La intérprete, compositora y productora cordobesa acaba de editar Hay un animal en mí, su nuevo disco. El material fue grabado y producido junto a sus hijas Eva Gou y Elli Rivarola. Contó además con la participación de su nieto y muchos artistas invitados. “Considero este disco un logro humano y musical”, dice.


El universo de cada artista comprende una característica única, una individualidad que lo diferencia del resto de los artistas y de los humanos. A veces se nutre de lo que lo rodea, otras se alimenta de sí mismo hasta convertirse en un mundo completamente original e independiente, un universo musical y creativo único. Hay artistas irrepetibles que conllevan esos universos, también únicos, como Jenny Nager. Intérprete, compositora y productora cordobesa que acaba de editar su nuevo disco, Hay un animal en mí.

El universo Jenny Nager tiene muchas cosas que lo hacen único: una inspiración que se nutre del campo y la ciudad, que va de lo folklórico a lo electrónico; lo femenino desde la presencia, el estilo, el movimiento, la sensualidad; el deseo y los sueños en la creación y una voz tan original como llena de matices y posibilidades. Es imposible seguir de largo cuando canta Jenny. Más: junto a su compañero Titi Rivarola, referente de la música de Córdoba y fallecido a temprana edad hace una década, forjó una familia de artistas, clan superlativo a la hora de hablar de música y producción.

Hubo un sueño, -cuenta la artista- en el que se originó este nuevo proyecto que está a punto de presentar en la ciudad de Córdoba: el jueves 8 de Agosto en Club Legrand. Jenny cuenta: “El disco salió completo, sin adelantos. Lo presenté como una obra que refleja un imaginario, un universo, donde cada canción tiene sentido respecto a las demás. El nombre del disco hace referencia a un poder que fue despertando y a un territorio que es refugio, música y poesía, instinto y deseo. Me visitó en sueños un animal que caminaba por un relieve de canciones… dejó los contornos de una imagen que ya había visto en una caja de chocolates. Dejó un libro de música con huellas de su deseo y notas que tuve que encontrar yendo hacia atrás. Dejó una señal en el camino junto al hambre de cazar en el desierto. Dejó el saludo a un rincón del mundo vida, entre el sol y las montañas. Dejó un temblor, en una frase con besos”.

Hay un animal en mí fue editado por el sello Los Años Luz y grabado íntegramente en el estudio El Ojo Blindado, junto a sus hijas Eva Gou y Elli Rivarola , quienes participaron también de la producción. Cuenta con la participación de Pablo González en baterías y Juan Iñaki en kalimbas y las voces invitadas de Inti Romero Acuña en Animal; Eva Gou y Negra Marta Rodríguez en Rosas; Juan Marcelo Lucero en Vos (Cuánto de vos), Eva Gou en Pajaritos y Carlos Piano en Humano. El arte de tapa es original y fue ideado por Elli (pintura y tipografía, además de sumar sus guitarras) y Eva (foto y fotomontaje).

Signado -como en todas sus producciones de Jenny- por la exploración, este es un trabajo exquisito, el cenit de una carrera cuya característica fue experimentar siempre en sus discos: con la voz, con la poesía (por colaboraciones con Arnaldo Antunes, Paulo Leminski, Gastón Sironi y Carlos Piano) y en proyectos destacados de otros artistas como Paola Bernal, Vivi Pozzebón, Bicho Díaz, Eva Gou, Cci Kiu, Juan Iñaki, Pequeño Bambi y el mismo Titi. Como compositora de música para cine y películas, lleva en su haber varias: Buen Pastor, una fuga de mujeres; El Grillo; Nosotros Campesinos y Un día, todos los días, para la Universidad Nacional de Córdoba

– Las canciones de este disco completan una simbiosis entre la naturaleza, el campo, impresas musicalmente de urbanidad. ¿Podrías contar cómo fueron surgiendo esas canciones?

– Las canciones aparecen cuando quieren y cuando hay un cierto abandono, cuando no antepongo mis pretensiones al momento de componer. Componer es un momento de intimidad valioso, un estado en donde existen cantidades de sensaciones, intuiciones y percepciones del mundo. Es cierto, también, que he ido desarrollando un oficio que me permite conectar bastante rápido con una idea musical. Tengo mucho camino recorrido, voy y vengo, voy y vuelvo de ese sitio en donde presiento hay alguna música con la que conectar. En especial este disco huele a campo y a niñez y a la vez viaja a la ciudad en donde se impregna de sonoridades urbanas.

– Sos un artista que no encaja en ningún formato musical y de composición, una especie de Modelo Jenny Nager. ¿Cómo lo ves?

– Una vez, en la reseña de un disco (Estamos, Música a Primer Oído sobre poemas de Arnaldo Antunes)  seleccionado por el Club del Disco, ellos mencionaron que mi música era inclasificable, actual y subtropical. Me quedé con esa definición, la abracé y fui comprobando con el tiempo que siempre me doy con los gustos en la forma en la que expreso el arte. Intento nunca traicionarme, ser fiel y honesta en la expresión. Igualmente imagino que mi forma es una de las miles que habrá para hacer música! Tengo la fortuna de tener un estudio en donde puedo imprimir al instante alguna ocurrencia musical, una idea, un balbuceo, le otorgo mucho valor a ese primer gesto musical, después trabajo sobre eso, agrego partes, arreglos y lo que sea necesario. En este disco, ese segundo momento lo hice junto a mis dos hijas Elli Rivarola y Eva Gou. Elli  hizo los arreglos y tocó casi todas las guitarras del disco y Eva realizó el diseño sonoro de todo el material.

«Este disco huele a campo y a niñez y a la vez viaja a la ciudad en donde se impregna de sonoridades urbanas». Fotos: David Lescano

Tu carrera es muy extensa e intensa, aunque no siempre sale a la luz todo el trabajo que hacés o estás produciendo. ¿Cómo te ves hoy desde este presente a tus comienzos?

– Este momento de la vida es una época de cosechas… estoy disfrutando de ver lo constante que he sido con respecto a la composición. He trabajado en colaboración con muchos artistas y compuse mucha música hasta aquí. En este momento estoy poniendo mucho corazón a una coproducción que estamos haciendo con Pampi Torre. Adoro el laboratorio y el trabajo  de producción en el estudio y a veces no es tan vistoso como el escenario, sin embargo ese trabajo de dar contenido y concepto es una fuerza invisible, la misma marea que luego llega en olas a distintas playas.

– ¿Qué aportó el trabajo de producción de Eva Gou en tu disco y cuál fue el aporte de los músicos que te acompañan?

– En el caso de mi propio disco, esa energía invisible y poderosa tiene que ver con el trabajo de Eva Gou en la producción artística y Franco Di Pietro en la post producción del álbum, en la mezcla y el master. Con Eva seleccionamos los tracks y trazamos el diseño general y el concepto y con Franco subimos peldaños sonoros para que el disco sonara increíble. Los integrantes del disco son unos artistas tremendos: Eva, Elli Rivarola, Pablo González, Carlos Piano, Negra Marta Rodríguez, Inti Romero Acuña y Juan Marcelo Lucero.

– La familia siempre te rodea, con la figura de Titi siempre fuerte en tu vida y tus trabajos. Una especie de fuerte en tu vida, ¿Se involucra todo esto en tu inspiración?

– Titi siempre está presente (cada vez más y de mejor manera). El año pasado saló un disco (Baby) que hicimos juntos y que estuvo durmiendo por 20 años. Este año salió Hay Un Animal en Mí, que es un homenaje total para él porque lo hicimos en su legendario estudio, El Ojo Blindado, y porque lo hicimos las tres juntas y con la participación de Inti (nuestro nieto) que llena el aire de nuevas oportunidades. Considero este disco un logro humano y musical.

– ¿Cuál es el animal dentro de Jenny?

– El animal, dos puntos. Refiere al instinto de supervivencia, al deseo de seguir, a ponerle corazón a todo y ¡a sentir hambre y ganas! Este animalejo es un lugar, un refugio que tiene mi nombre.

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