Los estilos y recorridos de estas dos artistas se unirán este jueves 4 de mayo sobre el escenario de la Plataforma Lavardén en un show en el que cada una presentará sus últimos lanzamientos, repasarán sus clásicos, y se cruzarán mostrando al público que vibran en la misma frecuencia


“Somos diversas, diferentes, pero a su vez, somos mujeres plantadas sobre el escenario, con la voz y la impronta de los cantos de América Latina”, dijo Charo Bogarín sobre los puntos de contacto con Mimi Maura. La charla es la antesala de un show en conjunto en el que ambas tocarán sus últimos lanzamientos con sus formaciones, interpretarán algunos clásicos de sus repertorios y reservarán algún cruce como sorpresa para los presentes. El show que tendrá lugar este jueves en Plataforma Lavardén (Sarmiento y Mendoza, Rosario) es parte de una gira que tuvo su puntapié inicial el año pasado con un show en Cipoletti. “Es un gran placer estar con ella y saber que nos llevamos tan bien, que vibramos en la misma frecuencia”, aseguró la cantante y compositora formoseña a De Coplas y Viajeros.

“Somos mujeres con un cierto timbre de voz, una mujer que es femenina pero que también es imponente y poderosa sobre el escenario”

En el concierto, Mimi Maura tocará los temas de su último disco Alma adentro y La Charo hará lo propio con Formoseña un material con ritmos de Latinoamérica: con cumbias, chotis, malambo, chacareras, ritmos bien bailables. “Y mi voz que está nutrida del canto de las mujeres indígenas, del canto de grandes referentes como Mercedes Sosa, Chavela Vargas, Chabuca Granda y Violeta Parra. Cuando las menciono también hablo de su manera de componer, porque mi repertorio tiene que ver con canciones que yo misma compongo y con ese decir, con ese a qué le cantamos: a la tierra, a la pacha, le cantamos a la mujer, a su fortaleza, le cantamos a esta América Latina tan diversa, a nuestra sangre indígena, afrodescendiente. Todo eso está puesto en la composición y se refleja finalmente en la voz y en lo que pasa sobre el escenario”, definió la también actriz que, consultada sobre lo que tiene en común con la cantante argentino-portorriqueña más ligada al rock, al ska y al reggae, Mimi Maura, no dudó: “Somos mujeres con un cierto timbre de voz, una mujer que es femenina pero que también es imponente y poderosa sobre el escenario. Otra coincidencia es el abordaje de los ritmos diversos de esta América tan prolífera, también de sus temáticas históricas y de los instrumentos que se usan”.

Este cruce con Mimi Maura no es algo extraño en la carrera de La Charo que ya supo subir al escenario de Lavardén junto a María Mulata y compartir con cantoras como la cubana Yusa o las uruguayas Ana Prada y Malena Muyala. “Y del ámbito folclórico me he mezclado con muchas musas y músicas como Teresa Parodi, Liliana Herrero, La Bruja Salguero o con Mariana Baraj y Sofía Viola que son de las generaciones más nuevas”. Y si de cruces se habla, su último disco cuenta con la participación de La Delio Valdez. “En el ámbito de la cumbia los chicos y las chicas que conforman este grupo vienen marcando un rumbo desde ya hace varios años. Además, cantar con Ivonne (Guzmán) fue muy lindo y justo lo hicimos cuando ella estaba embarazada, así que fue un regalo haber hecho esa canción con ella con su pancita, y con su sangre afrodescendiente, porque esa manera de cantar, esa cadencia que tiene en sus movimientos, en su manera de expresarse, tienen que ver con la sangre que lleva dentro”, contó.

 

Una síntesis

La carrera solista de La Charo comenzó con la idea de recorrer Latinoamérica para nutrirse de su diversidad musical, y su último disco parece surgir desde su Formosa natal para sintetizarlo. “Creo que las y los artistas siempre decimos que nuestros nuevos álbumes marcan un punto de inflexión o de madurez. Y claro que eso pasa porque seguimos cumpliendo años e indefectiblemente seguimos madurando (risas). Pero creo que sí, que Formoseña tiene una síntesis, un resumen de ese concepto que abordé desde el principio de mi carrera solista, allá en 2017, con mi primer álbum. Yo decía que, a diferencia de Tonolec que es un canto electrónico indígena, pero de territorio hacia adentro de nuestras fronteras argentinas, La Charo era expandir ese universo y salir a recorrer Latinoamérica para nutrirme de sus ritmos, de sus historias, de sus instrumentos, de su sonoridad y volcarlas en composiciones propias”, contó.

“Uno tiene un concepto cuando arranca el camino, pero después hay que sostenerlo, hay que demostrarlo. Y creo que logré mostrar un poquito esa hondura a la que llegué tras viajes a otros países, tras vivenciar festivales folclóricos de otras regiones, de intercambiar mi voz y mis composiciones junto con otras cantoras de América Latina. Todo eso son cosas que uno pone en palabras, pero en realidad es material que se va macerando en la mente, en el cuerpo, en el espíritu y después se hace canción”, agregó.

 

Gestionar derechos

Además de una reconocida cantante y compositora, de ser actriz y haber formado parte de varios largometrajes y series, La Charo es también la vicedirectora del Instituto Nacional de La Música (Inamu). “Para mí fue un gran placer ser convocada para estar en el directorio de este organismo de fomento, desde el Inamu ayudamos económicamente y damos capacitación a los artistas. Las ayudas son para hacer giras, grabar discos para los músicos del sector autogestivo, los que muchos conocen como músicos independientes, que somos los que más necesitamos porque no tenemos una espalda grande propia y acaudalada. No hay una industria que apoye lo independiente, lo alternativo o autogestivo, la industria es para unos pocos que marcan una tendencia en cierto momento, pero todos sabemos que la cultura se construye desde otros lugares, desde otros territorios y son esos territorios musicales los que va defendiendo el Inamu a través de los fomentos”, aseguró.

Dentro del instituto La Charo lleva consigo dos banderas, el espacio de las mujeres y disidencias a través de, entre otras cosas, el cumplimiento de la Ley de Cupo en Eventos Musicales sancionada en 2019 y con la difusión y preservación de la música de los pueblos originarios. “Mundialmente se conocen distintas músicas como parte de nuestro patrimonio cultural, material e inmaterial, ritmos y músicas que son tradicionales de cada región como puede ser un chamamé, como puede ser una chamarrita o el mismo tango. Pero si vamos más hondo en lo que es nuestro patrimonio musical,  está la música de nuestros pueblos originarios, así que estamos encargándonos de armar una fonoteca donde la gente pueda, a través de Internet, escuchar digitalmente audios de las comunidades qom, wichi, guaraní, coya, mapuche, huarte, tehuenche, charrúa y chaná; saber que existen esas músicas en el territorio argentino pero que estaba faltando ordenar un poco ese material”, adelantó sobre un proyecto que no dista del rescate y divulgación que viene realizando en su carrera: “De hecho con Tonolec cuando empezamos en el 2005 con nuestro primer disco que era fusión de música electrónica con música en lengua qom o toba y luego vino también la música en lengua guaraní (yo soy mujer guaraní descendiente de guaraníes); la gente, al principio, pensaba que no estaban escuchando música de nuestros pueblos originarios, pensaba que era música china o japonesa. El desconocimiento que había y que sigue habiendo es muy grande”.

Pero no se trata solo de conocer músicas como piezas de museo sino de difundir culturas que siguen vivas. “Ayudando también a la dignificación del trabajo musical de nuestros pueblos originarios. Porque muchos de ellos, como no se los conoce y no tienen presencia en los escenarios, no los contratan y no pueden vivir de eso. Difundiendo este tipo de música y ordenándola, sabiendo que existen estos grupos que mantienen viva su cultura originaria también se va a poder cambiar esa realidad laboral que dignifique a las agrupaciones de pueblos originarios de Argentina. Hay que conocer para enamorarse aún más de nuestra cultura musical tierra adentro, para generar un público”, aseguró.

 

Pantallas y teatros

La carrera de Charo Bogarín, de La Charo, es muy amplia y versátil, incluye también su faceta como actriz en la que participó de las películas Paco y Ley primera de Diego Rafecas,  Aime que cuenta la historia de la heroína cultural mapuche Aimé Paine y una serie que se podrá ver este año por la Televisión Pública que cuenta la historia de Martina Chapanay. Además, este verano se sumó a uno de los elencos de Sex, la obra teatral de José María Muscari. “Fue un gran aprendizaje. Yo participé de la versión en Carlos Paz que era mucho más familiar, más descontracturada. Me gustó mucho porque propone hablar de la sexualidad sin tabúes, sin tapujos, entendiendo que uno puede sentirse sexual y erótico más allá de los credos, de los colores de piel, más allá de las formas de los cuerpos y de las edades”, dijo.

Y sobre esa constante en su carrera que es tomar lo que la sociedad impone y desafiarlo, concluyó: “Creo que hay un eje que rige el comportamiento de cada uno, en mi caso siempre fue tratar de ir un poquito más allá de esos límites que te impone tu cultura, tu sexo, tu generación, la edad que tenés, donde naciste, en qué territorio, ir como un poquito más allá planteando nuevos desafíos, pero siempre con esta impronta de la libertad, de la inclusión, de la diversidad y de aceptarnos como somos. Y en ese combo ser felices”.

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