El prolífico creador y exquisito intérprete Pedro Aznar, presentó en Rosario el disco Flor y raíz. El teatro El Círculo lució repleto y el repertorio incluyó también un puñado de sus temas clásicos.
Las imágenes de Charly García en pantalla acompañaron un arranque dedicado al genial músico argentino con quien Aznar compartió proyectos diversos. Tu amor y Mientes fueron las elegidas para el recuerdo de Charly. Acercándose a la platea, Aznar estableció conexión con la gente.
“Muy buenas noches, Rosario”, dijo, mientras se tomaba unos minutos para ajustar la técnica. “Esta noche tendremos un concierto generoso, vamos a tocar de todo, aunque enfocados en el disco que venimos a presentar”, anunció. Mientras, el público le destinaba mensajes afectuosos de bienvenida.
Su desempeño instrumental está asociado históricamente al bajo. En este concierto, también ejecutó guitarras, contrabajo eléctrico, piano, mandolina y caja.
En Flor y raíz, reunió repertorio de canciones folklóricas de siete países de Latinoamérica. Inició la muestra del disco con ritmos del Perú versionando el landó Cardo o ceniza, la obra en la cual Chabuca Granda relata una controvertida historia de amor protagonizada por Violeta Parra. Aznar “vistió” la canción ejecutando contrabajo y con una dupla percusiva integrada por Ale Oliva y Julián Semprini.
Con la estética del sonido criollo, mostró la zamba Perfume de carnaval (Peteco Carabajal), con el apoyo vocal del pianista Matías Martino y con Ale Oliva en bombo legüero. Con el tono dramático que exige la obra, cantó La llorona, canción popular mexicana con un arreglo instrumental que impuso atmósferas del jazz.
Con guitarra criolla, ofreció El violín de Becho (Alfredo Zitarrosa) y, con contrabajo y arco, interpretó El cosechero (Ramón Ayala), sumando imágenes en pantalla de algodonales y trabajadores rurales.
“Me vengo al piano para hacer un par de musiquitas sobre algo que todos y todas sentimos o vamos a sentir alguna vez”, expresó antes de tocar Rencor y la clásica e infaltable Ya no hay forma de pedir perdón generando en la platea un sentido «¡Te amamos Pedro!».
Aznar recordó que Aguas de Marzo, la obra de Tom Jobim, fue catalogada en su momento como la mejor canción del siglo veinte. Dudando de los premios, opinó que Construcción, de Chico Buarque, merecería también esa calificación. Retornó al contrabajo para versionar este tema. “Es como una película, una obra poética deliciosa que se va construyendo y deconstruyendo”, remarcó. Instalado imaginariamente en Brasil, un «¡Fora Bolsonaro!» se oyó en la sala y él repitió y adhirió.
Luego de la festiva y alegre Chacarera de los gatos (María Elena Walsh), se internó en las complejidades creativas del Cuchi Leguizamón plasmadas en la zamba Cartas de amor que se queman y cerró el tramo con el bolero Dos gardenias.
“Llegó el momento de mostrarles música nueva”, anunció, generando expectativa en el auditorio. Cuando consiguió comprarse una mandolina, con ese instrumento compuso Mientras. Mostró la canción en solitario, aplicando sonidos graves con la pedalera. Corpoland es otra de las nuevas que irán al próximo disco. Antes de cantarla, compartió sus reflexiones críticas sobre las corporaciones y en defensa de la naturaleza. “Nuestra mejor herramienta es la conciencia”, expresó.
Nocturno suburbano, del disco Quebrado y la celebrada A primera vista en una nueva versión, precedieron a Zamba del carnaval, la obra del Cuchi Leguizamón que tiene una versión original cantada a dúo con Angela Irene.
Sólo, con guitarra criolla, buscó el cierre con Maldigo del alto cielo, cueca chilena ilustrada con imágenes de Violeta Parra. Con el apoyo vocal de Matías Martino y Sebastián Henriquez, cantó Reverdece, la zamba que en el disco grabó con Soledad Pastorutti. Con toda la banda, en formato eléctrico, cerró con Quebrado. Luego presentó a los músicos y al staff técnico.
El grupo salió de escena y regresó para los bises. Después de A cada hombre, a cada mujer, propuso un canto colectivo. “No sean tímidos que en la ducha cantamos todes”, dijo, incitando al público a que le responda las coplas cantadas con caja, un modo de expresión que Aznar tomó de su vínculo con Leda Valladares.
Tanto el público como el artista se percibían relajados, disfrutando, con el placer de reencontrarse con un repertorio conocido y con la expectativa de conocer los temas nuevos. Aznar informó en el escenario que ya tiene una veintena de canciones nuevas, que ya está grabando y entrando en la etapa de mezcla. En pocas semanas, en noviembre, saldrá el nuevo disco.