De cara al concierto por streaming que dará hoy sábado, el ícono brasileño de la guitarra ofrece reflexiones, para De Coplas y Viajeros, sobre la creatividad, su vida sonora inagotable, la pandemia y la capacidad humana de reinventarse para prevalecer.
Por Patricio Féminis | patfem@hotmail.com
Foto de portada: Marcos Hermes
Toquinho vibra con voces y presencias en lejanía, desde San Pablo. Escribe y pega respuestas en un email para De Coplas y Viajeros, de cara a su concierto «Live Streaming«, este sábado, por Ticket Hoy. “Nadie se hubiera imaginado lo que estamos viviendo. Hace unos años hubiera sido inimaginable. Pero es lo que tenemos. El ser humano tiene un gran poder adaptativo”, dice el genio de las seis cuerdas en, ya, seis generaciones.
“Lo inimaginable”. El gran maestro renovador de la guitarra brasilera de los años 60 en adelante, el pincelador de la bossa-nova al tropicalismo, y del clasicismo al infinito, habla con sus dedos, vía email, con De Coplas y Viajeros. Y enlaza los avatares de la pandemia con su trama creadora sin dobleces y de la actual chance de “hacer shows en vivo por streaming”, como el que dará por la plataforma Ticket Hoy este sábado desde San Pablo, a partir de las 21.30, junto a la cantante Camilla Faustino, nacida y criada en Goiânia, la capital del estado de Goiás.
Ya se sabe qué canciones de Toquinho no faltarán en este encuentro online. Las que “el público se acostumbró a aplaudir” como Aquarela, Tarde em Itapoã, Regra Três, O Caderno, Que Maravilha, Samba pra Vinicius, Samba de Orly, Escravo da Alegria, entre otras. Toquinho adelantó días atrás que el show tendrá varios solos de guitarra y algunas anécdotas sobre sus experiencias musicales inagotables.
Un “Live Streaming”, a la vez que una larga previa para palpitar el show que dará el 1° de mayo de 2021 en el porteño teatro Gran Rex junto a María Creuza, a modo de festejo por los 50 años de los conciertos de La Fusa. Si el coronavirus deja respirar al mundo, desde ya, y el encuentro Toquinho-Creuza no sufre una nueva postergación (iba a ser el 1° de mayo de este año). Pero es hora de hablar de este sábado, y de la magia del gran parceiro de Vinicus de Moraes, materializado en las pantallas sin límites…
– ¿Cómo tienen planeado el concierto por streaming del sábado, con este dispositivo tan novedoso?
– El ser humano tiene un gran poder adaptativo. Voy a hacer un show de voz y guitarra con Camilla como invitada, y nada más. Eso tiene un toque hogareño, pero hecho desde un estudio de grabación donde trabajé muchas veces. La situación allí será mejor, por el sonido y también por las cámaras. También les explicaré, para los que no me conocen tanto, por qué estoy aquí, y el lugar que ocupo en la música brasileña. Esta es mi idea, de manera íntima, de qué es lo que requiere la situación actual.
– ¿A qué otras experiencias revolucionarias a nivel digital o escénico le hace acordar la posibilidad de tocar y cantar online para gente de cualquier lado del mundo?
– Lo que experimentamos hoy es inusual: nunca sucedió. No existen comparaciones. Incluso los grandes conciertos abiertos a miles de personas parecen limitados en audiencia ante esta nueva forma de presentación que traspasa fronteras y nos sitúa en el mundo. Sigue siendo una contradicción extraordinaria. Entre paredes íntimas salimos al mundo…
– Muchos argumentan que el arte ayuda a salvar estas crisis de la angustia global. Otros tienen menos esperanzas. ¿Puede la música ser una energía transformadora cuando la desconfianza y el miedo a los demás, como un virus, están entre las personas?
– Las crisis son fuentes de renovación del espíritu y de la creatividad para sortearlas. La necesidad crea capacidad. En medio de esta pandemia, forzados al aislamiento, nos dimos cuenta de que la soledad es el mayor bien del alma. Y se abre en nosotros un volumen optimista de estrategias que favorecen nuestra convivencia con nuevas dificultades. El arte es la solución más curativa para este período de preparación para un futuro más prometedor. ¡Y vendrá!
– ¿Cómo vive personalmente la pandemia y la ansiedad generalizada que vive Brasil con ella? ¿Qué cree que la sociedad brasileña menos consciente de la gravedad del COVID-19, no debería olvidar una vez superemos este drama?
– Afortunadamente, la cantidad de muertes por Covid-19 está disminuyendo en Brasil. Los tratamientos funcionan mejor con una combinación de anticoagulantes, antiinflamatorios y antibióticos. Porque lo que está matando a la gente no es el coronavirus en sí, sino las complicaciones de la coagulación. Creo que en la apertura hecha con responsabilidad y protocolos estrictos nos sentimos seguros. Debemos usar máscaras por mucho más tiempo. La primera vez que fui a Japón vi gente en la calle con bandas en la barbilla. Pregunté por qué. Me dijeron que por respeto a los demás: eran personas que iban a tener gripe. Y estamos aprendiendo a lavarnos las manos, a usar alcohol, a no tocarnos la cara. Por otro lado, la medicina no sabía nada sobre el coronavirus y se decantó por lo más seguro: “Todos en casa”. Me parece que era la única solución. Pero creo en la apertura gradual que se hace con protección. Con mesas a dos metros y cubiertos esterilizados. Se trata de alborear la libertad con todo respeto y atención. Hay que estar tranquilo al exigir el cuidado de los demás. Aún no hay espectáculos, que es lo último en llegar. Solo hay circulaciones de autos: de cuatro personas por auto. Sólo con las vacunas las perspectivas serán mejores.
– ¿Qué pudo aprender de Ud. mismo en este contexto tan difícil y qué siente pendiente poder transmitir a los demás de aquí a fin de año?
– Ha sido una vida de trabajo, sobre todo. De preparación y ejecución de conciertos, creación de nuevas canciones, preparación del lanzamiento de un nuevo CD con otras nuevas canciones, etc. Ahora trabajo en eso: un proyecto de gran repercusión que se lanzará próximamente. Tienes que trabajar, no importa el espacio. La tecnología nos favorece.
– Argentina siempre lo extraña, Toquinho. ¿En qué siente ud. más nostalgia o saudade de nuestro país, hoy?
– Desde mi primer trabajo en el boliche La Fusa, en 1970, con Vinicius de Moraes y Maria Creuza, Argentina ha sido un baluarte constante en mi agenda, especialmente en los espectáculos donde actúo con María Creuza, renovando siempre la importancia de ese espectáculo en La Fusa. Brasileños y argentinos se confunden en sus deseos y costumbres y la música es una de esas conexiones llamativas, así como el fútbol, que genera una gran competitividad pero una inmensa admiración por ambos lados. ¡Somos hermanos en tantas cosas!
Super interesante el articulo!!!