Con la capacidad de la plaza Próspero Molina cubierta en su totalidad, el festival mayor de América inició el camino de su 64ª edición. En la jornada de apertura, se destacaron el debutante Ariel Ardit y el rosarino Franco Luciani. Las Voces de Orán y Los Manseros Santiagueños mostraron sus formas tradicionales y Horacio Banegas ofreció su impronta contemporánea.
Victoria Birchner demostró su potencial artístico con un repertorio contundente. La pareja de baile tradicional Bracco-Lorenzatti, también impactó con su desempeño. Flor Paz se acercó a la gente y mostró su raíz santiagueña. En el cierre, Sergio Galleguillo reeditó el carnaval chayero y en la madrugada cinco propuestas más protagonizaron la célebre cacharpaya.
En el segmento protocolar de apertura, luego de la bendición del cura párroco de Cosquín y del arzobispo de Córdoba, Franco Luciani y Victoria Birchner interpretaron de manera notable el himno nacional. Mediante un video, se recordó la figura de Marcelo Simón, el histórico libretista y maestro de ceremonias del festival fallecido el año pasado. El grito y la arenga de Claudio Juárez despertaron la euforia del público. El ballet oficial realizó una puesta en homenaje a Argentina Beatriz Bettinoti, referente de la danza de Cosquín, con la nueva versión del himno del festival grabado recientemente por La Callejera.
La grilla artística se inició con Las Voces de Orán, el trío salteño liderado por Federico Córdoba. Rompiendo los moldes tradicionales, Horacio Banegas cantó sus temas en un formato eléctrico y sostenido rítmicamente por sus hijos Enzo «Jana» (guitarra) y Cristian «El mono» (bajo). Proyectado desde el Patio de los poetas que se realiza en la escuela Julio A. Roca, Hugo Rivella compartió un poema en el escenario.
Victoria Birchner con La canción es urgente y Que bla bla bla, rescató parte de la obra creativa de Teresa Parodi. La cantora rafaelina tuvo su merecido buen espacio este año. La pareja de danza tradicional compuesta por Lucía Bracco y Ricky Lorenzatti, ganadora del Pre Cosquín, concretó dos pasadas con polca y chamamé acompañada por un cuarteto musical en vivo. La pareja surgida del Pre Cosquín de Rosario recibió una sostenida ovación que se multiplicó en el cierre cuando Lorenzatti le efectuó a Bracco una inesperada propuesta de matrimonio en el escenario.
Ariel Ardit pisó el Atahualpa Yupanqui por primera vez. El impecable concierto del notable cantor cordobés significó el regreso del tango a Cosquín. En un tramo, invitó al escenario a Lidia Borda y juntos cantaron el clásico Nada. Se acercó al folklore con un guiño a su provincia cantando el vals Córdoba de antaño y, como buen gardeliano, se fue despidiendo con Por una cabeza. Como corolario y como reconocimiento a su excelente actuación, el intendente Cardinali le obsequió el tradicional poncho coscoíno.
Otro de los destacados de la noche fue Franco Luciani. El armoniquista rosarino, que este año fue jurado del Pre Cosquín, mostró sus virtudes con el instrumento y sumó su nueva faceta de cantor. Para la versión de Los ejes de mi carreta, invitó al pianista italiano Fabrizio Mocata, músico siciliano radicado en Florencia.
Los Manseros Santiagueños ratificaron el vínculo afectivo con el público de Cosquín. Sin novedades en el repertorio, pero con profunda comunicación con la gente, el grupo santiagueño recibió nuevamente el reconocimiento a su rica historia. En un momento altamente emotivo, Los Manseros recordaron a Martín Paz, el hijo de Onofre y creador del éxito Eterno amor. Para el homenaje, contaron con la participación de Santiago, hijo de Martín y también cantor. Flor Paz, también hija de Onofre mostró su propio perfil personal, además de respetar su raíz mansera.
A las 02.30 de la madrugada, subió al escenario Sergio Galleguillo, uno de los números fuertes de la noche. El riojano trajo su fiesta chayera, con un público festivo que acompañó las canciones y “vistió” el show con la impronta del carnaval de La Rioja. La fiesta se extendió hasta este domingo a la tarde con un topamiento chayero en el escenario callejero de la Plaza San Martín.
En la trasnoche, con el numerosos público que se quedó en la plaza, actuaron Pachi Herrera, Candela Mazza, La Lunna, Flor Castro-Rocío Villegas y el Dúo Huaucke.
En esta edición, Cosquín ofrece en su programación varias particularidades. Además de Ariel Ardit que cantó en la primera noche, están anunciados los debuts de La Delio Valdez, el Paz Martínez, Diego Torres, Los Palmeras (ya estuvieron, pero como integrantes de la delegación de Santa Fe) y Tango Corrupto. Se producirán los esperados regresos de Suna Rocha, Peteco Carabajal con Riendas Libres, Víctor Heredia, Pedro Aznar, Chango Spasiuk y Raúl Barboza.
Entre las celebraciones, figuran los cuarenta años trayectoria del Chaqueño Palavecino, los cincuenta y cinco de Los Cuatro de Córdoba y los veinte de La Juntada, aquel proyecto que reunió a Coplanacu, Peteco Carabajal y Raly Barrionuevo. Los artistas ganadores en cada uno de los once rubros del Pre Cosquín pugnarán por el premio Revelación. En el cierre, el domingo 28, sobresale la actuación de Abel Pintos, artista que en este mes de enero solamente actuará en Cosquín.
Iniciado el festival, el intendente y toda la comisión se mostraban exultantes presagiando el éxito de la convocatoria en la primera jornada. La variada programación y el apoyo de artistas y público que tuvo el festival en el arranque aportaron el impulso inicial que necesitaba el evento. El objetivo es lograr sostenerse en un contexto de la Argentina que conspira y afecta seriamente a la realización de las innumerables fiestas populares del país.