La cantautora rosarina dio a conocer Salvavidas, la primera de tres colaboraciones con Dani Pérez que se conocerán en los próximos meses. El tema, compuesto poco antes de la pandemia, habla desde el duelo e invita a renacer después del dolor.
Una relación, una situación, un trabajo, un amor se termina y duele. Todo lo que se había puesto en esa historia se desvanece. Pero todo fin es un nuevo comienzo, uno que cuesta ver pero que ocurre más allá de nuestros planes. En ese limbo se ubica Salvavidas, el último lanzamiento de la cantautora rosarina Sandra Corizzo. La canción, realizada en colaboración con Dani Pérez (reconocido por su rol de líder de Sucesores de la Bestia) reza: “Fue mi mejor día cuando oí, que no me querías y seguí, me fui con mi vida sin saber lo que había ganado por perder”.
El tema, que formará parte de un EP de tres composiciones que se conocerán en lo que queda del año, fue compuesto en 2019 sin un hecho de inspiración puntual, sino a partir de una sumatoria de cosas vividas por esta artista que comenzó a tocar la guitarra a los 10 años, que lleva adelante una carrera solista en la que su último larga duración salió en 2011 bajo el título Que se puede hacer salvo ver (películas) y que como compositora creó piezas para intérpretes como Sandra Mihanovich, Coti y Daniela Herrero. “La canción tiene una sensación de duelo. Fue creada en 2019, o sea que es como si se hubiera anticipado a todo lo que íbamos a vivir. Yo siempre digo que las canciones saben cosas antes que yo. Tiene esta idea también de reconocerse y reconocer los límites, los límites del no, por más que duelan. Reconocerlos en uno y reconocerlos en los otros, aunque no nos los digan. Y cómo es ese momento de dolor, de reconocer que algo no se puede, que algo te frustra. Eso es algo que nos pasó mucho en la pandemia, salías de gira, pero no, ibas a tocar, pero no”, contó Corizzo a De Coplas y Viajeros.
“Ya no sos mi salvavidas, ahora te llaman canción”, suena en el tema que también habla de una forma de relacionarse que a nivel social está terminando. “Tiene que ver con esta especie de final de cierto paradigma que incluye la idea de que alguien salva a alguien, está la idea del salvavidas, de aferrarse a una tabla que no deja de ser una ilusión, no desde la idea de Disney de la ilusión, sino desde lo iluso. Hasta cuándo seguir sosteniendo cosas que no son y cuanto más real y cuánto más cierto es reconocer ese límite”, apuntó la cantautora.
Y agregó: “Decir que sé que esto no me gusta, que me gustaría que esté pasando otra cosa, pero saber que no está pasando y reconocer ese momento como un punto de partida para algo nuevo. Muchas veces hay situaciones, sobre todo en las relaciones de pareja, donde alguien no deja ir al otro, ni le dice lo que pasa. Esas incertidumbres son matadoras porque, en realidad, es una certidumbre encubierta, hay una certidumbre donde la otra persona dice: ‘La verdad no quisiera, pero ya me está pasando esto, yo ya estoy en otra’. Pero no lo quiere decir. En ese sentido esta canción es una canción de liberación, de libertad. Una libertad que en principio genera dolor, pero para generar un crecimiento. Y está narrada bien desde ese lugar de transición, ni antes ni después”.
“La canción dice: “Si me vieras esta vez lejos de tus ojos que no ven, hay un corazón que lo siente…”. En algún lugar se da cuenta de que esto es todo nuevo, de que hay una potencia, de que hay un algo que empieza y en algún lugar está eso que esa persona todavía quisiera, que está mirando al otro. Todavía hay una melancolía”, agregó la compositora e hizo foco en la aparición de un coro final que responde y acompaña. “Es como algo que le responde al solista, jugando un poco con la idea de la música de los 50 que tenés la solista y el coro de mujeres que le van haciendo acotaciones. Ese coro le va diciendo que no hay un espejo donde estar, que nadie te enseña a caminar sobre las aguas sin caer. Es ese coro de amigas o de otras mujeres. Yo les digo ‘las sirenas’ porque son como sirenas del agua. Así surgió la canción, de una sumatoria de imágenes propias y sociales”.
De la mano de Salvavidas, Corizzo retoma sus lanzamientos solistas después de un tiempo de trabajar con distintas formaciones. En este tema ella misma siente “mucho pop, mucho rock y sonidos más modernos y a su vez muy clásicos”, dijo. Y explicó: “Le decía a Dani (Pérez) que siento algo muy clásico y muy moderno que no tengo con qué relacionarlo. A lo sumo podría relacionarlo con una época de Johnny Michelle, pero tampoco suena a eso. Lo escucho a él, me escucho a mí, nos escucho, y siento que estamos los dos y que se generó otra cosa que se puede parecer a muchas cosas y no se parece a ninguna. Para mí eso es lo máximo lo que yo, por lo menos hoy, aspiro”.
La pandemia
Salvavidas estaba lista en 2019, pero las cosas cambiaron. “La única síntesis es que nadie quedó igual después de la pandemia. No hubo una sola persona en el mundo que haya quedado igual y la gran mayoría transitamos duelos muy altos”, dice Corizzo y apunta que ahí está el poder anticipatorio de la canción. “No es la primera vez que me pasa que yo no sé bien de que estoy hablando y de pronto pasa algo y digo: ‘Ah, esto se vincula bastante’. En la canción también hay algo social respecto a la ciudad de Rosario, en ese momento yo tomé la decisión de estar más en Buenos Aires”.
Antes de que la pandemia fuera un hecho, Corizzo estaba ultimando detalles para radicarse en Buenos Aires. Después de toda una vida trabajando y defendiendo la música local se iba a ir a la capital del país. “Hay una cosa fea con el reconocimiento de la ciudad al trabajo de los artistas locales, uno está siempre sintiéndose poco visto. Yo que soy muy rosarina, muy de ponerme la camiseta. Veo imágenes de eso en Salvavidas, en el momento en el que dice: ‘Mi mejor momento, mi canción‘, está hablando de mí cuando empecé a estudiar y defendía la música rosarina como mi música preferida, tenía 16 años y decía: ‘No escuches eso, escucha esto que es de acá’”.
“Era bastante insistente al respecto, la gente que conocía escuchaba música de acá y todo, pero yo era insistente. Después cuando hice pie en Buenos Aires todo el tiempo decía ‘yo soy de Rosario’. Creo que en 2019 hubo un quiebre ahí, como un reconocer, tenía ganas de experimentar con mucha más gente u otras energías, entender también cuáles son los límites de la ciudad. Fue un hasta acá”, relató.
Corizzo tenía trabajo en Buenos Aires, a lo largo de su carrera viajó mucho, iba y venía. “En 2020 decidí alquilar allá. Arranque el programa de radio con Sandra Mianovich (Radio Nacional), que fue mi primer acercamiento, pero no llegué a alquilar que empezó la pandemia. Entonces es loco porque me quedé trabajando en Buenos Aires, pero desde Rosario”, reconoció.
“Este es un país muy ‘Buenos Aires centrista’. Hay algo en la dinámica que como rosarina, como artista federal, nunca me entró en la cabeza. Nunca entendí que no se pudiera romper ese patrón en la cabeza de la gente. Por eso me quedé, de pura terca. Hay algo que no tiene que ver con el talento sino con la dinámica de trabajo. Lo que no hay es una dinámica funcional que nos permita vivir de eso. Yo viajo desde el 95, lo hacía cada 15 días y durante largos años todas las semanas. Eso es un desgaste que no le puedes explicar a nadie. La gente de Buenos Aires tiene otro código y no logra entender lo que estás haciendo. Después está la dinámica de la música local, que la gente no te va a pagar una entrada sino venís de Buenos Aires o que el estado no te va a pagar en el día porque no venís de Capital o los medios no te van a hacer notas. Hay una dinámica local que sigue sosteniendo ese sistema. Por eso creo que hay que empezar a decirlo y que la gente sea consciente, porque el mismo público es aliado”, dijo, aunque aclaró: “Ahora los jóvenes están haciendo un movimiento interesante. Si bien sigue siendo muy fuerte la idea del eje en Buenos Aires, a raíz de la pandemia todo el mundo se organizó en lo virtual, algo que antes no pasaba”.
“Ahora estoy dando clases desde Rosario a gente Buenos Aires y desde Buenos Aires a gente Rosario. Antes era imposible que alguien de Buenos Aires tomara clases con alguien de Rosario, ahora sí. Realmente se ha integrado algo que, si bien antes se podía, no entraba en la cabeza de la gente. Y eso es un poco lo que, me parece, se viene con la música federal. Un cambio como fue en su momento el cupo femenino, que fue discutido y yo misma en algún momento lo sentía como algo raro, pero un poco cambió las cosas. Ahora siento que hay algo que tiene que activarse por ese lado, por dejar de ser todo tan centralista tanto desde el público como de los músicos”, reflexionó.
Lo que se viene
Salvavidas es la primera parte de un EP de tres canciones. Lo completan Futuro Potencial y Fuerte, que se conocerán próximamente. “Son todos temas en colaboración con Dani Pérez que van a ir saliendo de acá a comienzos del año que viene”, aclaró. “Hay que enganchar la dinámica de cómo es un lanzamiento ahora. No hay tanto álbum. A nivel económico, a nivel producción, pensé que era mejor y me desayuné que no. Lo último que había editado fue a Aveimán con Ariel Miglioreli y Javier Allende. Eso fue 2012. Ahora cambió todo, claro. Cuando entré a grabar este simple con Dani, que hacía rato que tenía ganas de hacer algo con él, entré diciendo bueno, para un tema me alcanza. Después decía bueno, puedo grabar otro y después gané un subsidio Inamu entonces pude grabar otro. Pero cuando quisimos lanzarlos me enteré de la importancia de las visuales y todo se encareció. Por suerte no lo estamos haciendo por la plata. Lo económico es la manifestación física de la energía que propulsa. El mercado está muy raro”, concluyó.