El cantautor santiagueño acaba de editar su sexto disco, Alterego. Un material que recorre ritmos diversos, con letras profundas y rítmicas movedizas. Según el músico, se trata de una búsqueda genuina entre lo tradicional y lo innovador. “Hay gente a la que le gusta mi parte más folclórica y hay otros que son fans de lo nuevo”, dice.


Franco Ramírez, cantautor santiagueño, está presentando su sexto disco: Alterego. Un material de temas propios pero que también aborda letras de nuevos autores, que trasciende el folklore y se abre a la música de fusión, a sonidos que mixturan flamenco, rap o reggae y a imágenes intensas que nos conectan con un viaje por iconografías latinoamericanas.

No se puede escapar, habiendo nacido en Santiago del Estero, de la ritualidad de los componentes tradicionales de música y danza, y sobre todo de esa magia folklórico-pagana que invade el sentimiento cuando uno oye sonar un bombo legüero en un patio de tierra. El santiagueño nace en medio de rituales y de mitos signado por el deber de transitar con ello y transmitirlo. Emotividad, energía y grito santiagueño se manifiestan en su ADN.

Portada de Alterego. Ilustración: Rulo Godar

Expresando esta santiagueñidad conocemos desde muy jovencito a Franco cantando folklore: «Sí, soy santiagueño, sí, hijo de esta tierra, llevo en mi sangre metida la chacarera». También escuchamos su voz, de claro tinte nativo, cantando con Raly Barrionuevo la Chacarera de la espada allá por el 2012. Ha cantado muchos clásicos del folklore en los Festivales del país. Interpretó zambas, gatos y chacareras reivindicando la obra de los Hermanos Ábalos, Chazarreta, Julio Argentino Jerez, Virgilio Carmona. Sin embargo puede sorprendernos con una despojada y sentida versión de El breve espacio en que no estás, de Pablo Milanés, o interpretando El rey de la guaracha, tema que grabó junto a La guarra, grupo que se dedica específicamente a la guaracha urbana.

Cuenta con cuatro discos y uno grabado en vivo. Tupinami (2004) es su primer disco, trabajo en el que incluye por primera vez el ritmo popular santiagueño llamado guaracha. Donde se espeja la Luna, producido por Roberto Cantos del dúo Coplanacu; luego editó De Barrio y Pueblan Pájaros, con producción general de Mavi Díaz. Estos discos ya mostraban una evolución estética y artística en sus producciones. En De Barrio participan artistas como Abel Pintos, Jorge Rojas, Raly Barrionuevo; Álvaro Teruel (Los Nocheros), Pipo Valdez (Los Tekis), José Rajal y Cesar Elmo.

Pero el lanzamiento de Alterego augura con creces su proyección internacional. Según sus propias palabras se trata de un disco que “ni yo mismo esperaba, que apareció para cambiar mis planes, para no hacerme el distraído con lo que siento, sin el miedo al qué dirán; que rompe estructuras, crudo y sincero, para decir lo que antes no había dicho”.

– Cantás folklore desde los 13 años, ¿qué objetivos se cumplieron y cuáles aun no? 

– La verdad que vivo con mucha más conciencia esta etapa de mi vida. No por el simple hecho de que uno va madurando y experimentando cosas en estos años sino porque particularmente mi adolescencia fue bastante turbulenta. Me ocupaba mucho de mi carrera, imaginate, con todas las ganas intactas, y ha dado frutos desde muy temprano. Fue una tempestad: shows, viajes, amigos, sanguijuelas, aduladores, odiadores, conseguía una buena platita a los 15 años, el alcohol comenzaba a asomar con bastante rapidez, llegaba a las 5 de la mañana de gira y a las 6 ya me iba para la escuela, etc. Todo eso algún que otro daño me trajo. Entonces hay mucho de esa etapa que he olvidado, que no lo tengo tan presente. Y eso que me considero un tipo con muy buena memoria. Hoy percibo lo importante en otras cosas y el solo hecho de cantar y hacer música me completa; es éxtasis, alegría, dolor, emoción pura y es poder vivir de esto después de 20 años en la escena. Se constituyó en un triunfo para mí. También he perdido mucho en este tiempo y a mucha gente que quería. Ya no le doy lugar a los errores.

– Para ser santiagueño y demostrarlo ¿hay que cantar chacareras? En tu caso lo has demostrado haciendo famosa la guaracha santiagueña. Ahora incursionás con este Alterego por muchos ritmos más y solo encontramos una guaracha. ¿Está aquí el Franco Ramírez que conocíamos o es uno nuevo?

– No, para nada, de hecho, toda mi vida he promovido que Santiago no es sólo chacarera. Todo bien con la postura y casi sobreactuación de: “el que no le canta a Santiago y en chacarera no es santiagueño”, eso deja de lado a muchas personas que tienen un arte super copado y sincero que no encuentra lugares para tocar en Santiago, o si lo encuentran no le dan tanta pelota, esos artistas entonces triunfan en otros lugares del país o del mundo. Tenemos que aprender de eso.

Sí considero que cualquier cosa que hagamos tiene que tener algo o mucho de nuestra raíz. En mi caso esencialmente soy folklore, música de raíz folklórica, pero en el medio soy un poco freak, y en los circuitos freak soy puro folklore (risas). Es algo que a veces no se entiende. De esa manera llegó la guaracha santiagueña a instalarse como folklore, a pesar de que me han bombardeado, desde Santiago y desde afuera, con de todo hasta que eso sucedió. Por eso ahora voy a hacer las guarachas que me den las ganas, libremente. Mi empeño va por otro lado. En este sentido, en cuanto a entusiasmo y amor por lo que hago, hablamos del mismo Franco, pero durante estos años el contenido de mis discos ha cambiado y por supuesto va a seguir cambiando. Esencialmente mantengo mi hogar artístico en Santiago del Estero.

 

– En estos 9 temas hay mucho de introspectivo en las letras, incluso hablás de que escribiste desde un momento de oscuridad, en pandemia, como tantos otros discos que son nuevos y han sido gestados en esos años, expresando una profundidad especial, pero en lo musical eso no se da, el disco es muy luminoso y veloz. ¿Cómo se mezclan esos dos campos?

– Mi oscuridad comenzó mucho antes de la pandemia. Algunas canciones nacieron un par de años antes. Ahí comenzaba este proceso y en muchos aspectos “mi alegría sigue rota”, pero ya no me hago más el distraído. La introspección se comienza a gestar muchísimo antes de Alterego. Alterego es un cierre de etapa y es la apertura a un mundo mucho más Franco Ramírez. Más sincero. El nombre Alterego es porque la mayoría de estas canciones en su momento hablaban del dolor que estaba sintiendo en una etapa donde comenzaron a caerme las fichas y vi la necesidad de limpiar mi entorno y limpiarme yo. Había pasado un momento tremendo de separación. Dos años sin tomar alcohol profundizaron esas fichas que cayeron. Ahí nace Caloyero Mayu, un canal de youtube creado con un seudónimo, donde cantaba estas canciones que en su momento hablaban del dolor que estaba sintiendo, ocultando al verdadero Franco. No me había animado a decir y poner la cara con estas canciones hasta hace un año. Después de un camino largo entendí que tenía que matar a Caloyero y hacerme cargo de mis miserias pero también de mi luz. El 18 de diciembre pasado nació un Franco Ramírez nuevo “y quiero que me perdonen por este día, los muertos de mi felicidad”.

– ¿Sos consciente de que has creado un universo onírico propio con tus canciones, con las simbologías de la mantis, la iguana o el tiburón? ¿Se dio naturalmente o hay una búsqueda en esa línea?

– Hay una búsqueda, y no, no era consciente de ese universo. Me lo hiciste ver vos con esta descripción. La búsqueda está en poder describir mi mundo o este momento en este mundo mío y que intenta ser el mundo de otros también. La portada, creada por Rulo Godar, diseñador bonaerense de Mercedes, pretende contarte la historia de una iguana disfrazada o mutando a tiburón, en un mundo quizás un toque lejos, pero llevando su tierra salitrosa, su historia y su sol incendiado a donde vaya.

En el tema Mantis por ejemplo, que escribí hace tiempo, pero que le da eje a este disco, hay una mezcla de huayno con base urbana de un solo acorde, que suena como un loop mántrico en lo musical y que habla de sexo, ansiedad, crisis, apego y desapego, inspirado en algunos de los relatos del mítico escritor Eduardo Galeano. De cualquier manera estoy explicando lo que vos piensas que es onírico y quizás sea inútil mi explicación.

– ¿Cómo se integra la identidad santiagueña, lo folklórico, cómo fusiona con ritmos de flamenco, gitano, reggaetón o rap, que forman parte de algunas canciones, cómo entraron a tu música?

– Con este disco muchos han sentido la necesidad de encasillar mi música. Por lo tanto me han dicho que no es folklore, que tengo que definir lo que hago, pero bueno desde mi primer disco el repertorio transita una ruta de muchos ritmos. Así entró la guaracha y llegó a ser lo que es hoy. Yo creo que la columna vertebral es que hago música argentina. Hay gente a la que le gusta mi parte más folclórica y hay otros que son fans de lo nuevo. Yo hago la música que siento y no me quiero truncar esa inquietud. Este disco particularmente tiene una raíz folklórica y sigue siendo música argentina pero con mucha proyección hacia lo latinoamericano. Música Argentina y Latinoamericana. Una alquimia rítmica.

En otros ámbitos el artista ha sido honrado con la distinción de Embajador Cultural de la UOLRA (Sindicato Argentino de Ladrilleros y Ladrilleras de la República Argentina) para llevar adelante la campaña No al trabajo infantil, de lo que se desprende el Cosquín canta por los niños, realizado en 2017 y 2018 en la plaza San Martín de la ciudad cordobesa, colmada de público y artistas como Milena Salamanca, Rubén Patagonia, Néstor Garnica, Los Carabajal, Rocío Araujo y muchos más y que sirvió para generar concientización al respecto de la problemática que azota particularmente a este gremio en el mundo. Esta propuesta quedó plasmada en un material audiovisual que se llama Conciereto Ladrillero.

En el 2019 el artista produjo su primera gira europea haciendo más de 20 recitales a sala llena en España, Francia y Túnez. Con su productora realiza el evento El Quilombito, en Niceto bar de Palermo, donde artistas de todo el país participan en cada encuentro. Hasta el 2024 estuvo junto a Rocío Araujo conduciendo Código Lunar, programa de folklore en la FM98.7 de Radio Nacional.

– ¿Cuál es tu presente y qué deseas para el futuro de este disco y para vos?

–  Al disco lo postulamos para los Premios Gardel así que invito a la comunidad artística también a que lo escuche y si les gusta que lo tengan en cuenta. Confío mucho en estas canciones y en lo que produce en la gente que lo escucha. Entonces ¿qué sigue? Mucha más entrega mía a la música, a encontrarme con la gente, a compartir con artistas que admiro, a producir shows y festivales (porque también produzco eventos) donde la cultura popular sea la protagonista.

 

 

 

 

 

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