El 2022 fue un año decididamente muy rico en lo que a producciones musicales se refiere. Brotaron, como desde un origen infinito, proyectos nuevos, colaboraciones y mixturas nutricias y cautivantes; músicas inéditas vieron la luz, músicas que ya conforman el imaginario popular se animaron a desarmarse y volverse a armar, artistas consagradxs lanzaron materiales nuevos y se desparramaron por doquier voces recientes, lxs artistas jóvenes que, con propuesta y calidad, se afianzan en la escena de la música popular, la canción, la música de raíz folklórica, renovando los decires, acercándonos a lo profundo del alma humana, cada vez más expansiva.

En esta nota les convidamos una selección de discos editados durante el 2022 que recomendamos desde el equipo de De Coplas y Viajeros. Podemos decir que el recorte es la música popular o de raíz folklórica, pero en verdad se trata de esa música que lejos de ser de un género en particular, retoma los saberes y los colores que deambulan por el aire cotidiano y los hace melodía, poesía y encuentro.

Cabe la aclaración: estos discos no son los mejores, no son los más escuchados ni los que pretendemos posicionar por sobre otras valiosas producciones discográficas  -para ver todas las reseñas y más material sobre discos del 2022 hacé click acá-, son más bien una punta, una propuesta, una posibilidad. Una invitación a la escucha y la curiosidad. Una excusa para juntarnos.

 

Patio Vol. II  – Trío Patio
Por Sergio Sánchez

Entre la elegancia y el patio de tierra. Así se podría titular el segundo volumen de Trío Patio, el grupo integrado por Juan Quintero en voz y guitarra, Santiago Segret en bandoneón, voz y bombo, y Andrés Pilar en piano, voz y bombo. Trío Patio parece encontrar el equilibrio justo entre un abordaje refinado de conservatorio de música y la frescura y simpleza de la peña o el patio de tierra. Los tres músicos tienen una larga trayectoria dentro de la música popular argentina y siempre se caracterizan por integrar proyectos musicales que ponen por delante la libertad creativa y una impronta lúdica.

En este caso, eligen un repertorio clásico y criollo que va desde Corazón atamisqueño, de Carlos Carabajal y Leopoldo Tevez, hasta Aquel tiempo de mí infancia, de Cuti Carabajal, pasando por Viditilla -una recopilación de Leda Valladares-; De mi flor, de Cristóforo Juárez y Orlando Gerez; Noches de Catamarca, de Manuel Acosta Villafañe, con Nadia Larcher de invitada, y más acá en el tiempo, una versión de Coplas sin luna, de Raúl Carnota, un artista admirado por Quintero.

En suma, se trata de un disco centrado en ritmos folklóricos para bailar y pertenecientes en su mayoría a la región del noroeste argentino, como chacareras y escondidos, aunque también hay alguna tonada cuyana, como La madrugada, de Saúl Salinas. Una colección de clásicos del repertorio popular argentino que el trío interpreta con soltura, naturalidad y respeto. Si bien toda interpretación es una nueva versión, no hay intención de experimentar, reinventar o profundizar en la interpretación. Más bien, pareciera ser que Quintero, Segret y Pilar tienen como única intención divertirse. Es decir, pasarla bien y regalar –como buenos curadores- un conjunto de versiones para salir a bailar y tocar en vivo.

 

 

Tinta y tiempo – Jorge Drexler
Por Pedro Squillaci

Jorge Drexler tiene el don de palabra, la conjuga, la convierte en rima poética, en una daga que te clavan por la espalda o en un barco que te lleva por altamar. Pero en plena pandemia entró en crisis, no muy distinta a la de cualquiera que está leyendo estas líneas, y todo ese caudal cancionero que lo caracteriza se llenó de incertidumbre, vacío y desconsuelo. Pero la música siempre es un bálsamo, y el uruguayo le encontró la vuelta, una vez más, con un disco que se puede escuchar de punta a punta en 10 canciones que cubren tres segundos menos que 35 minutos.

Tinta y tiempo es el título del disco y es todo lo que necesitaba Drexler para decir que “el amor es el plan maestro” (Plan maestro), junto a Rubén Blades; o invitar al deseo en Tocarte, con C. Tangana; y también reírse de los mandatos de internet en ¡Oh, Algoritmo! en un trabalenguas tan complejo como real : “¿quién quiere que yo quiera lo que creo que quiero?”.

Drexler no le teme a coquetear con la balada, con las secuencias rítmicas de las computadoras, tocar junto a una orquesta, ir a la intimidad desnuda de una guitarra acústica o bailar al ritmo de una habanera. Porque, como lo dice una canción de este disco, todo lo hace por “amor al arte”. Y desde ese lugar le canta al amor desde el lugar de papá (El día que estrenaste el mundo), de hijo (Duermevela) y de pareja (Corazón impar); evoca los agujeros negros de la creatividad (Tinta y tiempo) y, como en Bendito desconcierto, junto a Martín Buscaglia, le susurra a la finitud de la vida y a la sorpresa que traerá un nuevo amanecer.  “Que sea lo que sea” cantó Drexler alguna vez. Y en Tinta y tiempo ya está en el aire girando su moneda.

 

 

Formoseña – La Charo
Por Federico «Poni» Rossi

La Charo transita un profundo camino de mixturas sonoras donde la música de vanguardia se fusiona con los sonidos criollos, nativos y afroamericanos para confluir en un producto completamente genuino. Formoseña, su tercero y reciente disco, da cuenta de ello, ya que retoma y profundiza su faceta de cantautora, aquella que había iniciado con el primero de sus discos (La Charo, 2017).

Formoseña, gentilicio que identifica a La Charo con su provincia natal, se compone de ocho canciones y un bis que buscan pintar su aldea, y que trasciende las fronteras de su Clorinda natal para proyectarse hacia todo un continente.

La producción musical estuvo a cargo de Lucio Mantel, quien aportó de manera sublime arreglos e instrumentaciones que potenciaron cada una de las canciones. El cantautor, a partir de su formación proveniente de la guitarra clásica pero también del rock, supo darle un vuelo distinto a cada una de las historias que La Charo propuso narrar con cada una de las canciones. Juntos lograron fusionar la cabeza folklórica de ella con los sonidos más europeos que aportaba Lucio. Esa síntesis se ve reflejada en las instrumentaciones de las cumbias Caña y tambor, grabada junto a La Delio Valdez, o Agüita de manantial, por ejemplo.

Al disco lo completan El mentiroso, un son jarocho donde participa el arpista mexicano Celso Duarte (músico de Lila Down); el schotis Formoseña, que le da nombre al disco y que describe vivencias de La Charo en su terruño; una canción introspectiva y profunda como Voz de la montaña compuesta luego de una gira que tuvo con Tonolec por Canadá; la canción llanera Sabana esperanza que contó con la participación de la arpista Sonia Álvarez; Pajarito, una canción folklórica infantil; y Pausando viene el amor, en dos versiones: una con banda y una solo set.

Pajarito y Pausando viene el amor tienen sus respectivos videoclips realizados por Carlos G. Coccia, quien estuvo a cargo del arte de tapa y que fue el responsable del arte de varios de los discos de Tonolec.

En síntesis, es un disco que trasciende fronteras y que socava lo más profundo de las músicas de raíz donde las mixturas de paisajes sonoros se funden en un material que propone tradición y vanguardia, y que proyecta y posiciona a La Charo como una de las voces más representativas del continente.

 

 

Las canciones más lindas del mundo – Dos Más Uno
Por Pedro Robledo

Las canciones más lindas del mundo es el tercer álbum del trío compuesto por los hermanos chaqueños Marcelo y Hugo Dellamea y el chubutense Ariel Sánchez.  El disco refleja la experiencia de tocar con una importante cantidad de artistas de diversos estilos, compartiendo con ellos los segmentos musicales de La peña de Morfi.

Esa diversidad está plasmada en el repertorio elegido: canciones del folklore latinoamericano y tango, con un margen para improvisar y demostrar las virtudes individuales.  Nahuel Pennisi en Bachata rosa y Maggie Cullen en La jardinera, son los invitados especiales en este disco.

Con la experiencia acumulada en esos encuentros con otros artistas, Dos Más Uno fue enriqueciendo su repertorio y fue profundizando el acercamiento a otros géneros.  En esta placa hay obras de Chabuca Granda, Violeta Parra y Juan Luis Guerra, todos creadores latinoamericanos.

Del folklore argentino, el trío rescata temas de las duplas Castilla-Leguizamón y Falú-Dávalos y, ampliando las fronteras, suman canciones de Litto Nebbia, Fito Páez, Jorge Fandermole y el tango El último café de Castillo-Stamponi.

El álbum cierra con la participación de Gerardo Rozín, artífice fundamental con su envío televisivo, porque le aportó la visibilidad que el trío merece. Rozín dedica un texto a resaltar el disfrute de trabajar con el trío. Yo me quedo (Pablo Milanés), la canción que cierra el disco, cobra alta emotividad e implica un homenaje al periodista rosarino recientemente fallecido.

 

 

Garupá, canciones de Ramón Ayala – Garupá Trío
Por Marcelo «Bochi» Muiños

En el marco del contexto musical actual, donde todo el mundo vive acelerado y no se da el tiempo a ponerse a escuchar con tranquilidad una pieza musical de elevado criterio, el disco de Garupá Trío viene a traer un manto de belleza y exquisitez a la música regional de base litoraleña. Los tres integrantes Homero Chiavarino, Julián Venegas y Joel Tortul juegan sin trampas, limpios, demostrando su calidad en la ejecución de sus instrumentos y logrando abordar integralmente la obra de Ramón Ayala con un criterio libre, que revaloriza las canciones del autor misionero.

El disco es una oda a la música del litoral, realizada por tres músicos que tocan y viven en Rosario, muy inquietos los tres en producciones e iniciativas, cada uno con su estilo propio, pero en una mixtura que amalgama en un disco completo de 13 temas, con una “musicalidad rosarina”.

Al inicio del disco encontramos el clásico El cachapecero, de rotunda versión. Luego prematuramente escuchamos Hacha y Chaco siguiendo la línea conceptual del monte y su tragedia. En ese tour se viaja además por la Provincia de Misiones donde también paramos en Canción del Iguazú y la infaltable Posadeña linda.

El mundo del pescador, del monte y del obraje están presentes en el desarrollo del disco. Y como colofón a toda esa magia litoraleña podemos poner para escuchar Alma de lapacho, con Flor Bobadilla Oliva como cantante invitada. Escuchenlá, no se van a arrepentir.

El álbum posee una estética y un lenguaje identificatorio, donde respetando la composición original de «El mensú».  El toque y los arreglos que los músicos le dan, plasma su interpretación subjetiva, con un vuelo original y actual.

 

 

Sangre adentro – Leo Garzón
Por Sonia Cabral

En 2022 reseñando discos de reciente edición me di el gusto de escuchar con atención lo nuevo. Entre los materiales que muestran lo mejor de cada artista y las nuevas sonoridades elijo el de mayor identidad: Sangre adentro. Este nuevo disco de Leo Garzón es el que más nos aproxima a momentos de tucumanidad indiscutible. Patio, personajes, poesía y vientos de rebeldía conviven en él. Absoluta representatividad de su cultura de origen, de su provincia natal en los 12 temas y una yapa; y, sobre todo, la coherencia entre título del álbum, compromiso letrístico-musical y diseño.

Es un disco de folklore y un valioso trabajo de composición donde Leo propone una narrativa entrañable que luego transmite en la fuerza de su canto ofreciendo el lugar que la letra se merece. En los arreglos junto a Leo aportó su arte también Leo Andersen, y como invitados: Lucas Homer, Leandro Marquesano, José Torelli, Nancy Pedro, Julieta Lizzoli, Nico Segovia entre otros, pulen musicalmente el producto sin quitar ni una sola partícula de esa autenticidad. En Sangre adentro está el ADN tucumano que el cantautor lleva como caudal interno y como propósito de vida.

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