El periodista y realizador audiovisual Ignacio Blaconá dirigió el documental que recorre la extensa y  fructífera carrera artística del músico rosarino que llega al corazón de la gente con su instrumento. Con la colaboración y el compromiso permanente del mismo Monchito Merlo, la película indaga en su vida artística y personal.


Monchito Merlo lleva más de cincuenta años de carrera artística y grabó cuarenta y cinco discos (el más reciente: Al galope, publicado en 2023). El documental Monchito viejo nomá!, realizado por Ignacio Blaconá, recorre la historia del músico nacido en el barrio de Saladillo, con el respaldo de testimonios de familiares y colegas músicos, además de un preciado archivo fotográfico y fílmico montado eficazmente.

Ilustrada con fotos de la intimidad de su familia nunca mostradas, la película muestra a Monchito recordando su infancia, explicando sus comienzos con la música y mencionando a quienes han sido sus referentes en el mundo del chamamé, con especial énfasis en la figura de su padre Ramón. Monchito va recordando sus sensaciones de niño y la figura de sus padres. Blaconá siguió de cerca a Monchito durante su trayecto por recitales y festivales. Tanto las imágenes como los registros de audio fueron pacientemente compilados a partir de registros en festivales y en bailantas y todos reflejan la euforia que despierta en el público la música del protagonista.

El interés por el personaje y la idea del documental se gestó durante el encuentro de Monchito con Blaconá cuando el director realizó el documental sobre Isaco Abitbol. “A partir de ese trabajo, entablamos una amistad con Monchito y luego le propuse hacer este documental. Logramos entusiasmarlo,  aunque al principio, muy humildemente, decía “¿te parece un documental sobre mí?, hay personajes más importantes”. “El trabajo se inició a comienzos del 2022, llevó dos años y medio realizarlo, siempre con el acompañamiento de Monchito”, cuenta el director.

 

Entre los testimonios se destacan los de sus familiares, los de los músicos del conjunto (los de antes y los de ahora), los de referentes de la escena del chamamé en la actualidad (Chango Spasiuk, Bocha Sheridan, Raúl Barboza, Antonio Tarragó Ros, Teresa Parodi y otros) y de jóvenes músicos del mundo del chamamé (Sol García, Marcos Montes, Gastón Ruiz, Tomás Puntano, entre otros).

Un segmento importante del documental es el que relata la importancia de El Rancho de Ramón Merlo para el chamamé en Rosario, con fotos y testimonios de testigos de la época, entre ellos Antonio Tarragó Ros y Nélida Argentina Zenón. En la película se cuenta esa historia y se menciona la visita a Rosario de todos los grandes del chamamé y queda claro cómo Monchito se fue formando y enriqueciendo en ese contexto.

Indagando en su infancia, el documental suma los testimonios de sus familiares más cercanos, entre ellos sus hermanos Raúl y Mauricio. Su hijo Simón participa activamente, no solamente siendo uno de los responsables de la producción general, sino también contando el vínculo con su padre y recordando sus comienzos como músico del conjunto de Monchito.

Para los fanáticos del dato preciso y el germen de las canciones, hay dos tramos muy interesantes y reveladores dedicados a contar la historia de Jineteando en Tostado y de Por llegar a San Javier, grandes éxitos compuestos por Monchito. Y, a propósito de revelaciones, la película devela otro secreto cuando Marcos Camino, el acordeonista y director de Los Palmeras, explica dónde está el sentimiento del acordeón.

Es notable cómo el realizador logra capturar las sensaciones de la gente cuando toca Monchito, apoyado por el testimonio de los músicos del conjunto que ofrecen su mirada acerca de cómo se viven esos momentos desde el escenario. “Hay imágenes del festival de Federal que creo son el pico máximo de la emoción de la película. Fuimos porque la familia de Monchito nos apuntó el lugar. Ahí vimos (y registramos) que la comunión que se vive entre el público y Monchito en Federal es única. Subimos al escenario, lo seguimos a él, nos metimos entre el público para entrevistar a la gente. Me pareció fantástico e increíble la emoción y el fanatismo por Monchito que se ve en la gente. Nos habíamos planteado eso, escuchar la opinión de la gente, de los fanáticos, en primera persona”, explica Blaconá.

Monchito Merlo. Fotos: Gentileza prensa del documental.

Monchito apela a su memoria para reconocer los momentos con y las ayudas de Horacio Guarany, una especie de padrino fundamental para su primer Cosquín. Pipy Rivero y Simón, que era su bajista, apoyan con sus testimonios para relatar ese hecho histórico para la familia musical. También, la presencia mediática de Monchito durante su trayectoria se ve reflejada en la película. El realizador reunió y seleccionó registros que muestran el paso del artista por los canales de televisión de Rosario y de Buenos Aires.

Además de algunas anécdotas vinculadas a su superstición, también dispara risas la dificultad planteada por el realizador cuando pregunta qué representa la música de Monchito Merlo. Ante la consulta, reconocidos músicos del género y nuevos valores emergentes quedan sin palabras. Con las definiciones de Raúl Barboza y otros colegas, finalmente logran la respuesta y eso es otro aporte importante del documental para, de ahora en más y a partir de este trabajo, tener en claro lo que significa la música de Monchito.

El tramo referido a Alicia, su primera esposa, fallecida, es muy emotivo. El abordaje de la figura de Alicia y la importancia para Monchito y para toda la familia también está relatado en la película. “Me pareció importante hacer esa mención a su esposa y madre de sus hijos porque los he escuchado hablar a él y a sus hijos sobre ella, recordarla de haber sido importante en la carrera de Monchito, me pareció justo darle participación. Con el mayor cuidado, porque tiene sus matices, de reflexión, de introspección, de mucha sensibilidad. Decidí incluir el tema que Monchito le dedicó a ella, sabía que era un momento de mucha sensibilidad para la familia que va a ver la película”, refiere el director.

Ignacio Blaconá.

Con mucho material disponible, no fue fácil para el realizador decidir qué incluir y qué descartar. “El criterio es la marca propia que tiene uno, la identidad como realizador audiovisual, uno se va guiando por lo que va escuchando y aplica la intuición. En la edición y el montaje de la película es donde hay que poner el toque personal.  Más allá de que yo le iba mostrando cada tanto algunos cortes a Monchito, había que contar una historia y seleccionar confiando en la intuición y con la mayor honestidad posible. Algo difícil de lograr es que un trabajo audiovisual sea objetivo en toda su dimensión, hay mucha carga de subjetividad del realizador, por eso ese recorte de qué momentos o quienes depende de la intuición, teniendo en cuenta también que hay un tiempo para contarlo que no es infinito. Las anécdotas que lo pintan de cuerpo y alma, a medida que iban apareciendo, me fueron guiando en el desarrollo del montaje”, sintetiza el realizador.

La gran cantidad de imágenes capturadas en la intimidad de Monchito y los conceptos hacia su persona por parte de su gente más cercana, además de los colegas artistas, permiten resumir las ideas de Monchito y dejar clara su propuesta: disfrutar de la familia y de la vida. Otro acierto de Blaconá y su equipo es la producción de la música incidental realizada por Tati Grandolio, cada palabra de un testimonio dispara un sonido que la ilustra de modo preciso.

Después de haberse metido en su historia, de charlar con sus cercanos y luego de finalizada la película, a Blaconá le queda la sensación de haber acertado con la elección del personaje. “Isaco Abitbol me había dejado la vara muy alta en cuanto a figuras y referentes de nuestro chamamé. En Monchito encontré un personaje que está a la altura de Isaco, por la importancia, por el cariño de la gente y por la admiración de los jóvenes. Desde que lo conocí y que me abrió las puertas de su casa, he conocido una persona divina, hermosa, entrañable, este trabajo es como una devolución de ese cariño que él me dio. Me enorgullece haber realizado este documental y es un trabajo que nos unió para siempre a Monchito y a mí”, resume.

El trabajo se estrena el 1° de Agosto en el teatro La Comedia de Rosario y contó con el apoyo de la Municipalidad de Rosario y también con un pequeño aporte de la Municipalidad de Villa Gobernador Gálvez. “Básicamente, lo que sostiene este trabajo son el amor y la pasión por lo que hacemos. Es mucho tiempo el que uno dedica a un trabajo de estas características detrás de una cámara o de una computadora dándole forma a una historia de estas”, señala el director.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *