Rodeada de agua, la provincia central de la región del Litoral, es vehículo de una identidad que vincula estrechamente la geografía con su cultura. En ella habitan sonidos que hablan de esa tranquilidad que el agua transmite al ser entrerriano y a su música. A esta zona del país arribaron los alemanes y aportaron el acordeón, instrumento imprescindible que se mezcló con los ritmos afro provenientes del Uruguay y que determinaron a la chamarrita como ritmo identitario. La chamarra, o cimarrita, es una suerte de chamamé pero con mayor acento percusivo y una particular forma de rasguido en las guitarras que la distingue. Tanto el chamamé como la milonga entrerriana, que sube a la provincia desde la pampa rioplatense, dan cuenta de que por ósmosis los territorios linderos se instalaron con sus sonidos. Esta fusión la apreciamos por ejemplo con el himno mundial del chamamé que es Merceditas, y que fue compuesto por un entrerriano: Ramón Sixto Ríos.
En 2020 se editó el Primer Cancionero Entrerriano, generado por los integrantes del grupo De Costa a Costa, un libro que pone a disposición la obra de los grandes autores. Linares Cardozo, Víctor Velázquez, Abelardo Dimotta, son algunos de los tantos referentes que dieron de beber a la música popular y que tiene un amplio sector de desarrollo y características locales, pero también hay una producción musical con una sonoridad novedosa y más urbana. En estos discos reseñados va una muestra de los matices que arrojan esas diversas localidades entrerrianas.
Tanguito monteliero. La música de mi pueblo – Marcia Müller
Para el que no conoce el instrumento básico del litoral este disco es prácticamente una iniciación y un homenaje al acordeón y a la música rural.
El tanguito montielero, interpretado por aquellos viejos acordeonistas en los fogones, en los montes y obrajes del Montiel, forma parte esencial de la identidad cultural de la región desde mediados del siglo XIX y ha sido motivo de investigación de Marcia por más de diez años, poniendo de manifiesto esta tarea en un libro con partituras musicales, que lleva el mismo nombre.
Nacida en Campana, Buenos Aires, pero radicada en Paraná en donde su padre, el acordeonista Alcides Müller, dejó su obra y su huella, Marcia Müller editó este nuevo trabajo, su sexto disco, bien cercano a las raíces de la provincia paterna. Muchos de los temas son recopilaciones que realizara Alcides Müller y otros músicos tradicionales y forman ese repertorio que denomina La música de mi pueblo. En los títulos dan cuenta de ello temas como: Tanguito de aquellos tiempos, El acordeón de la nona, El bailongo, Pa´la Colonia Argentina, Abuela Faustina y una serie de anónimos.
No sólo el sonido pueblerino está presente en el ritmo y en las notas de su acordeón “verdulera”, en el dúo de acordeones, en el bandoneón, guitarra y voces, sino la nostalgia que emana de cada tema que nos transporta a una categoría musical carente de artilugios aportando al sentido mucho más que a la erudición. Es un disco para la ternura.
Melodía baldía – Sebastián Macchi
Sebastián Macchi es pianista, compositor y cantautor de Paraná. Siempre acariciando la palabra, muy cerca de los poetas, como hizo en Luz de Agua, disco dedicado al poeta entrerriano Juan L. Ortiz, editó ahora un trabajo encuadrado en el género canción, colmado de figuras regionales, con un concepto urbano pero que deja ver lo más importante del paisaje cultural entrerriano. El ñandubay, la flor de mburucuyá, el barro, la costa, el pescador, la cina cina, y Entre Ríos son temáticas incluidas en las letras entre bellos sonidos de grillos y agua que corre.
Melodía baldía se trata de su sexto disco, impulsado como sus discos anteriores, por el sello Shagrada Medra, poético e interior, realizado en pandemia donde el universo musical transmite la nostalgia intrínseca del momento.
Está basado en el sentido libre del baldío, o sea en esa porción de tierra improductiva y sin dueño pero que se completa con la biodiversidad, con lo natural que no cesa. Un valor agregado tiene la caja del CD que ofrece un librillo diseñado por Roxana Rainoldi y su arte consta de fotografías producidas por Laura Basílico utilizando técnicas artesanales como la clorotipia (impresiones sobre hojas de plantas muy sensibles a la luz), las cianotipias y las antotipias (a partir de tinturas orgánicas de cúrcuma, zanahoria, etc.).
En estos 10 temas propios el cantautor logra una línea de introspección de principio a fin y una orquestación exquisita que acerca al corazón del que escucha un abrazo sanador.
“Guarán, madre de blancos y nativos en la bruma del ayer…una mujer gris del Guarán con sombras nacaradas en un vibrante solar…guardamemoria tesoro vivo de la oralidad que le dio su madre en una ronda nocturnal…”
Es maravilloso sentir que en un cantautor de Gualeguay se concentre tanto sentimiento litoraleño, que extienda a la región su condición de creador, al punto de componer temas con giros en lengua chaná y en ritmos bien tradicionales, o interpretar con vehemencia los clásicos del cancionero. Un descubridor, dijo Ramón Ayala.
Con una amplia producción, grabado durante el 2020, en su cuarto CD, editado por el sello Acqua, de 12 canciones, Damián Lemes incluyó 7 composiciones propias en ¡Guarango!, bien afincadas en base de rasguido doble, chamamé, valsecito o polca. En él confluyen invitados como Patricia Gómez, Antonio Tarragó Ros, que no sólo participa sino que atraviesa toda la obra, Marcos Pereyra, Milagros Caliva, Las Guitarras Gualeyas entre muchos distinguidos músicos. Creativamente cada tema está planteado en un momento determinado: en el asombro, en el matriarcado nativo, en la bailanta, en el desarraigo, en los oficios, en el desamor…y los más conocidos están versionados de manera muy original también.
Se animó a nombrar a este disco ¡Guarango! que es esa palabra que descalifica al habitante del Guarán, y Damián, como expresó la compositora Teresa Parodi: “se apodera de ese adjetivo peyorativo con precisión inocultable y le devuelve su dignidad de selva, su dignidad de grito, de baile, de sueños, de canto y en legítima defensa desde allí nos conmueve con su torrencial manera de ser voz de esa cultura nunca doblegada”.
Por siempre querencia – Gustavo Reynoso Trío
En 2020 el excelente trío integrado por Gustavo Reynoso en bandoneón y acordeón, Abelardo Coronel Osuna en guitarra y glosas (Cuarteto Santa Ana y Ernestito Montiel) y Amadeo Dri en guitarra y voz, dio a luz este tercer disco donde se percibe una distinguida evocación a sus referentes: don Abelardo Dimotta, Isaco Abitbol, Ernesto Montiel, Niní Flores y otros grandes artistas regionales.
La transversal influencia del maestro Raúl Barboza, con quien ha trabajado Reynoso acompañándolo en giras con su bandoneón, constituye un sello para definir este sonido bien litoraleño.
En Por siempre querencia, a través de 15 temas se puede disfrutar de clásicos ejecutados con destreza en magníficos arreglos sin estridencias ni apresuramientos que demuestran la experiencia de estos tres músicos varias veces premiados.
Se desprenden sentimientos en la escucha que van de la entrerrianidad y toda su poesía lucida en Flor del rincón, la dulzura del estilo Montiel en El rancho solo, la nostalgia en Lo tío Luis tapera, la sutil cadencia y la esencia letrística en Distancia, a la energía de la síncopa veloz en los temas Compartiendo/Yo soy fiel a mi Entre Ríos, o el sabor bien correntino de las notas estiradas de La Posta del camionero. Darse un tiempo para escuchar el trío es placentero y constituye una apuesta al buen gusto.
Jóvenes, como su nombre lo indica, el grupo Litoral Mitá (Joven) editó este disco estreno que ilustra, mediante un repertorio de clásicos litoraleños, el estilo preponderante de la región. Los ritmos bien marcados, cadenciosos y firmes son capaces de poner a bailar a los más neófitos.
Creado por el músico paranaense Benjamín Roskopf, acordeonista desde los 10 años, y con una clara intención de innovar pero sosteniendo convicción en las raíces, denominan con un verbo en infinitivo al cd, como resaltando en Trascender un objetivo propio y determinante de aportar a que la música entrerriana no se esfume con el tiempo.
Los delicados arreglos, los ensambles, el virtuosismo y la grabación sin duda hablan de un disco de catálogo, así como la presencia de lujo de los hermanos Núñez en Abrazo entrerriano y su visible influencia. En Chamarrita de una bailanta se vivencia la raíz negra con absoluta claridad, en Troteando y en la cadencia de La Colonia y el valseado de Ciudad de Goya la hermandad regional que hace de Trascender un trabajo que trasciende a la provincia.
Una propuesta diferente que roza el new age es la de Melisa Budini con Quitapenada, un EP que refuerza la idea de que son las canciones las que pueden llevarse las penas lejos.
Formulado casi como un proyecto cultural, en Quitapenada se animó a componer y arreglar sus temas junto Sebastián Narváez y en él participa un ensamble de percusión y voces: La Suculenta, dirigido por Adriana Bruselario.
Aunque nacida y formada en Paraná la compositora desarrolló su obra en Mendoza por eso los integrantes del ensamble son en parte mendocinos, santafesinos y entrerrianos. Es un trabajo intenso, con innumerables sonidos de instrumentos afroamericanos que enlazan a la región del litoral guaranítico con la impronta afro que la atraviesa. Con el ensamble logró recrear en la grabación la representación del canto grupal y en círculo, como novedosa música colaborativa y reflejarlo además en un audiovisual. Las canciones concientizan sobre la conexión con la naturaleza, el río, el viento, la sanación, la comunidad, el cuidado del entorno.
Espectacular me encantó, docencia pura.