Radio Goya, octavo disco de la exquisita cantante de Reconquista, implica un homenaje al chamamé y a la radio. Canciones populares e identitarias del litoral.
Con estética tradicional en la producción de las canciones, Patricia Gómez logra conmover al oyente y produce empatía con los hombres y mujeres del litoral que en su proceso de migración llevaron su cultura al norte santafesino.
La cantante nació, creció y vive en Reconquista, ciudad y región donde en los años 60, 70 y 80 casi el único medio de comunicación de los habitantes era la LT6 Radio Goya (Corrientes). “La radio constituyó para los pueblos del interior un medio de comunicación por excelencia. En mi caso, en mi infancia amada, no solamente recepcionábamos la música, sino también la radio funcionaba como mensajera”, cuenta la artista. “»Vengan a buscarme a las 15 que llego en el colectivo a esa hora» o «por favor avísenle tal cosa a mi mamá», se escuchaba. La radio ofició de cartero y de mensajero”, explica.
Las dos primeras canciones de la lista dan pistas de la idea y el concepto. Las letras de Nostalgias camperas y Evocación de la ternura apelan a la nostalgia y al recuerdo de lugares y afectos. Son todas canciones que acercaba la radio en esas épocas. “Es un gran homenaje agradecido a esa radio por haberme acercado a la música, a sus poetas, a los compositores y a todas estas escenas que son parte de la cotidianidad del hombre y de la mujer del norte santafesino en el cual me crie y también me desarrollé como música”, cuenta Patricia.
Para los incipientes músicos y cantores, la radio también significaba una especie de escuela, no sólo descubrían canciones, también era útil para aprenderlas. “Recuerdo con mucho cariño tardes enteras escuchando la radio a ver si podía memorizarme las canciones y mi viejo con la guitarra al lado tratando de sacar los acordes y luego rogar que la vuelvan a pasar para volver a intentarlo. Así la radio constituyó una gran escuela no formal de música para tantos músicos”, expresa la artista.
El soporte musical ofrece garantías. El instrumentista chaqueño Marcelo Dellamea ejecuta primera guitarra en diez de las trece canciones. Y resulta fundamental la labor de Mariano Peresón en guitarra rítmica, piano, dirección y arreglos. Con un cuidado arreglo de voces, las Hermanas Vera suman su sólido desempeño en dos obras que ya integran el olimpo del chamamé: Tus recuerdos y Cielo de Mantilla, participando en esta última Teresa Parodi con el recitado que introduce la obra.
La selección, que también incluye Bañado norte, Posadeña linda, Imploración y Puente Pexoa, fue pensada con el objetivo de reunir clásicos del chamamé y reivindicar a poetas y compositores como los históricos Tránsito Cocomarola, Ernesto Montiel, Salvador Miqueri, Avelino Flores ó Félix Chávez y también a los trovadores más contemporáneos como Pocho Roch, Antonio Tarragó Ros y Teresa Parodi. “La intención era hacer un rescate de las obras clásicas, aunque, por supuesto, faltan un montón. En un disco, más de trece temas es mucho y me mandé una más porque me quedaban afuera algunos que debían estar”, afirma.
“No me pregunten qué traigo de nuevo, sino qué traigo de viejo”, decía Yupanqui, como invitando a redescubrir repertorio y obra cultural de años anteriores. Este disco cumple también con esa misión. “Quiero mostrarle a las nuevas generaciones esta música que abrió caminos a los cantores y las cantoras del presente que trabajan desde diferentes lugares y con diferentes estéticas, pero con la misma raíz, que es poderosa”, resalta.
El arribo del chamamé al norte de Santa Fe tuvo que ver con la gran migración en épocas de La Forestal. “Fue un poco con la llegada de los peones golondrinas durante la época de la cosecha del algodón, entre ellos mi viejo que era chaqueño, que llega para esa actividad y luego se incorpora a La Forestal”, explica Patricia. Vino gente de Corrientes, de Chaco, de Formosa e incluso de Paraguay. Por eso el guaraní acá es muy común y tenemos muchas palabras incorporadas al lenguaje cotidiano. Ellos trajeron su lenguaje, su música, su forma de vida, sus maneras de comunicarse y el chamamé también es todo eso. Esa música tan bella ahora también es nuestra y forma parte de nuestra identidad musical”, concluye.
A estas canciones las aprendió escuchando la radio. Mi selva eterna tiene un estribillo en guaraní y es una canción que cantaba su mamá. “La aprendí escuchándola a ella, la tarareaba y la cantaba en guaraní todos los días mientras cocinaba. No la entendía, hasta que la fui aprendiendo yo y llegó un momento en que la cantábamos juntas. Cuando armaba la lista de temas tuve que hacer memoria porque me costó acordármela completa. Le pregunté a Marcelo Dellamea (uno de los músicos que más admiro de la Argentina y tengo el honor de que sea la primera guitarra de este disco), si sabía qué chamamé era y él me dijo que era Mi selva eterna. Con esta historia de mi vieja, hay con esta canción toda una cuestión muy cariñosa que tiene que ver con mi infancia”, explica.
También incluyó una versión de Angélica, un chamamé que despertó curiosidad entre sus alumnos del Instituto de Arte. “También se compenetraron con la poética, con la forma de escribir de Miqueri en Imploración. Charlando con mis alumnos, pensaba qué habrá leído Miqueri para escribir así, qué cosas habitaron su intelecto y su curiosidad poética para escribir de esa manera”, reflexiona. “Siempre que charlo con Fander (Jorge Fandermole) de estas cosas, decimos que los poetas y los escritores son mucho producto de lo que leen y de lo que escuchan, se van nutriendo de lo que van siendo durante la vida y de qué camino van transitando. Por eso, Radio Goya hasta se podría decir que tiene una intención didáctica”, apunta.
Patricia Gómez lleva producidos más de veinte videoclips de canciones. Para el día del chamamé (19 de setiembre), se estrenó de clip de Evocación de la Ternura, chamamé que está incluido en este disco.
Con las certezas de calidad que muestra su derrotero artístico, la artista santafesina continúa con su sólido recorrido que suma ya más de 35 años de impecable trayectoria.