La periodista Maby Sosa, sobrina de la cantora, nos cuenta cómo fue el proceso que convirtió en museo el lugar donde La Negra dio sus primeros pasos con la música.

Por Pao De Senzi | paodesenzi@gmail.com


Haydée Mercedes Sosa cruzó la puerta de rejas de su casa en la calle Corro al 300, en San Miguel de Tucumán. La separaban cinco o seis cuadras de la entonces LV12, la radio más importante de la ciudad. Su maestra había faltado y no tenía clases, entonces una amiga le dijo que había escuchado en la radio que había un concurso para cantoras y cantores tucumanos. Allí fue Gladys Osorio, la adolescente de nombre ficticio a concursar. Y la historia, ya es conocida.

Desde hace unos días, la casa de Corro al 300, está habitada por Gladys, por Marta, por Haydée, por Mercedes Sosa y una gran parte de la familia que vivió allí. Sus paredes vuelven a hablar, a contar la historia para que los tucumanos y todos aquellos que quieran saber sobre La Negra, la que nació en esa casita de techos bajos y galería donde se amuchaban los parientes, puedan hacerlo a través de una iniciativa de la dirección de cultura de la municipalidad, que convocó a algunos miembros de la familia para reconstruir no solo la casa natal de Mercedes Sosa, sino la línea de tiempo desde que nació hasta que emigró a Mendoza.

Las casas museo, contrariamente a los museos convencionales, tienen un plus sentimental. Uno pisa el lugar que fue habitado por el ex dueño de casa, y generalmente tiene una conexión con quien lo visita. Así sucede con la Casa del Che Guevara en Alta Gracia, La Joyita de Ada Falcón en Sierras Chicas, la casa de la Abuela Carabajal en La Banda, y tantas otras reconstruidas. 

Con amorosa y minuciosa producción y guión de la periodista Maby Sosa y su hermano, Adrián, quien es el coordinador de cultura de la casa (ambos sobrinos directos de Mercedes), testimonios de muchísimos familiares, amigos, vecinos y todo aquel que conoció el lugar y a la familia, se realizó la reconstrucción y se ideó una línea de tiempo para los ambientes, un trabajo que llevo más de 5 años, pandemia de por medio. Hablamos con Maby, quien nos cuenta desde Tucumán cómo fue el proceso de la recién inaugurada Museo Mercedes Sosa-Casa Natal.

“Esto surgió en el año 2016, -cuenta Maby Sosa– cuando la responsable de la Dirección de Cultura de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, Bea Moran, apenas asumió se acercó a la casa de mi padre para preguntar si era posible conseguir ese solar porque les interesaba hacer el Museo de la Casa Natal de Mercedes Sosa. Ahí fue que mi papá y mi hermano se pusieron a buscar a los familiares Sosa, eran muchos desparramos por ahí. Esta fue una casa que quedó ahí, que nadie reclamó nunca, y vivía un pariente lejano, con el que se acordó el traslado a otra propiedad, para que la municipalidad pudiera comprar el inmueble”. 

– ¿Desde qué año vivió la familia ahí?

 Esta casa era de mi bisabuelo. Ellos llegan desde Santiago y compran a fines de 1800, y ahí se desarrolla la familia, ellos llegan con sus diez hijos, entre los que estaba mi abuelo y allí, cada uno va armando su vida (eran una familia muy humilde). Los que se pueden ir a otro lado lo hacen y los que se quedan, van creciendo como familia en cada una de las habitaciones, amuchados. Incluso mi papá recuerda que había una habitación que se había desocupado y se subalquilaba a una familia de afuera.

Museo Casa Natal Mercedes Sosa. Foto: Maby Sosa

– Imagino que has tenido un montón de testigos para armar esa línea de tiempo. 

– Para la reconstrucción, fue muy importante el testimonio de mi tío y mi papá, sobre todo porque yo los había escuchado a los tres hermanos contar anécdotas en esa casa cuando mi tía todavía estaba viva. Muchas cosas habían quedado guardadas y estaba bueno reflotarlas y contarlas ahí y pensarlas para construir ese lugar, así que fueron principalmente las voces de los dos que fueron los que más cerca estuvieron; de un primo de mi papá que también ayudó a construir y acordarse de algunas cosas más que nada físicas, porque la casa hubo que reconstruirla prácticamente de cero, hasta se le puso el piso original, para cosas como estas era muy necesario por ahí apelar a la memoria de los que estuvieron 

– ¿Qué se puede ver en la casa?

– Yo estuve trabajando en la producción y tuvimos que tomar una decisión, porque era mucho para contar. Pusimos en el comedor, que es el espacio donde uno se junta, se encuentra, donde se escucha la radio, etcétera, todo el valor más sensible y emocional de la historia familiar, contando un poquito como es Tucumán, como era en ese tiempo, también está el árbol genealógico en la mesa, como una forma de afirmar que toda esta gran familia sale de ahí, es muy loco pensarlo, ¿no?. El resto de las habitaciones tiene ya la historia de mi tía, contando también quienes vivieron en cada habitación para que vayan acompañando este recorrido. Muchas cosas, fotos, fueron prestadas por nosotros del archivo familiar, muchos discos, por ejemplo hay un disco que me regaló un amigo, cuya gráfica está en coreano, y lo presté para el museo. Para el mobiliario, recurrimos a casas de antigüedades para tener una aproximación a los que se usaban en la época. Y faltan cosas simbólicas que estamos tramitando incorporar. Respecto a lo visual, en cada sala un panel para que vayas buscando visualmente en la historia y la acompañes con música, hay una sala audiovisual que se pasa un video donde están sus colegas hablando de ella, ese video fue hecho por los chicos de El Cohete en la Luna.  Y además, hay una sala para niños que es a partir de Mercedes con Zamba, el personaje de Paka Paka, de esto se está haciendo el montaje, es un recorrido por la vida de ella, con ilustraciones de Zamba. 

Foto: Juan Carlos Escobar

– De la historia de Mercedes en esta casa, ¿qué se puede decir?

 La familia vive hasta que ella tiene más o menos 16 años. Acá en Tucumán, hubo una tormenta muy grande, muy recordada porque genero estragos, y producto de ese día, se cayó precisamente la habitación donde vivía mi familia. Mi tía cantaba mucho en los actos peronistas creo que todavía con el nombre de Gladys Osorio. En uno de esos actos, estaba el gobernador en ese momento era Fernando Riera, le pregunta como andaba, y ella le cuenta lo que le pasó, y le pidió si le facilitaba inscribirse en un plan de vivienda. Ahí le ofrecen dos barrios y ella elige el Barrio Jardín, donde ya vivió el resto de la familia.

Maby destaca además, la importancia que tuvo la casa a nivel geográfico para la intérprete: “casualidad o no, la casa está ubicada cerca del parque 9 de Julio, a cinco cuadras de la casa de la Independencia y está como en la entrada de Tucumán, a unas cuadras de lo que era y es ahora la terminal de ómnibus y también estaba ahí la estación del ferrocarril. Mi papá contaba que en esos tiempos una de las diversiones era ver pasar el tren, en ese momento las formaciones unían barrios, era el tren urbano. Y lo loco es que yo siempre pienso que si tía no hubiese vivido en esa casa, no hubiese nacido en ese lugar, no hubiese podido ir al concurso de Lv12, que fue casi como una travesura. Estaba cerquita de la escuela y ese día se enteró una compañera que había un concurso y ella fue, como una travesura porque aparte mis abuelos no estaban, se habían ido a Buenos Aires, al acto del 17 de octubre. Ella quedó seleccionada, a los pocos días cantó de nuevo y ahí fue cuando mi abuelo puso el grito en el cielo”. 

Y sigue: “LV12 estaba a cuatro o cinco cuadras, y esa cercanía me pareció un designio. Yo pienso si ella hubiese nacido en otro barrio, más lejos, no hubiese tenido ni transporte para ir a ese lugar a participar del concurso En el parque, por otro lado, se organizaban muchos talleres culturales, y mi tía era concurrente, desde muy chica. Eso fomentó también su costado artístico. Además, había muchos conciertos al aire libre y ella pudo ver ahí a artistas como Lolita Torres, de quien era admiradora. Y ella siempre decía que el parque 9 de Julio era su juego, pintar, escuchar música, y la ubicación de la casa formó un poco ese instinto de arte que tenía Mercedes, que ya a los 20 tenía una carrera muy movida, y a los 23 se va a Mendoza con Matus, y ya no vive en Tucumán, así que esta casa es parte importante de esa formación y los primeros años de Mercedes”. 

– Y han tenido apoyo del gobierno municipal, por cierto, buena parte de esta idea fue de esa entidad. 

– La verdad es que para nosotros ha sido una satisfacción que haya algo oficial de mi tía acá en Tucumán, porque si bien hubo homenajes, en el Museo Folklórico de la Provincia, por caso, nunca hubo un recuerdo bien planteado. La directora de cultura vino directamente con la consigna de «no tenemos nada de Mercedes». Ella fue colega de Pepe Concha, compañero mío del diario, y ellos se pusieron al hombro esto de juntar a los 64 Sosa para que firmen las actas de la venta, para que estén todos de acuerdo, porque nosotros no queríamos dejar afuera a nadie de la familia.

 

Fotos: Juan Carlos Escobar

– ¿Qué percepción te dejaron quienes visitaron la casa el día de la inauguración?

– Emoción y mucha alegría, es como tener una historia negada en la provincia de ella, aquí no tenemos más que lo que se conoce desde afuera, y esta es la posibilidad de un acercamiento a ella que me parece que causa un efecto, ver la casa y ponerte en contacto con su historia genera sensaciones muy lindas y la verdad es que nos hemos encontrado con muchas satisfacciones el día de la inauguración. Por ejemplo, muchos vecinos o gente que vivió ahí, se acercaron a ver cómo era el museo, solo de haber leído en el diario que eso iba a suceder y muchos parientes que ni conozco aparecieron contando que allí habían estado tomando mate cocido o charlando con la Marta. Muy emocionante

–  ¿Y vos pensás que Mercedes hubiese querido esto, un lugar con sus cosas, sus recuerdos?

– No se si la casa pero había un deseo de ella de que hubiese un museo, ella siempre pensaba diferentes opciones, tenía en efecto a la vuelta de donde vivía en Buenos Aires una casa a la que le decíamos «el museo» en broma, porque ahí estaban los vestidos con los que ella cantaba, los premios y ahí íbamos todos, si yo llegaba a Buenos Aires con mis amigos, ella nos prestaba la llave e íbamos a parar todos a «el  museo» en medio de los premios que tanto cuidaba.

El Museo Mercedes Sosa – Casa Natal, se encuentra en el pasaje Calixto Del Corro 344, San Miguel de Tucumán. Se puede visitar de martes a domingo, de 9 a 18, con entrada libre y gratuita. Más data 

 

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