La cantautora uruguaya habla de todo un poco en esta entrevista a la que accedió desde Uruguay, mientras prepara su nuevo disco, un programa de radio y cría a Hugo, su pequeño hijo.

Por Pao De Senzi | paodesenzi@gmail.com

Fotos: Gentileza Ana Prada


Hace poco más de una década, la cantautora uruguaya Ana Prada editaba una trilogía discográfica que, además de ser exitosa, fue una especie de faro para las luchas de las mujeres de ese entonces. Por esos años, aun se esperaba por la ley de cupo en los festivales, la ley de matrimonio igualitario estaba bien fresca y ser madre en un contexto y forma diferente al tradicional, era algo de lo que no se hablaba, o no salía en las noticias. Soy Sola, Soy Pecadora y Soy Otra, fueron tres discos con canciones propias en los que Ana no solo deslumbraba desde las composiciones originales y los arreglos musicales, sino que decía en canciones, lo que ella era, lo que pensaba, lo que quería.   

“Desde el disco Soy Pecadora que ya cumplió diez años creo realmente el mundo cambió; bueno, no se si el mundo, pero sí Argentina y Uruguay en materia de derechos que fueron consiguiendo muchas mujeres y hombres que también se sumaron a estas luchas, a esta forma de irnos deconstruyendo todos y todas. Creo que es muy importante el trabajo que se hizo antes y después. Y Soy Pecadora generó que me hicieran un montón de preguntas, de por qué era pecadora, qué significaba eso y ahí hablé de mi opción sexual, de mi realidad, de que yo siempre tuve una pareja mujer, entonces todo eso introdujo un montón de temáticas sobre la diversidad (estoy hablando de hace diez, doce años atrás, donde hablar de eso era todavía: «¡ah mirá lo que dijo!»). 

Hoy por hoy creo que hablar de si una persona es homosexual o no, es totalmente demodé, antiguo. Por suerte se ha avanzado rápido en ese sentido y creo que tiene que ver mucho con la agenda de derechos, con la posibilidad del matrimonio igualitario. Yo tengo un hijo con Pata Kramer (cantautora uruguaya), hoy estamos separadas pero compartiendo la crianza de Hugo desde un lugar nuevo del amor y creo que las nuevas generaciones van mucho más hacia ahí; primero hacia lo no binario, al respeto a los lugares en el medio entre lo masculino y femenino, donde hay un montón de matices y formas de expresar el amor, el deseo, el placer, el goce. Creo que ese ha sido el trabajo de mucha gente para ir poniéndole el tapete de la conversación, de la existencia, porque si no se habla de determinados temas es como si no existieran. La posibilidad de empezar a hablar en mi caso, en poner en canciones esas luchas, me lo facilitó mucho las luchas de otras mujeres que se jugaron mucho más los trapos que yo. Yo simplemente aporté un granito de arena y ese disco me dio también la posibilidad de aprender, porque me llamaron a congresos feministas y lugares en donde aprendí, de Latinoamérica y el mundo, muchísimas cosas, y yo también me fui deconstruyendo en un montón de prejuicios que todos tenemos.

A las mujeres nos ha costado mucho hacernos cargo de nuestro deseo, defenderlo, porque inconscientemente hemos sido -al menos mi generación- más inseguras. Yo la pasé muy mal cuando en Paysandú, a los 14 años, me di cuenta de que me pasaba algo con una amiga. Era una cosa que no se hablaba, que ni se sabía, era como ser extraterrestre. ¡Y lo rápido que cambió el mundo! Yo pasé años de mi vida con una vida paralela donde ni mis padres, ni mis hermanas, ni mis amigos sabían lo que me pasaba porque no se hablaba de la homosexualidad en general y si se hablaba era la homosexualidad masculina, del gay amanerado que se le caen las plumas, del chiste pelotudo del gay…pero por lo menos se hacían chistes, eso quiere decir que existía dentro de la trama social. ¡La lesbiana no! Y recién ahora junto con las visibilización de las mujeres y de las diversidades, de les no binaries, también se va normalizando el termino lesbianes por ejemplo, que era como una cosa inexistente cuando yo era más joven. Fue durísimo y creo que se ha avanzado muy rápido en este sentido. Esperemos no volver para atrás con las derechas que están triunfando en el mundo, con ese sistema de valores tan vetusto y tan conservador y que no se vuelva para atrás en las conquistas que tanto han costado, incluso han costado vidas, sobre todo de mujeres. Hay que seguir luchando, falta mucho, pero yo me enorgullezco y agradezco que me hayan hecho parte de esas luchas a través de mis canciones.”

Quien habla desde el otro lado del río, es la Ana Prada de hoy, en pleno campo uruguayo, mientras, seguramente Hugo, su niño, corretea por el verde amarillo del otoño, cuyo silencio se ve alterado por esas risas, las palabras y el ladrido de Tronca, la perra. Ana fue madre hace poco más de dos años, y hoy, mientras escribe las canciones de su nuevo disco, habla de esa maternidad que la tuvo ocupada durante los últimos tiempos, de encuentros musicales en pandemia, de un trabajo con canciones de todos los tiempos, del programa de radio que va a comenzar a hacer, de un nuevo espacio cultural del cual es madrina y del nuevo disco que llega con todas estas cosas que seguramente han sido fuente de inspiración para esas nuevas canciones. Y entonces, reflexiona sobre el tiempo que pasó entre aquellos discos y lo que viene. 

“¡Mirá! -dice- acá  tengo hojitas con las letritas escritas y un diccionario de antónimos y sinónimos… Entre mi último trabajo Soy Otra que cierra esta trilogía del Soy… pasaron, sí, muchos años la verdad ¡y es tanto tiempo! En el 2013 perdí a mi madre, que fue un golpe durísimo y me costó mucho recuperarme; me separé, formé otra pareja, después con los años fui madre y eso no quiere decir que me haya detenido en el tema de la música, todo lo contrario, toqué muchísimo, hice colaboraciones con otros artistas, grabé música para documentales, para películas, pero no he sacado aun un disco con mis canciones, con mi autoría. En el medio me pasó que versionaron canciones mías, un sello de Nueva York convocó a sus artistas mujeres y grabaron Mundos Music se viste de Prada, versiones de ocho canciones mías, que para mí fue un honor porque fue una especie de homenaje interesantísimo. También estuve de otro lado del mostrador, yo versioné canciones en un proyecto que subí a Spotify (8 para el 8M), las hice porque me gustaron, porque creo que tratan la temática de género desde un lugar interesante. Hay una de Rafaella Carrá que fue re importante para mí como referente femenina, hay ocho canciones bien distintas, hay tres con músicos uruguayos y las otras cinco con Manu Sija, que es un tremendo músico zarpado, tucumano, joven, que metió todo el arreglo, todos los instrumentos, ¡es un dotado!”

“Y ahora justamente estoy trabajando en la composición de mi próximo disco (que seguramente será un EP subido a las plataformas), y estoy definiendo con quien lo trabajo. Lo iba a hacer en Argentina, con el productor de mi último trabajo, Ariel Polenta, pero esta pandemia nos dejó a cada uno de un lado del charco, y para estas cosas pienso que hay que estar cerca, trabajar juntos en estudio, probar cosas, cambiar, pelearse, volverse a amigar, pensar distinto, nada, me parece que es un proceso que hay que hacerlo en vivo, así que lo voy a producir aquí en Uruguay. Tengo algunos nombres en la vuelta, todavía no me gusta decir nada porque me falta concretar algunas cosas, pero sí, estoy trabajando en un nuevo disco que espero salga antes de fin de año. Va a ser un trabajo que quiero que sea sencillo. No va a ser un disco pum para arriba pero va a ser un disco muy sentido, muchas de las canciones me tocan profundamente. Hice muchas canciones de esas que cuando las canto, me tocan una fibra muy personal y me llevan a un lugar de mucha emoción, entonces tengo muchas ganas de que salga de una vez este disco y compartirlo.”

– La pregunta es, la que en estos tiempos les realizamos a los músicos, en pandemia. En Argentina, algunos artistas tuvieron que reinventarse, sumar nuevas actividades fuera de sus carreras, y la cultura es la rama  más castigada económicamente, en casi todos lados. En Uruguay, creo que hay una situación parecida, ¿cómo la van llevando allí, como está el sector hoy?

 Sin lugar a dudas el sector cultural ha sido afectado por la pandemia, toda la cultura sobre todo la música, los que trabajamos con aglomeración. En Uruguay, como en otros lugares, como en todo el mundo, ha sido terrible, no sólo para las personas que uno ve sobre el escenario, sino para el entramado de gente que trabaja detrás de la puesta en escena de un show, desde toda la parte técnica, los productores, las salas; es una industria que se mueve detrás del hecho canción o del hecho artístico. Todos sabemos que cuanto más gente tú lleves a tu show más éxito uno tiene y más gente te puede ver. Entonces por un lado yo soy muy consciente – y todo el sector lo somos – de que tenemos un trabajo riesgoso en este sentido. Acá en Uruguay, está pasando una injusticia que es que en otros lugares sí aglomeran gente, como los free shops de fronteras, sobre todo con Brasil que tan complicada está la cosa del lado brasileño, como los shoppings, como las iglesias, otro montón de lugares que también aglomeran gente, son actividades que no se han detenido del todo, se han re establecido, los gimnasios, etcétera. Entonces se me da por pensar que hay algo exprofeso con la cultura, hay algo ahí como un encarnizamiento con que el sector cultural, los teatros, la salas (hablando de trabajar con cuidados, con protocolos) vuelvan a la actividad. 

Si bien no es una actividad bien remunerada como era antes, porque básicamente todo el rubro se basa en la venta de tickets, cuantas más entradas vendas mejor, el tener aforos limitados, ya sabemos que lo hace más difícil, pero a pesar de eso el hecho de compartir con el público y subirse a un escenario es necesario. Tú me preguntabas también por la gente que se reinventó, ¡sí! gente que volvió a dar clases por ejemplo o buscándole la manera de generar otras cosas. Si bien yo trabajé más de 15 años girando exclusivamente con mi música y mis shows, y no paré de tocar y era mi modo de vida, medio nómade, andar siempre con una valijita al hombro, ahora hay que frenar y buscarle la vuelta por otro lado. Está también todo el tema de los streamings que a algunos les da resultado, otros no tanto, yo he hecho algunos y en mi caso estoy armando un programa de radio como otra forma de comunicarme y de estar cerca de las personas.

– ¿Cómo será ese programa? ¿Se puede contar algo?

 Saldría ahora a mediados de mes, es un programa que analizamos discos de ambas orillas, de Uruguay y Argentina porque lo hago con un argentino que se llama Mariano Molina que está viviendo aquí, y es profesor de comunicación. Estamos haciendo unas pruebas piloto a ver cómo lo armamos. La idea es tomar discos concretos de aquí y de allá y situarnos en el contexto histórico, qué pasaba en la región, en el contexto político, darle una vuelta desde ahí y sentarnos a escuchar con tranquilidad varios canciones de ese disco, porque siempre andamos a las corridas y escuchamos las cosas apurados, ponemos Spotify y saltamos de canción en canción. El programa se va a llamar Otras Maneras, por una canción que yo hice en pandemia que se llama así y trata justamente de otras maneras de hablar, de contar, de comunicarse y también porque ni Mariano ni yo somos periodistas ni hemos tenido un programa de radio. Este programa se va a grabar en Recreo, que es un espacio cultural que va a tener un canal que está vinculado a la M24, que es una FM en la que habla el Pepe Mujica, una radio claramente de oposición, de los poco medios que van quedando de comunicación de oposición a este gobierno de derecha que tenemos en Uruguay.

– ¿Además de la radio que actividades tendrá este espacio?

 El espacio apunta a eso, a juntar actividades culturales, exposiciones, actividades gastronómicas, y este canalcito para informar alguna cosa, ahí lo estamos armando. Yo no soy la dueña, pero formo parte del proyecto y me pusieron como una especie de madrina cultural,  sobre todo para que de mi opinión, para que los ayude a difundir.

«Hay que tener la posibilidad real de trabajar con tu música, de subirte a un escenario importante, a un festival que te convoquen y que no sea solo en el mes de la mujer». Foto: Guillermo Turin Bootello.

– Esta nueva década, trajo para la Argentina la ley de cupo. Aún se debaten, sin embargo los espacios de las mujeres en la música. ¿Cómo está la situación en Uruguay?

 La ley de cupos y todo esto que en Uruguay se está peleando, también la ley de cupo trans en lo laboral, yo creo que las leyes de cupo son muy interesantes porque abren la posibilidad de «sí se puede» para las mujeres. Si vos sabés que no tenés espacio o no te lo van a dar por más que seas la mejor gerente, o es más probable que asciendan a tu compañero que a vos, siempre hemos tenido que probar nuestra capacidad para ser tomadas en cuenta, sobre todo en lugares donde hay varones. En la música pasa lo mismo. En Uruguay hay varios colectivos de mujeres músicas que estamos luchando con eso, seguimos mucho el ejemplo de Rosario, que se organizaron y lograron un montón de cosas, yo creo que es necesario empezar a hacernos oír desde la música también y profesionalizarnos, hay que tener la posibilidad real de trabajar con tu música, de subirte a un escenario importante, a un festival que te convoquen y que no sea solo en el mes de la mujer, que no sea solo temático. Festivales a lo largo y ancho del Uruguay y de la Argentina hay de todo tipo, como hay todo tipo de mujeres músicas, en el rap, en el trap, el tango, el folklore, etcétera y hay muchas mujeres creadoras que están al frente de su proyecto con una altísima calidad. Entonces lo primero que tenemos que lograr es visibilizarnos y entonces ahí sí se necesita la Ley de Cupo, la posibilidad de que te vean y escuchen porque si vos no mostrás tu trabajo, nadie te va a programar porque no saben que existís. Y por lo general lo que sucede es que los programadores de los grandes festivales y de los medios de comunicación son todos varones, y es una discusión eterna, también es algo muy hegemónico que cuesta romper. En Uruguay estamos luchando por eso también, si bien no se ha conseguido una Ley de Cupo en la muisca, ya hay como una cuestión natural en la sociedad, de ver festivales donde son todos varones, y decís «¡Eh para! ¡cómo no hay una sola mina ahí!». Básicamente lo que estamos pidiendo es la oportunidad de trabajar, de ser independientes y de valernos por nosotras mismas en todas las áreas, yo creo que eso va cambiando de a poco y la música no escapa a otras profesiones, es la posibilidad de crecer y desarrollarnos, y de vivir de nuestras profesiones, ¡nada más que eso, no es tan difícil, señoras y señores!

– Ser madre también, ha sido un hecho importante en tu vida. ¿La llegada de tu hijo te puso en un lugar de más compromiso en cosas que antes no tenías en cuenta? 

 Sin dudas ser madre fue un cambio, que es, está siendo, todos los días, un aprendizaje increíble que te hace ver cosas que capaz que antes yo no le daba tanta importancia. Desde la urbanística, de cómo están hechas las ciudades, que es re difícil moverse con un cochecito de bebé, desde la violencia obstétrica, desde cómo te tratan en el parto, en nuestro caso hubo cosas buenas en el parto, lo tuvimos a Hugo en una institución, en un hospital donde hubo cosas buenas y cosas terribles también, quizá no tanto con nosotras sino con lo que ves alrededor. Hay muchas cosas para atender y luchas nuevas que tienen que ver con las infancias, con el respeto a las infancias, el respeto a maternar, lo difícil que es todo. 

Otra cosa que me encanta es que estoy descubriendo un universo musical, teatral, de películas, y de cosas alucinantes con respecto a las niñeces  y vemos mucho y escuchamos con Hugo muchas músicas hermosas de grupos que trabajan muy bien. Descubrir un montón de gente hermosa que está haciendo cosas muy lindas para las nuevas generaciones donde se trabaja la temática de género, donde se trabaja incluso hasta el lenguaje de hablar con E. Los Canticuénticos de Rosario, Pim Pau, y pienso lo importante que es el arte en las nuevas generaciones, en las nuevas cabecitas, para deconstruir ese montón de prejuicios que nosotros tuvimos que cargar y de los que veníamos hablando recién. Ser madre es un viaje alucinante. A mí se me abrió una parte del corazón, del amor, que desconocía, un amor tan enorme, tan profundo y tan para siempre como es el amor a un hijo. Al principio, cuando es chiquito y bebé, toda esa sensación de fragilidad y de que no le vaya a pasar nada y al mismo tiempo la confianza de que él puede por sí mismo. Hugo es un divino, es un niño muy inteligente, muy independiente, muy amoroso. Ojalá estemos haciendo las cosas bien y pueda ser feliz y pueda tener una vida bella en contacto con la belleza y con el amor sobre todo, lo más importante.

– Hace poquito participaste en un video colectivo sobre el Ni una menos. También habías grabado un disco con canciones para el 8M, en un disco muy lindo de versiones, con textos e  ilustraciones alusivas. ¿Te parece que la visibilización de estas cuestiones, en los últimos tiempos de parte de los músicos/as fue/es importante? 

– Yo creo que el trabajo de los músicos y el arte es vanguardia en estos momentos y en estos cambios sociales. Lo dice el psicoanálisis, lo dice Lacan “el arte es la vanguardia del pensamiento que después se estructura en otras áreas”, no sólo individual sino colectiva. Yo creo que las luchas colectivas son la salida, es entre todas y todos que podemos llegar hacer una sociedad mejor, una especie mejor, que hemos sido bastante peculiares como especie ¿no?, por no decir terribles. Somos unos depredadores tremendos, nos hemos desconectado de todo lo importante, de la naturaleza, del otro, de lo colectivo, nos hemos vuelto unos bichos cada vez más individualistas, más cerrados sobre nosotros mismos sin importar al que tenés al lado, en este sistema capitalista que cada vez es más cruel y más feroz. La población mundial vive en los niveles más bajos de pobreza y otros en niveles absurdos de riqueza. Lo de la distribución ha sido una falla muy grande. Y ni que hablar del saqueo a la naturaleza, de los animales que hemos extinguido a través de los años; tenemos que tomar consciencia, hacer un quiebre radical como especie y darnos cuenta de que hasta ahora lo estamos haciendo bastante mal entonces creo que el arte y la ciencia son como la punta de lanza para generar conocimiento y cambios profundos en la sociedad, en la gente, y en las personas, y el trabajo empieza con los niños y las niñas, ¡con les niñes! 

«No veo la hora de reencontrarme con los amores, las amistades, y cuando digo los amores me refiero al público, a esos abrazos que nos dábamos a la salida de los shows».

– Tenés una especial relación con la Argentina, desde siempre que sigue vigente, y un público propio aquí, amigos. ¿Qué ha generado ese vínculo con este país?

 Con la Argentina he tenido desde el principio una muy buena relación. Mi primer disco salió editado ahí antes que en Uruguay a través de Los Años Luz, un sello independiente con el cual yo ya había trabajado con el cuarteto vocal La otra y bueno, cuando yo grabé Soy Sola le mandé cinco o seis canciones y me dijeron: «¡queremos sacar este disco ya!». Es decir, antes de ver este disco terminado ya me dieron el ok, entonces primero se me abrieron las puertas allá, después lo edité en Uruguay, en España, en Brasil y desde el comienzo fue un vínculo amoroso te diría. Yo creo que es como natural porque compartimos el idioma, siempre hemos tenido un intercambio de ida y vuelta en lo cultural; yo además soy de Paysandú, entonces he tenido mucha influencia de la música argentina. Crecí en una ciudad de frontera, con un puente que me llevaba a Colón en Entre Ríos, donde compré mis primeros discos, cassettes. Entonces tengo mucha influencia de la música argentina desde pequeña, desde el folklore argentino, María Elena Walsh, después el rock, y ni que hablar de la Trova Rosarina. Mi segundo disco lo grabé en Villa Mercedes, San Luis, también a través de Los Años Luz; mi banda principal, mis músicos adorados, son argentinos, así que siento que soy ya medio hija adoptiva de ustedes; además creo que son un público divino, Rosario ni que hablar, Córdoba también, Buenos Aires, La Plata, Mendoza, todas esas ciudades me han recibido siempre con un calor, un público que canta las canciones, que participa, que se compromete y es muy fiel conmigo porque a pesar de que hace pila que no saco un disco están ahí. Y como mi trabajo ha sido más que nada desarrollado allá, también vas desarrollando amistades, amores, un montón de cosas. La verdad que son mi familia en igualdad de condiciones y no veo la hora de reencontrarme con los amores, las amistades, y cuando digo los amores me refiero al público, a esos abrazos que nos dábamos a la salida de los shows, de reencontrarme con productores y productoras, la gente que trabajó conmigo …y bueno es realmente mi hogar, así que les extraño.

– Entonces el año sigue con nuevo disco, con espacio cultural, y esperando el encuentro….

– Estoy tratando de terminar este disco nuevo y después ver si se puede presentarlo, si esta pandemia se termina un poco y podemos buscarle la vuelta de volver a tocar y subir a los escenarios, y así seguirá el año, esperando que pase esta situación, cuidándonos mucho y tratando de salir adelante con esta sensación de ansiedad y angustia que te genera esta imposibilidad de salir. Muchas cosas que pensás después no suceden porque la pandemia avanza, porque justo estamos en una nueva ola, pero la idea es esa: grabar disquito, probarme como conductora de un programa de radio, y darle para adelante con este espacio para que sea un lugar para tocar y generar cosas nuevas a nivel artístico.

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