Por Pedro Robledo | pedritoro@hotmail.com

Fotos: Eduardo Fisicaro


Fito Páez, Los Tipitos y Omar Mollo mostraron su propuesta por primera vez en Cosquín.
Fito fue el primer artista de la noche y Luis Salinas brilló en el final.

La cuarta jornada de Cosquín tuvo en el inicio el notable desempeño del Gran Ballet Argentino dirigido por Alejandro Tapia.
Si bien la plaza no estuvo repleta, hubo un aceptable marco de público, en una noche con clima agradable.
Páez ingresó a escena de la mano con Fabiana Cantilo, la especial invitada de su primer concierto en el festival.
«Recuerdo de niño estar escuchando el festival por radio estando en La Falda», recordó en su primer mensaje.
Los primeros tres temas mostraron su costado folklórico con el apoyo vocal de Fabi Cantilo.

«Del maestrísimo Gustavo «Cuchi» Leguizamón», anunció antes de cantar Me voy quedando, ante un público que lo escuchó con respetuoso silencio.
 En el retumbo Yo vengo a ofrecer mi corazón abandonó el piano de cola y se acercó a la platea para cantar con el público.
Completó el arranque criollo con la baguala DLG.
La garganta de Fito no tuvo su mejor noche, pero salió adelante con el sólido desempeño de la banda y el apoyo vocal de Cantilo y la cordobesa Florencia Villagra.
Ofreció clásicos hits de su repertorio hasta el final. «Todavía la puedo cantar con la frente en alto», expresó presentando Al lado del camino. Pidió encender los teléfonos y la plaza se copó con Brillante sobre el mic.
Después de rockear en el final, se despidió rescatando la idea de Cosquín de abrazar otros géneros porque «al final somos lo mismo».
El intendente Musso tenía previsto entregarle el poncho coscoíno, pero no pudo hacerlo. Fito no se quedó para recibirlo en el escenario y en camarines tampoco se pudo concretar la entrega.
 
«Parece que acá hoy hay que hacer rock», dijo irónicamente La Charo en el arranque de su presentación luego de Fito.
Con una brillante producción estética, la labor de la integrante de Tonolec fue apuntalada por los cuadros de danza contemporánea, clásica y folklórica protagonizados por el Ballet «Pucará» (revelación en Cosquín 2017) junto a bailarines pertenecientes al staff del Teatro Colón.
Dedicó su concierto «a la Pachamama y a las grandes cantoras». reinvindicando a las lenguas originarias y avalando a los artistas comprometidos con su tiempo.
Habló distendida y valoró las nuevas propuestas que le tocó evaluar en su función de jurado del Pre Cosquín.
 
Franco Luciani regresó a Cosquín luego de varios años de ausencia.
En la apertura, previo a su ingreso al escenario, la pantalla mostraba el registro de cuando Mercedes Sosa lo invitaba en el festival de 2006. El armoniquista, que fue revelación en 2002 y consagración en 2010, ofreció repertorio novedoso.
Estrenó Damiana Ache, el chamamé que compuso junto a Teresa Parodi, con la voz invitada de la rafaelina Victoria Birchner.

A su trío estable compuesto por Pablo Motta (contrabajo) y Leo Andersen (guitarra), sumó al tucumano Bruno Resino (percusión) y a la pianista Julieta Lizzoli.
Bajó del escenario, pero se quedó en la plaza porque luego subiría como invitado de Los Tipitos y de Luis Salinas.
 
Santiago del Estero concretó una deslumbrante muestra de su delegación oficial y Walter Castro, de la sede Perito Moreno, se anotó en el lote de los aspirantes al premio revelación.
El pampeano León Gamba mostró su canción Vertiente demorada, tema con el ganó el Pre en el rubro «Canción inédita».
 
Con milongas y tangos clásicos, Omar Mollo también debutó esta noche en Cosquín.
Histriónico y con solvencia, eligió obras de grandes autores de la música ciudadana que no fallan.
Confiado y con el público ya cautivo, bajó a la platea y se mezcló con la gente cantando Melodía de arrabal.
«Un vals que cantó en este escenario una cantante hermosa hace años moviendo su poncho», dijo presentando su versión de Que nadie sepa mi sufrir y reconociendo a La Sole.
 
La historia reciente de Los Tipitos muestra De mi flor, un disco de folklore editado en 2019.
La banda marplatense, que también debutaba en Cosquín,  inició su show con una acertada versión de Mujer, niña y amiga, la zamba que registró junto a Abel Pintos.
También ofrecieron algunas composiciones propias con formas tradicionales y sumaron a la banda a Mariano Delgado (guitarrista de Baglietto-Vitale) y a Martín González (percusionista, hijo de Lucho).
Para ritmo de chamamé, invitaron a Franco Luciani. «Qué gran artista, señores», lo elogiaron en la despedida.
También visitaron parte de la obra de Yupanqui dando su versión de Los hermanos.
 
En una noche de altísimo nivel artístico , el gran cierre tuvo en el escenario a Luis Salinas, músico que ofrece garantía de calidad.
Con su hijo Juan más el aporte de Juancho Farías Gómez, Javier Lozano y Alejandro Tula, Salinas recorrió ritmos argentinos.
También invitó a Franco Luciani re-editando encuentros anteriores.
A las 3 de la mañana cerró otra de sus presentaciones que quedarán en la historia de Cosquín.
La programación de esta cuarta jornada no tuvo altibajos, hubo nombres propios importantes y nuevos valores que estuvieron a la altura de la exigencia de este festival.

Un comentario para “Cuarta luna de Cosquín 2020. Noche de debuts

  1. Nélida dice:

    No mientan había poquísima gente.

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