La Falta y Resto fue, desde sus inicios, una murga de vanguardia. Surgió en 1980 como parte de un movimiento cultural que se organizaba a través de la cultura para derrotar a la dictadura cívico-militar que, desde 1973 hostigaba las libertades de todo el pueblo uruguayo. Raúl Castro, el poeta con la «tinta brava», cómo lo apodaron en una noche de bohemia, fue quien convocó a cada uno de los músicos que formarían la murga más vanguardista del Uruguay. Con la intención de mantener vivo el carnaval, la Falta y Resto propuso muchas de las innovaciones que luego serían tomadas por las murgas más jóvenes, y que generarían una ruptura con las formaciones más tradicionalistas. Esa historia que se ha construido a lo largo de los últimos 40 años no es otra que la historia reciente del Uruguay hecha murga. De eso se trata el espectáculo que muy pronto podremos disfrutar en diversos escenarios de la Argentina. De Coplas y Viajeros dialogó con «Tintabrava», Raúl Castro, quien narró parte de esta historia de berretines y rebeldías.

– La Falta y Resto surge en plena dictadura uruguaya ¿Cómo era subirse a los tablados en ese contexto?

– Lo que pasa es que el carnaval uruguayo tiene una historia muy grande, muy larga y muy hermosa que implicaba en esa época más de cincuenta o sesenta escenarios desparramados por todo Montevideo, a lo largo de 40 noches consecutivas, en donde actúan, hacen reír, hacen llorar, emocionan, más de tres docenas de murgas. 36, 37, 40 murgas… Y, entonces, nosotros vimos ahí la oportunidad de hacer una movida cultural que ayudara a tirar abajo la dictadura y empezamos a sacar una murga que se llamó Falta y Resto, que se llama Falta y Resto, que a lo largo de todos estos años nos ha comprometido, pero sobre todo nos ha permitido que fuese un instrumento de libertad, de transmisión de valores, de alegría, de transformación de la realidad en alegría y de popularidad en lo que se refiere a la profundidad de nuestros versos. Con eso, transformado esta vez en un Bandón Murguero, contamos la historia de Tintabrava, este murguista devenido en poeta por razones de las circunstancias, que fue bautizado por un borracho en un boliche cuando a su murga Falta y Resto le prohibieron toda la letra y el borracho le dijo: «¿qué querés muchacho, si andás con la tinta brava?». De ahí empezó la historia que les vamos a contar a los hermanos y las hermanas argentinos.

– La Falta siempre fue una murga vanguardista por varias cosas, entre ellas la manera de incorporar mujeres a una formación tan tradicional ¿ustedes fueron de las primeras murgas en incorporar voces femeninas?

– No fuimos los primeros. Antes ya había habido mujeres: Araca la Cana con Mónica Santos, los Diablos Verdes con Mary Da Cunha, después nosotros con Malena D’Alessio, una querida compatriota latinoamericana ‒le digo yo, porque para mí los argentinos son compatriotas latinoamericanos y compatriotas rioplatenses‒ pero después en el 2018 hicimos un coro paritario, o sea, siete mujeres y siete hombres. Ahí fue cuando se armó lío, porque el carnaval no estaba preparado para que una murga tan tradicional y clásica como Falta y Resto, por más que siempre fue nuestro norte la innovación, saliera con una innovación de ese tenor, y entonces nos bocharon de los principales lugares del concurso y nos hicieron la vida prácticamente imposible hasta que tuvimos que dejar de salir a concursar. Pero nos hicieron un bien porque uno no es lo que le pasa sino lo que hace con lo que le pasa, y nosotros lo transformamos, primero en la murga ilegal y recorrimos toda la Argentina con la Falta y Resto ilegal. Después anduvimos haciendo una distopía mágica antes de la pandemia que anunció todo lo que iba a venir después sin saberlo. Ahora nos hemos transformado en dos planteles: uno que está trabajando en Montevideo con actuaciones privadas y otra que está con el Bandón Murguero, mezclando una batería de murga con un cuarteto de instrumentos típicos (bandoneón, piano, guitarra y contrabajo). Ahí yo aprovecho, junto con un coro de tres compañeros y compañeras, a contar la historia de Tintabrava, este poeta que te decía, que en definitiva es contar la historia de 40 años de vida de todos los habitantes de estas regiones del sur de América.

– Ese poeta que recorre sus 40 años de historia, y que son 40 años de historia de la murga pero también 40 años de historia tuya como escritor y poeta y, como también, decidor de muchas de las cosas que por ahí otros no se animan a decir…

– Sí. Uno sabe que tiene que cumplir con su deber, y de decir la verdad desde lo poético para tratar de embellecer y de cambiar el mundo que nos rodea, o cambiar para embellecer el mundo que nos rodea y para eso cuando utiliza la comedia musical tiene que hacer la política para que se transforme en murga y al hacer su política dice sus opiniones. A veces son más fuertes, a veces son más suaves, pero cuando tenés de apodo «Tintabrava» estás comprometido a hablar de una manera que sea clara, profunda, masiva pero que no pierda los visos de poesía que la pueden enternecer como para llevarla al corazón del público ¿no?

– La Falta los tiene como fundadores a vos y a Hugo Brocos ¿Cómo surge ese encuentro?

– A mí se me ocurrió sacar la murga una vuelta que vi a un conjunto que se llamaba Rumbo. A partir de ver a Rumbo cantando un tema que se llama A redoblar, y que fue muy famoso en la caída de la dictadura, como impulsor de recuperar fuerzas, de aunar… Un tema muy hermoso. Ahí fui a buscar unos músicos, primero uno, después otro, entre ellos estaba Brocos. Él me ayudó, al principio, para poder sacar la murga. Después fue mucha la gente que se fue arrimando, que se fue contagiando de aquel espíritu de la Falta y Resto que mantiene hasta hoy de irreverente, de nunca ceder ante ninguna presión y de no aceptar condicionamiento, y así es que hemos llegado hasta el día de hoy.

Raúl Castro y el Bandón Murguero está de gira por Argentina durante marzo. Foto: Gentileza Prensa Falta y Resto

– Me contabas sobre aquella formación paritaria del 2018 y de las reacciones que hubo entre los tradicionalistas. Sin embargo a las denominadas murgas jóvenes se les permite concursar con ese tipo de formaciones ¿por qué esa diferencia?

Ra- Y, bueno, porque siempre los que llegan primero a tierra son los que primero son baleados ¿viste?, pero son los que llegan primero, y eso no te lo saca nadie, y nosotros vamos a quedar en la historia porque fuimos la primera murga en muchas cosas. No solo en cruzar a la Argentina y sacar la murga del país en el año 83. No solo de modificaciones técnicas como utilizar un micrófono para cada murguista. No solo los cambios de vestuario, la jerarquización de la puesta en escena. No solamente esto de las mujeres en el coro paritario. También en el 2007 fuimos la primera murga y la única hasta el día de hoy que utiliza toda su música. Desde el 2007 hasta ahora todas inéditas. Ya no utiliza músicas preestablecidas. Estamos acostumbrados a cambiar. Ese es nuestro norte, porque cambiando es donde se va a lugares diferentes, se conocen tierras distintas y se hacen propuestas diferentes. Lo que pase después con la consideración de los demás es una cuestión de los demás. Nosotros vamos siempre para adelante porque así estamos criados. Es la única manera de que el artista contribuya realmente y sin hipocresía con el crecimiento de la sociedad en que vive, todo el tiempo arriesgando para que un género tan clásico pueda renovarse, sino, está destinado a perecer.

– Vos tenés una relación muy estrecha con la Argentina ¿De dónde proviene ese sentimiento que tanto te hermana con nuestro país?

– Yo te decía que la primera vez que cruzamos a la argentina fue en el año 1983. Había dictadura todavía en Uruguay. En Argentina empezaba a abrirse la primavera democrática y actuamos en la Trastienda de Thames y Gorriti, la primera Trastienda, la vieja. En ese día, como una premonición de que era histórica la jornada, mientras estábamos cantando, el Canario Luna estaba cantando el Cuplé del Timbero, entró por la puerta de la Trastienda Don Alfredo Zitarrosa, que venía desde el exilio mexicano. Él estuvo en Buenos Aires un tiempo antes de volver al Uruguay, en el 84. A partir de ahí comenzó el amor entre la Falta y Resto, Tintabrava y Buenos Aires, y la Argentina, y Córdoba y todas las ciudades maravillosas que tienen ustedes: Rosario, Santa Fe, San Juan, Mendoza, La Plata. En La Plata hemos tenido y tenemos tantos y tan buenos amigos y amigas que cada vez que vamos es una fiesta, o sea, todo lo que es lo bueno está en la Argentina para Falta y Resto. Acá nosotros hemos tenido que pelear con griegos y troyanos para poder cambiar la murga para el lugar que nosotros creemos que puede ir. No para imponerla, simplemente para poder hacerla porque este es un pueblo chico, a pesar de que la gente la quiere mucho a la Falta, hay también los círculos concéntricos más interiores, mas centrales del carnaval, una dosis de “por qué estos y nosotros no”, y eso a veces se paga un poquito, pero eso ya está superado y ahora hay que pensar siempre en el futuro y en seguir haciendo bien al carnaval y a la murga, y seguir siendo, como nosotros decimos, un faro que ilumine las tierras de la alegría.

 

La grilla de la gira es la siguiente:

16 de Marzo – Sala Lavardén, Rosario

17 de Marzo – Teatro Real, Córdoba

20 de Marzo – Anfiteatro, Río Cuarto

23 de Marzo – Teatro Metro, La Plata

24 de Marzo – Auditorio Belgrano, Buenos Aires

25 de Marzo – Espacio Roberto De Vicenzo, Berazategui

 


Foto de portada: Eduardo Fisicaro

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