El trío cordobés formado por Juan y Andrés Toch y Martín Ellena, celebra 15 años de carrera con Devolviendo Luces, su quinto disco.


En el año 2007, en Córdoba nace un proyecto a seis manos. Los hermanos Juan y Andrés Toch (guitarra y percusión) y el bandoneonista Martín Ellena, andan buscando donde plasmar toda la música que llevan adentro y encuentran un nicho donde crecerá a partir de ahí, un proyecto con un sonido diferente: batería, bajo y bandoneón. Letras que hablan de lo cotidiano, de la gente, de sensaciones personales. Hay algo de humor, compromiso y mucho ritmo. Saben que es por ahí y ese apellido es tan musical que venía bien para nombrar a la agrupación: TOCH

La Serranita fue el primer disco, con el que comienzan a hacer camino en Córdoba. En el 2008, se van a Madrid, donde residieron 5 años y –acaso- encontraron la forma musical que buscaban. El recorrer diferentes escenarios  e impregnarse de diversos sonidos, terminan de conformar ese «toque» con un nuevo disco que trajeron de regreso a la Argentina, y luego Amor continental, un trabajo que comenzó a ponerse en boca de todos, con canciones que hoy ya son clásicos: Pido que vuelvas, Famatina, Vuele, Buscando un corazón, entre otras. Estamos en la mitad de la historia, y vale anunciar la primera pregunta para la banda. Tiene que ver con ese origen:

– Creo que Toch ya es marca registrada. ¿Ustedes lo ven así? Un estilo propio. Pero…. ¿Cuándo se dieron cuenta de que iban por ese lado? ¿O siempre lo sintieron?

– ¡Si! Así lo sentimos, desde el principio el bandoneón nos iba dando una pista, pero fue al final de nuestra residencia en España y los primeros momentos del regreso a Córdoba cuando empezamos a gestar Amor Continental que se fue consolidando.

«En Devolviendo Luces hubo mucha composición colectiva; la situación pandémica nos llevó a un regreso a las bases y a probar sin expectativas». Fotos: Nico Papa

Los integrantes la banda afirman que eso de ser una formación atípica, les ha dado margen para –también, generar un sonido atípico: un poco de reggae, ritmos andinos, rioplatenses, jazz, donde cada instrumento tiene su protagonismo. Luego de Amor Continental, llegó Voy a encenderme, que sumó más clásicos para cantar en los vivos y el pogo: Resaltabas, Cuidado Varón, Milonga del Mar, Ama al niño y Sabor de Menta

Ahora los cordobeses se encuentran presentando su quinto trabajo, Devolviendo Luces en donde participan Negra Marta Rodríguez (Trombón), Santiago Bartolomé (Trompeta y Flugel) y Diego Cortéz (Flautas). Un disco creado en pandemia, con letras que hablan del uso de las redes, de derechos humanos, la ecología, el paisaje cotidiano, y sonidos que vuelan más allá: afrobeat, carnavalitos, reggae, rioplatenses y jazz.

– El título del quinto disco también parece ser una especie de agradecimiento al camino que hicieron y a este momento en el que están. 

– Tal cual lo decís, es una forma de agradecer todo lo recibido y no parar el ida y vuelta constante de la energía. Somos muy afortunados por vivir este camino que nos une y sentimos que compartir es la manera de mantenerlo en acción. 

– ¿Qué ven cuando recorren todos estos años de trayectoria?

 – Después de casi 16 años hay una inmensa gratitud por todo lo que nos pasó, desde lo más sencillo hasta lo que se complicó, le pusimos mucho amor y respeto a la banda, mucho trabajo también. Fuimos puliendo nuestro instrumento grupal a medida que trabajamos en el personal, alta emoción el mirar para atrás! 

– ¿Cómo es el proceso de componer, entre los tres, uno propone? ¿Discuten mucho sobre  las canciones? En particular, el último disco se hizo en pandemia. ¿Las canciones tienen que ver también con ese periodo de encierro y observación? 

– El proceso de composición puede venir de a tres, de a dos o en solitario, aunque todos los temas pasan por la revisión y la producción de los tres. En el caso de Devolviendo Luces hubo mucha composición colectiva, de pruebas en los ensayos, la situación pandémica nos llevó a un regreso a las bases y a probar sin expectativas, derivó en un disco muy honesto. Está influenciado por ese pasaje histórico porque la mayoría de los temas son compuestos en ese momento. 

– Vienen de varias presentaciones grandes en Buenos Aires, Córdoba y Rosario. El público ya no es solo el que los sigue desde el comienzo, sino que ahora se amplió, ¿por qué piensan que sucedió esto? 

– Creemos que es un crecimiento orgánico que va de a poco, mucho fue de boca en boca y con las redes se potenció eso. Son muchos años en una misma dirección, el proyecto tiene raíces muy fuertes y se va ramificando paso a paso. 

– En relación, ustedes son músicos que participan en muchos proyectos, de diversos estilos. ¿Será también una forma de alimentar el estilo TOCH?

– Nos gusta participar de otros proyectos por amor a la música, a veces hace crecer a TOCH pero ese no es el objetivo. Desde muy chicos tocamos en muchas bandas y compusimos y arreglamos para diversos proyectos. Por suerte pudimos seguir eso mientras la banda nacía y crecía. 

– La música de Córdoba tuvo en una época, una característica, un sonido único, que se complementaba con intérpretes virtuosos y  estudiosos. ¿Se ven como impulsores (o parte) de una segunda ola de este sonido cordobés ecléctico, único?

– Nos vemos como parte de esa red y en conexión con otras redes, llegamos hasta aquí gracias a grandes artistas que nos guiaron y es hermoso pensar en continuar esta magia si alguien se siente impulsado por nuestro proyecto. 

– ¿Cómo sigue el año para TOCH? 

– El 28 y 29 de noviembre volvemos Mendoza y San Juan; el viernes 11 de noviembre tocamos en la hermosa Peña Trashumante con Raly Barrionuevo y grandes artistas y el 25 en Villa Gral Belgrano. Regresamos en 2023.

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