Por Pedro Robledo | pedritoro@hotmail.com
Fotos: Eduardo Fisicaro
Los principales momentos de la tercera jornada fueron la vuelta de Antonio Tarragó Ros y la reunión de parte de la familia Carabajal. En el cierre, estalló el carnaval de La Rioja con Sergio Galleguillo.
En una fría noche, la convocatoria fue importante.
Desde el escenario, se pidió por la implementación de la ley nacional de enseñanza del folklore en las escuelas.
Claudio Juárez, después de la bienvenida de rutina, hizo mención a la necesidad de comprometerse con el proyecto ya sancionado en el Congreso Nacional.
Los Carabajal fueron los artistas de apertura con una lista de clásicos, temas del nuevo disco y rescates con invitados.
En parte de su discurso, Mario «Musha», líder del conjunto, rescató las figuras de Vitillo Abalos, Alfredo Abalos y Jacinto Piedra.
Como pájaros en el aire, la obra de Peteco, nació en el patio de la abuela y se estrenó en Cosquín. Fue una de las canciones del repertorio, con Peteco, el autor, como invitado.
También invitaron a Cuti y Roberto para Dejame que me vaya y Entre a mi pago sin golpear, dos clásicos del conjunto.
El público los despidió con una ovación de reconocimiento a la larga historia iniciada en 1967.
Al saludar, Musha invitó para su «casamiento folklórico» con Miriam Talone, en una ceremonia y fiesta que concretarán hoy en un espacio junto al río Cosquín.
Luego de la presentación de Los Carabajal, en un acto protocolar muy emotivo, la organización del festival reconoció en el escenario a integrantes de las primeras comisiones de los años 60 y 70.
La cantora santiagueña Candela Mazza y El Toba Toledo impactaron con sus estilos y Adrián Maggi, siempre frontal, en tono imperante, con profundas convicciones, mostró su canto surero y su decir en tono patriótico.
El artista de San Andrés de Giles le regaló a Cosquín una visita tan grata como inesperada: don Víctor Velázquez. El artista entrerriano de 88 años fue reconocido en el escenario con el premio Camin.
En diálogo con la prensa, don Víctor recordó su primera presentación en Cosquín, en la sexta edición del festival. El público en la plaza le demostró que no lo olvida aunque no figure en las últimas programaciones.
Habrá que seguir atentamente la labor de los ganadores del Pre Cosquín porque lo visto hasta ahora muestra un altísimo nivel.
Cuerdos Vocales, de la sede La Matanza, deslumbró con arreglos novedosos, lo cual impone tenerlos en consideración.
El jujeño Pachi Herrera, con carrera solista luego de su paso por Inti Huayra, también tuvo un espacio importante y trajo colores de su provincia.
Martín Paz tenía 3 discos publicados cuando su padre lo sumó a Los Manseros Santiagueños. Luego de un incidente con Onofre, retomó su carrera solista apuntalado por buenas canciones propias.
Entre ellas figura Eterno amor, la polka que compuso cuando estaba en los Manseros y que tiene más de 70 versiones. Con esa canción, conmovió a la plaza y su presentación despertó una de las grandes ovaciones de la noche.
Había expectativa por el regreso a Cosquín de Antonio Tarragó Ros.
A 50 años de su primera actuación en el festival, la Comisión le obsequió la Cinta Coscoína, con la guarda que caracteriza al evento.
Con la labor descollante de Trabuco González (guitarra y voz), el sólido Humberto Lafatta (contrabajo) y el agregado a la banda de su hija Irupé, Antonio rescató canciones de su obra Naturaleza.
Brindó mensajes contra la contaminación del ambiente y los desmontes y también reclamó por la implementación de la ley de folklore en las escuelas.
En un tramo, invitó al victoriense Marcos Pereyra y le cedió un espacio a Irupé para que cante su tema Metáfora, letra dedicada al jacarandá.
Durante todas las noches, en el denominado Patio del Festival, a un costado del escenario, bailan agrupaciones y academias de todo el país. En esta ocasión, entre los invitados, estuvieron bailarines santafesinos oriundos de VenadoTuerto, Murphy y Los Quirquinchos.
A la madrugada, estalló el carnaval riojano con Sergio Galleguillo y su banda.
Galleguillo vino a Cosquín por primera vez en 1998, a cantar en la peña de Los Nocheros. A partir de ese año, tuvo asistencia perfecta.
El grupo atravesó una crisis hace unos años lo que desembocó en la salida de algunos músicos. Entre ellos, Pino Romero, amigo de la adolescencia con quien formó el grupo Los Amigos.
Invitó justamente a Pino, reconocido bailarín, quien sumó su danza a un par de zambas enganchadas. «Para vos Facundo», dijo durante la versión de Zamba para olvidarte.
Luego invitó a subir al escenario a una delegación riojana compuesta por decenas de vidaleros.
Como embajador de la fiesta de la chaya, todos los años produce su evento en Santa María de Punilla.
El riojano concretó su habitual entrega y renovó su vínculo con un público que lo puso hace años en el sitial de privilegio que hoy ocupa en todos los festivales.