Soledad y Luciano Pereyra lograron llenar la plaza Pospero Molina en la séptima luna festivalera.
El huracán de Arequito hizo un set netamente folklórico, con su hermana Natalia de invitada y una banda muy ajustada y potente, con la dirección musical del santafesino Bruno Orgaz.
Previamente, Mario Bofill había abierto la noche, con sus historias populares con ritmo de chamamé, en una bella pintura del litoral argentino.
Luego del ganador del pre cosquín en malambo individual, Gonzalo Pérez, llegó el turno de 3 jóvenes exponentes de la nueva canción argentina. Seba Cayre, Fran lanfre y Javi Caminos pudieron mostrar su arte en una plaza que los recibió afectuosamente.
La delegación de Japón trajo este año a un excelente grupo de bandeoneonistas que se animaron a visitar a Yupanqui y Piazzolla, demostrando que la buena música no tiene fronteras.
La provincia de Santa Fe estuvo presente con un homenaje a los 40 años en Cosquín de Orlando Veracruz. Emocionado, el santafesino compartió escenario con Nélida Argentina Zenón, Gabriela Roldan, su hija Emilse Pais y la propia Sole como invitadas especiales.
Luego llego el turno de la coscoína Paola Bernal, quien como siempre, trajo una puesta arriesgada, con nuevos artistas cordobeses como Mery Murua y la Cruza, y un repertorio de flamantes canciones que alumbran el futuro del género.
La grata sorpresa de la noche fue el grupo vocal ganador del Pre Cosquín, Duende Fusión Folk, que pudo armonizar buenos arreglos vocales con un sonido poderoso en los instrumentos y un repertorio cuyano no habitual en los festivales.
Los Sacha dieron paso al número central de la noche, Luciano Pereyra, quien se dió el gusto también de compartir un segmento con la Sole, y de homenajear a Horacio Guarani.
Con menos público pero con el mismo fervor, la noche tuvo espacio después de la actuación de Luciano para recibir a Flor Castro y Marcelo Mitre.
Por Mario Chiappino para www.lt3.com.ar / Fotografía Danny Contreras