Luego de compartir escenarios durante más de cuatro años y forjar juntas un repertorio, Victoria Durand Mansilla y Valentina Druetta plasmaron esa historia en su primer disco de estudio, Adá Atamá.


Las cantautoras Victoria Durand Mansilla y Valentina Druetta, después de cuatro años recorriendo escenarios juntas, decidieron plasmar en un disco esa historia, esas canciones que compusieron a dúo, ese repertorio que fue tomando forma en la puesta en común con el público. El material de estas artistas nacidas en la provincia de Entre Ríos pero instaladas en Rosario desde hace años se titula Adá Atamá que, en lengua Chaná, significa «mujer del río» y contiene melodías mayormente del Litoral combinadas con un contundente tango y una vidala, entre otros géneros.

“El disco es la foto de un proceso que arranca a fines del 2019”, dijo Durand Mansilla en una extensa charla con De Coplas y Viajeros en la que también participó Druetta, quién relató: “Venimos tocando juntas hace cuatro años. Todo eso que componíamos quedaba sólo en los recitales. Necesitábamos plasmarlo para poder seguir, para incursionar por otros lados”. “También es una forma de profesionalizar esta labor que venimos haciendo, un disco es una puerta de entrada para mostrar nuestros laburos en otros lados, tanto para ir a tocar o para presentarnos en alguna convocatoria. Nos obliga si o si a registrar nuestras canciones además”, explicaron las artistas.

Adá Atamá significa «mujer de río» en lengua chaná y se compone de canciones que hablan sobre mujeres importantes para las autoras. Fotos: Gentileza de las artistas.

Adá Atamá se conoció en una particular forma física. “Porque somos fans del objeto, de los libros, de los discos. Y en esa línea fue que surgió la idea de hacer un objeto concreto y útil”, dijo Druetta y Durand Mansilla explicó: “Es un cuaderno/libreta que tiene un montón de regalitos sorpresas y el código QR para escuchar el disco virtual. Después tiene todo el cancionero, con los acordes, la letra y unas palabras de presentación nuestras y una escucha, una reseña del disco y páginas en blanco para poder usarlo como una libreta”.

El libro, las letras y los créditos tienen que ver con poner en valor a quienes participaron y recuperar algo que se perdió en la escucha digital. “En el consumo de la música, en el sentido más superficial,  hoy no hay un detenerse a buscar esos datos. Es poner en valor esto que escribimos, que queremos decir. Tratamos de ser muy cuidadosas con la poesía, nos gusta que las canciones digan, que no sea sólo una rima o una conjunción de palabras que suenan bien. Eso hizo también que hayamos elegido compartir las letras”, explicó la artista.

El material inicia con Mi pequeña alma, sigue con Tatú del Monte y Adá Atamá que da nombre al material. “El orden se fue armando en el vivo, como manejando el clima, el iniciar está el drama que tiene como el canto a la muerte o la angustia mas profunda y humana, y después el salir de eso con amigas, con lucha, con compañeras y  compañeros. Fue una prueba y error de recitales”, explicó Druetta.

“Todos estos temas hablan de vivencias nuestras con nuestras amigas, pero, particularmente, nuestras y por eso podemos contarlas en primera persona. Quizá hay un montón de canciones que le hablan a la muerte de una madre, pero la que es para mi mamá, es para mi mamá y la escribí yo. O del miedo de la Valen que le pase algo a su abuela. Hay temas para las amigas y para las mujeres”, contó Durand Mansilla y reconoció: “Todos los temas están vinculados a otra mujer, me estoy dando cuenta ahora. Son canciones que muestran la ciudad desde la perspectiva de dos mujeres de esta época, con un recorrido en la militancia determinado, con una mirada atravesada por ser dos gurisas que nos hemos ido a vivir a la ciudad grande donde nos hemos encontrado con cosas que suceden acá y en nuestras ciudades no”, agregó.

“Las dos coincidimos en que este mundo en el que vivimos muchas veces es muy triste y muy cruel y nosotras elegimos o podemos hacer canciones para que eso sea un poco más amable o un poco menos duro, y por qué no, dejar una pregunta para quién escucha para ver si puede hacer en relación a eso”, reconoció Druetta y su compañera completó: “Buscamos denunciar y que sea reflexivo. Que nuestras canciones no sean resignación y que no hablen sólo de la belleza, porque la belleza es un derecho humano, pero el arte también cumple la otra función, que te pinten una verdad horrible pero que no te dejen rota, sino con ganas de hacer”.

Entre los géneros musicales elegidos para el disco está la música del litoral. “Es lo primero que nos sale a las dos, empezamos a armar algo y siempre sale chamamé o chamarrita”, aclaró Druetta. Después hay un tango y una vidala. “El tango tuvo que ver con la búsqueda de hacer algo contundente. Después de muchos femicidios Vicky me mandó una poesía larguísima y yo la retomé armándola en forma de canción y después la tomamos juntas. En un momento pensamos que no podía ser un chamamé porque lo que estaba diciendo era terrible y si bien hay chamamés que son tristes o de denuncia, tienen otro halo. Estaba la necesidad de esa marca urbana y a la vez las dos estábamos en un proceso de formación de tango”, agregó sobre Harto tango.

Para finalizar y hablando de la actualidad del arte rosarino, consultadas sobre si hay un reagruparse después de la pandemia y de cara a un cambio de gobierno nacional, las artistas opinaron: “Todavía el arte no se reagrupa ni se reposiciona. Estamos en etapa de denuncia, de explicitar, tuvo un esbozo de reorganización en la pandemia pero el momento de explotación que estamos viviendo, que decanta en Milei, no nos llevó a mayor organización. El nivel de inflación, por el contrario, nos atomiza más. Hace 50 años teníamos músicos y músicas denunciantes de la realidad, contando lo que sucedía con claridad política y poética y que hoy por hoy no es lo que abunda. Estamos muy atomizados”, dijo Durand Mansilla.

“El arte como expresión humana plasma lo que pasa socialmente, y socialmente estamos atomizados y atomizadas. Las organizaciones, las personas, estamos individualizados, no nos reconocemos en un tejido social mayor y el arte no es otra cosa, es foto de procesos”, concluyó Druetta.

El disco se puede adquirir a través de este enlace.

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