La compositora uruguaya acaba de editar un disco homenaje a Nanette Pepin Fitzpatrick. El material surge a partir de una residencia en la Casa Museo Atahualpa Yupanqui de Cerro Colorado. Son ocho canciones hechas en ocho días: “Es un disco como una foto analógica; fue lo que fue y ahí quedó”, dice la autora.


La figura de la pianista, compositora y letrista francesa Nenette Pepin Fitzpatrick (1908-1990) es todavía un secreto a voces, casi un misterio, en el imaginario de la música popular argentina. Si bien se la conoce por haber sido esposa de Atahualpa Yupanqui y haber compuesto con él canciones importantísimas en su repertorio, como Luna tucumana, El arriero va, El alazán, Zamba del otoño, Chacarera de las piedras o Indiecito dormido –firmadas bajo el seudónimo de Pablo del Cerro-, su nombre no goza del reconocimiento que merece en la música argentina.

En 1928 Nenette llegó a Buenos Aires y se instaló en Villa Ballester con su padre. Luego estudió piano en el Conservatorio Nacional de Música y se convirtió en una destacada concertista. Viajó por el interior de Buenos Aires y por el país durante mucho tiempo y en 1942, en Tucumán, conoció a Atahualpa Yupanqui. Se casaron, tuvieron un hijo y ella abandonó su trabajo de concertista para abocarse a la carrera de Yupanqui.

No hay demasiados documentos o registros bibliográficos que se ocupen de desentrañar los detalles de su vida y poner en valor la obra de Nenette. En este contexto, la cantante, compositora y productora uruguaya Melaní Luraschí acaba de publicar un disco inspirado en la figura de la pianista francesa: Je suis Nenette. Compuesto entre febrero y marzo de 2024 en una residencia de creación e investigación realizada en la Casa Museo Atahualpa Yupanqui (Cerro Colorado, Córdoba), el disco tiene como “objetivo resignificar y revalorizar” el legado artístico y humano de Nenette, una relevante compositora de música argentina y criolla, pero demasiado olvidada por la historia oficial del folklore local.

«Para que llegue la inspiración necesito tiempo y espacio, ciertas condiciones que permitan eso». Fotos: Gentileza de la artista

Con producción de la propia Luraschi, las ocho canciones del álbum fueron escritas, compuestas y grabadas durante ocho días, a razón de una canción por día. Je suis Nenette es un disco emotivo, acústico y atemporal que captura el clima de esos días en Cerro Colorado: hay melancolía en la bellísima Milonga del poeta viviente; fuego amoroso en la zamba Romance del piano que navega; aires electrónicos en Lluviecita del río; desarraigo en Confesión del cerro; destellos metafísicos en Si los árboles hablaran y un tono político en Mon dernier tango. Entre el español y el francés, Luraschi logra encontrar la profundidad en el instante y le imprime al disco la austeridad y frescura telúrica del ambiente.

En las próximas semanas, Luraschi lanzará un documental que registra el proceso creativo en el verano de Cerro Colorado. “La idea tanto del álbum como del documental es que este trabajo nos deje pensando y nos haga preguntas, por eso el documental muestra escenas, momentos en Cerro Colorado y reflexiones de los presentes”, adelanta la compositora uruguaya radicada en París. “Me gustaría presentarlo en conversatorios para que después podamos seguir pensando y que Je suis Nenette nos invite a descubrir nuevos horizontes”, anhela.

– ¿Cuál fue tu primer acercamiento a la figura y a la obra de Nenette?

– Sé que en algún momento escuché esta historia, hace mucho tiempo y me quedó resonando. Fue un tiempo después cuando me llamaron Agustín Arosteguy y Daniela Massone -docentes del Seminario de Geografía y Musicalidades de América Latina de la UBA- para hacer esta investigación. Lo primero que me atravesó de este proceso creativo fue estar leyendo Cartas a Nenette (Víctor Pintos, 2001) en Paris, un libro que recopila muchas cartas enviadas de Atahualpa Yupanqui -la mayoría desde a Paris- a Nenette que estaba en Argentina mientras él giraba por todo el mundo.

– En cuanto al trabajo compositivo, ¿Fue un desafío escribir una canción por día durante ocho días? ¿La inspiración tiene que encontrarte trabajando?

– Yo me había puesto ése desafío y cuando empezó la residencia le dije a Agus y a Dani: “Si hago ocho canciones tengo un álbum”. También soy una persona que no le gusta forzar las cosas si no salen, por lo tanto si no fluía el proceso creativo iba a tomar otro camino, quizás un EP u otra cosa. Pero todas las condiciones se dieron para poder cumplir con el desafío que me propuse. No estoy segura si la inspiración me tiene que encontrar trabajando. Sé que para que llegue la inspiración necesito tiempo y espacio, ciertas condiciones que permitan eso. Trabajar y estudiar para mí es parte del proceso, y cuando la inspiración llegue poder encaminarla a mejor puerto. En cambio, cuando la inspiración no funciona, el estudio me da las herramientas para encontrar la respuesta a algunas cosas a las que no llego solo con la inspiración.

Nenette «se merece un reconocimiento importante como una mujer francesa que fue parte del desarrollo del folclore argentino».

– ¿Cómo fue la experiencia en la Casa Museo Atahualpa Yupanqui en Cerro Colorado? ¿De qué manera el entorno incidió en estas canciones?

– Fue muy importante el entorno, el paisaje, la gente y la energía que circulaba. Toda la experiencia fue bellísima. Fui sin expectativas y me encontré con una maravilla. Apenas llegué, el Koya Chavero y su familia me recibieron en su casa. Al otro día nos fuimos al museo que quedaba a unas cuadras de la casa y me dijeron: “Vamos a sacar las cosas que tenemos en la que era la cocina de Atahualpa y Nenette y armamos tu espacio”. Me dejaron acomodarlo como quise, agarrar las ropas de Nenette, poner las muñecas que coleccionaba alrededor mío. Sentí que armé una especie de escenario perfecto, que me ayudó a crear con tranquilidad. Por la ventana veía llegar gente de todas partes del mundo que venían a visitar el museo, mientras yo escribía y grababa. Después de cada canción venían Agus, Dani y Alejandro (cuidador de la casa) y me daban su devolución; nos quedábamos hablando horas y eso ya me daba pie para la siguiente canción.

– ¿Estas canciones están inspiradas en Nenette, pero también hablan de experiencias personales, no? ¿O en qué medida este disco habla de vos?

– Sí, claro. Este trabajo de Nenette me acercó a mis principios artísticos cuando hacía teatro. Que, por así decirlo, estudiás un personaje bastante tiempo para después actuarlo. Esta idea siempre me hizo mucho sentido, porque los personajes que me tocaban transitar llegaban a lugares de mí que me hacían descubrir cosas nuevas, inimaginables. Hay muchas sutilezas y sincronicidadades que fueron pasando en mi vida en todo este tiempo que llenaron de magia a este trabajo. Ya solo el hecho de estar leyendo las cartas que Atahualpa le mandaba a Nenette desde Paris y yo estar ahí para pasar por esos lugares que él describía y después viajar a Cerro Colorado para ver lo que había del otro lado fue un montón. Imposible no sentirme atravesada.

– ¿Cómo encontraste el tono del disco y la búsqueda sonora de estas canciones? En el disco, hay milonga, zamba, tango, pero también perfumes sonoros de otras latitudes.

– En palabras del Koya: “Me tomó mucho tiempo entender la música de Melaní, porque para mí es más fácil entender un tango o una milonga porque es lo que conozco, pero para entender la música de ella hay que ir más allá y recordar que hace miles de millones de años el Cerro Colorado era mar, acá hubo mar. Y Melaní viene del mar, de alguna manera ella pudo retratar en sus canciones el mar que hubo alguna vez en Cerro Colorado”.

– ¿Je suis Nenette es, tal vez, el disco más folklórico que hiciste hasta el momento?

– Creo que es el primer disco que hago sin mucho adorno, respetando algunas estructuras y otras no. Asumiendo el riesgo de la imperfección del momento presente. No hubo tiempo para pensar demasiado, sino para ejecutar con los conocimientos que había en ese instante. Es un disco como una foto analógica; fue lo que fue y ahí quedó.

– ¿Por qué elegiste para cerrar el disco el tango Mon dernier tango? ¿A qué se debe la frase: «La vida es más bonita en Argentina, aunque siempre quieran arrebatarla»?

– Porque cuando estaba llegando al final pensé: “Tengo que terminar con un tango”. Nenette falleció en Buenos Aires y en esos días encontramos una foto en la que ella estaba bailando un tango con Atahualpa. Sentía que tenía que terminar así. Esa canción me costó más porque era la última y un género que domino menos que otros. Para eso le pedí que grabara a Eloísa di Giacomo (pianista de Koya), que justo había pasado uno de los días por el Cerro, y se emocionó mucho cuando le mostré el trabajo que había hecho. Así que la invité a grabar el piano. En esta canción se despide y agradece. Argentina fue su lugar, así que siento que probablemente debería de estar agradecida con esa tierra que la acogió y le dio su camino. La frase sobre Argentina tiene un sentido político: todos sabemos que Argentina tiene una magia extraña y que a pesar de todas las adversidades que atraviesa sabe ser bella y luchadora, convincente y poderosa. Los uruguayos aprendemos de los argentinos así como los argentinos de los uruguayos, es inevitable.

– Después de haber conocido parte de su vida y haber concretado el disco, ¿Quién dirías que fue Nenette y por qué es relevante rescatar su legado?

– Después de haber escuchado las historias, de haber entendido un poco más sobre su vida entrevistando a su familia y a muchos conocedores de la obra yupanquiana, creo que se merece un reconocimiento importante como una mujer francesa que fue parte del desarrollo del folclore argentino que hoy conocemos por Atahualpa Yupanqui. No es desmerecer ni desestimar la creación de Atahualpa, si no traer a Nenette a su lado para entender que no habría Atahualpa sin Nenette. Que su creación también fue importante en esas obras. Y como me dijo Koya un día: “El mensaje más importante que nos dejó Nenette fue que pudo dar lo mejor de sí en una tierra que no era la de ella”. Eso me parece precioso. Y me atraviesa, porque no siempre necesitamos ser del lugar para dar lo mejor de nosotros y viceversa.

– Este disco trae al presente a una artista que no fue suficientemente considerada y reconocida en vida, ¿Hay un enfoque feminista también en este trabajo, tal vez de forma indirecta?

– Sí lo hay y yo creo que de forma directa, como forma de transformar en el hoy los devenires del patriarcado. La pregunta sigue sin resolverse, circulan varias hipótesis pero, ¿por qué Nenette se puso nombre de hombre y no de mujer? ¿Por qué decide ser anónima? ¿Por qué abandona su carrera como pianista para apoyar la carrera de su marido? Quizás son decisiones que ella tomó consciente en ese momento. Pero si Nenette viviera ahora, ¿las hubiera tomado?

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