cofradía que se sumó al escenario. Se presentaron mutuamente y rescataron Era en abril (Fandermole).

En la interpretación de temas de aquellos primeros discos, participaron algunos miembros de la banda de Baglietto de aquellas épocas: Sergio Sainz (bajo) y Marco Pusineri (batería). También resultó fundamental la presencia de Goldín (guitarra) que aportó tres canciones a Tiempos difíciles y fue el responsable de los arreglos originales junto a Fito Páez. Para estos shows, la banda se completó con Juancho Perone (percusión) y Adrián Charras (piano).

“Fito Páez presente!”, exclamó Baglietto reconociendo sus obras Aunque mañana no estés y Puñal tras puñal, esta última interpretada junto a Charras, con el piano solo acompañando.

Cada integrante de La Trova tuvo su momento de lucimiento individual. Baglietto fue músico, cantante, presentador, productor y se mantuvo en el escenario permanentemente, como el gran líder que fue y sigue siendo. “Con el paso del tiempo, fuimos aprendiendo que hay que hablar menos, para poder cantar y decir lo que tenemos para decir”, dijo en uno de sus discursos.

Juan Carlos Baglietto. Fotos: Ana Campanero

Con banda completa, Música del río de la Plata se mostró con un arreglo más lento y menos frenético que el original. Sobre la cuerda floja permitió reflotar y revalorizar el magnífico e inolvidable solo blusero de Goldín.

“Grandes autores tiene esta maravillosa ciudad, está a la vista”, afirma Baglietto mientras Goldín cambia guitarra y se prepara para cantar a dúo con Juan Una vuelta más, obra propia que refiere al barrio de la infancia. Del disco Actuar para vivir, Baglietto y Garré rescataron Qué son esas palabras (Alberto Callaci-Rafael Bielsa). “Grandes poetas”, dijo Juan elogiando a los autores.

“Hablando de grandes autores, posiblemente uno de los más grandes”, dijo Baglietto presentando a Jorge Fandermole. Ya estaban sumados a la banda Guido Martínez (bajo y contrabajo) y su hijo Julián Baglietto (batería). Después de la ovación que la gente le destinó en el ingreso, Fander versionó con Juan Río marrón.

Con el ingreso de Abonizio y Gallardo, Actuar para vivir (Páez) y Sueño de Valeriana (Goldín)  fueron las primeras canciones que reunieron todas las voces. Luego, Juan y Silvina volvieron al formato de dúo con En blanco y negro (Garré). “Uno de los temas más emocionantes que he cantado”, manifestó Baglietto presentando su versión de Dormite patria, la obra de Abonizio ilustrada con conmovedoras imágenes de ex combatientes visitando el cementerio de Malvinas.

Baglietto y Fandermole. Fotos: Ana Campanero

“También hay canciones nuevas en esta historia”, refirió Juan cuando todos cantaron El árbol (Gallardo). “Gracias a estos amigos tan talentosos por cantarla conmigo”, dijo el autor. Del valioso repertorio creativo de Abonizio, el grupo rescató también Historia de mate cocido, la obra que describe el derrotero de Segundo David Peralta, el pistolero más temido de Argentina.

Fito volvió a estar presente con su obra Yo vengo a ofrecer mi corazón, en una bellísima versión, con un arreglo de voces estupendo, con tramos solistas de todos. “Terminamos juntos, inclusive”, bromeó satisfecho Abonizio.

Después de Cuando (Fandermole) y Tratando de crecer (Páez) llegó el himno de la Trova: El témpano (Abonizio) . “Nos ha identificado todos estos años”, refirió Baglietto. “La canción puede ser bonita, pero si la cantan ellos, mejor”, dijo el autor, elogiando a sus compañeros.

“Una canción para liberar a los pueblos”, bromeó Abonizio, con la misión de desacartonar el show y presentar Canto versos (Fandermole).  Antes de los bises, con “otra vez Fito presente”, cerraron el tramo con La vida es una moneda (Páez).

Saludaron al público antes de los bises, los cuales proponían homenajes especiales. “Con victorias, empates y algunas derrotas, hemos tumbado muchos molinos”, dijo Abonizio presentando el importante momento. Tema de Rosario cerró con la imagen en pantalla de Lalo de los Santos (el autor) y Las cosas tienen movimiento finalizó con la figura de Gerardo Rozín. Ambas dedicatorias conmovieron a la multitud y a los protagonistas.

La noche incluyó un homenaje a Gerardo Rozín. Fotos: Ana Campanero

Oración del remanso (Fandermole) , ausente a pesar de ser la más pedida en el primer show, fue incluída en el segundo. “Así empezó todo, lo bueno es cerrar el círculo”, dijo Baglietto antes de despedir la función con Mirta, de regreso.

Las canciones de la Trova colaboran para definir la identidad musical de Rosario, una ciudad que no los contuvo en su momento inicial, pero que hoy, con justicia, los considera patrimonio artístico y cultural de la misma, algo que ya había determinado la gente y hoy se formaliza con los decretos oficiales.

“No sólo es mérito nuestro, debemos ser agradecidos con la gente que nos ha permitido llegar hasta aquí. Sabemos que hay gente que quizás ha tenido más talento que nosotros y no han tenido la suerte de que el público los acompañe.”, reflexionó Baglietto. Y agregó: “hoy no celebramos el pasado, celebramos el presente, estamos aquí, estamos vivos y seguimos haciendo música”.

 

3 comentarios para “La Trova Rosarina. Canciones que identifican y una historia que no se detiene

  1. Laura Gori dice:

    Excelente descripción de un show que lamenté no poder presenciar! Tus apreciaciones Pedro permiten vivir un poco esas dos fantásticas noches!

  2. Amadeo dice:

    Muy buen informe, estuvimos el viernes y coincido en la descripción. Muy emocionante!!!

  3. Gustavo dice:

    Excelente reseña Pedro

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