El trío formado por Diego Cortez, Pedro Saad y Julián Beaulieu, acaba de editar Rescoldo, su tercer disco. Lo presentan el 5 de julio en Córdoba Capital.
El aromito, un arbusto que crece en los montes de Córdoba hacia el norte y perfuma senderos y llanos con un dulzor característico, es imposible de olvidar. Sus espinas ofician de almacén de agua en invierno, cuando la sequía en la zona se siente junto al frío y se convierten en pequeñas hojas en verano para formar copa frondosa, refugio para el calor. Algo hay de música en el aromito, porque mucho se ha mencionado en canciones y poemas. Esto debe haber pensado Diego Cortez (voz, vientos y percusión) cuando le sonó el nombre para formar equipo en las sierras de Córdoba junto a Julián Beaulieu (guitarras) y Pedro Saad (acordeón y piano). Un poemario con acento chuncano de Isabel Cascallares, de traslasierra fue el origen para el proyecto, y todo más o menos cierra el círculo.
“Cuando Diego se mudó a Córdoba, más específicamente al barrio de Cofico, tenía un balconcito con algunas macetas secas. Casi de rebote fue regando una maceta de la cual creció una plantita que terminó siendo un aromo. Creo que los 3 coincidimos que era una hermosa historia a partir de la cual nos podíamos juntar. El aromo lo llevamos a San Lorenzo, a la casa de Ramón y Clide (padres de Diego), y cada vez que vamos nos sacamos una foto. Afortunadamente vamos seguido para Traslasierra, nos quieren mucho ahí”, explica Beaulieu, que recorre la historia e impronta del trío: “La sonoridad es súper versátil creo. Si bien no son tantísimos los elementos que usamos, creo que tiene que ver con el mismo proceso sonoro que fuimos transitando. En un principio sonaba bastante folklórico, con arreglos cercanos a la música cuyana incluso. El primer EP del trío, que está publicado y se llama Aromo (2021), suena bastante de esa manera. Seguimos tocando esas canciones en el repertorio de vivo, porque nos parecen unos temones. Cierto es que todavía no había entrado el proceso compositivo”.
Y sigue: “En El Ricuerdo (2022) la cosa cambió fuerte. Empezamos a usar más elementos texturales (más guitarras, pianos, más vientos, cuartetos de cuerdas grabamos en ese disco) y a buscar un sonido distinto. Además que todas esas músicas fueron compuestas por Diego, lo cual le da una homogeneidad hermosa al disco. Y bueno, las poesías de Isabel Cascallares Gutiérrez que son de otro mundo. En Rescoldo (2024) volvemos al trío de manera más cruda, pero con el proceso del otro disco. En este material no usamos prácticamente el acordeón, es casi todo piano, guitarra, percu, voces. Eso cambió nuevamente el sonido. Pero bueno, creo que el sonido se adapta con las composiciones”.
Diego Cortez (voz, vientos, percusión), Pedro Saad (acordeón y piano) y Julián Beaulieu (guitarras), acaban de editar Rescoldo hace unos días. Como dice Julián, también incursionan en poemas de Cascallares Gutiérrez, más obras de Ramón Cortéz, Luciano Debanne y Gaia Delfini, y nuevamente Diego Cortez pone música a esos poemas, sumando la voz de Flor Bobadilla Oliva en el tema Ande andáis.
El trío es un ejemplo de la implicancia de la música de Córdoba en el panorama de la música de raíz argentina. Hay una característica fundamental en el sonido cordobés: la unión entre la urbanidad y el paisaje serrano en los sonidos, más la ubicación estratégica en el territorio, que como el rioplatense, tiene matices de otros sonidos locales. “Sin duda hay una identidad, una manera muy cordobesa de hacer música -dice Julián- que es producto de esta mezcla hermosa que se produce por la constante interacción de músicos de todo el país que pasan por acá. Nosotros hemos crecido escuchando las canciones del Chango Rodríguez, de Ica Novo, de José Luis Serrano. Actualmente tenemos nuestros referentes, amigos que admiramos y queremos mucho como Mery Murúa, Los Toch, Pao Bernal, José Luis Aguirre y muchos otros con los que tenemos la suerte de compartir este camino. Córdoba sigue siendo un punto de referencia de la generación de música folklórica. Nos damos cuenta cuando viajamos que las personas que escuchan música popular relacionada con el folklore, tienen mucho conocimiento de lo que pasa en nuestra provincia. No es casualidad que los últimos Premios Gardel relacionados con la canción folklórica se hayan venido para nuestra zona. Quién te dice, capaz que alguna de Rescoldo se mete por ahí (risas)”.
– Seguramente entre ustedes había ya una conexión musical que los llevó a juntarse. ¿Cuándo decidieron hacerlo y por qué exactamente?
Julián: – A comienzos de 2019 Diego se instala en Córdoba de manera permanente (después de haber vivido en Buenos Aires por varios años) y nos convoca a Pedro y a mí para comenzar un proyecto. Recuerdo que Diego tenía como intención tomar su canto como eje fundamental. Tanto Pedro como yo lo conocíamos como instrumentista, así que fue una hermosa sorpresa. Diego traía las canciones del oeste de Córdoba (muchas de su viejo, Ramón, y otros temazos de esa zona), así que lo primero que armamos tuvo que ver mucho con esa sonoridad, un poco tradicional de la música transerrana. Recuerdo haber pensado que era un proyecto cuya continuidad era compleja. Milo (mi hijo) estaba por nacer, Diego tenía una gira de varios meses por Europa y Pedro volvió a visitar a su familia en Ecuador, pero creo que los 3 hemos tenido una paciencia hermosa con Aromo. Creo que lo hemos dejado crecer muy tranquilamente.
– El Poema serrano de Isabel Cascallares marcó un punto en el repertorio de sus discos, ¿podrían contar qué los nutrió de ese libro, además de los poemas, y cómo llegaron a ser canciones?
Diego: – El encuentro con ese material tuvo su toque de casualidad y de magia. Lo encontró mi viejo en una biblioteca antigua que había heredado de un amigo folklorista de la década del 40 llamado Marcos López. Investigando un poco más, nos enteramos de que Isabel había nacido en Lobos, Provincia de Buenos Aires y que amaba el Valle de Traslasierra, particularmente Mina Clavero. En una visita a su casa en San Lorenzo comenzó a recitar algunos de los poemas del libro y nos llamó muchísimo la atención la sensibilidad con la que esta poeta le escribió al valle de traslasierra y el uso de términos o palabras características del “lunfardo chuncano”, respetando su fonética en la escritura. Me llevé el libro a Córdoba, lo puse sobre el atril del piano y comencé a musicalizar estas letras. Todas las canciones salieron orgánicamente, muchas de ellas en minutos… no se si tiene que ver con la rigurosidad en cuanto a la construcción de las rimas, a mi siempre me dió la sensación de que los poemas ya traían su música. Es como si Isabel los hubiera compuesto sabiendo que iban a ser canciones.
– Mas allá de esa elección en el primer disco, particularmente Diego se sale un poco de la etiqueta de “artista” transerrano, como pueden ser otros compañeros de la zona y con los que se interactúa todo el tiempo. ¿Cómo fue transformándose eso en el músico Diego Cortez y qué cosas quedan de esa tradición acentuada en el hablar y en la creación?
Diego: – Creo que por un lado están las cosas que uno quiere contar, en El Ricuerdo es muy evidente la raíz transerrana ya que las temáticas de los poemas describen asuntos muy tradicionales y representativos de esa zona. Y por otro lado la manera como uno quiere expresar esas cosas. Cuando las canciones, los arreglos empiezan a tomar forma, todo el bagaje de influencias musicales se pone en juego. Podríamos decir el jazz, las músicas del mundo, la música clásica y tantísimas otras que hemos escuchado e investigado en nuestro camino. Es muy común encontrar en el repertorio de Aromo algunos giros melódicos que remitan a la música celta, o la incorporación de instrumentos antiguos como el duduk armenio o el bansuri de india mezclados con un formato clásico como lo es el cuarteto de cuerdas. Nosotros somos esa mixtura, además del folklore tenemos esa info en nuestro ADN musical y tratamos de incorporarlo de la forma más honesta posible.
– Todos integran agrupaciones distintas tanto en formación como en estilo musical. ¿Cómo llevan esos tiempos y esas sonoridades en proyectos propios?
Julián: – Creo que la cuestión central tiene que ver con la constancia. Aromo no deja de ensayar prácticamente nunca. Todos los lunes por la mañana desde hace un montón. Si una semana no hay ensayo, hay reunión, distribución de tareas, etc. Los 3 tenemos un cariño muy grande por el proyecto, y muchas ganas de acercar esta música a distintas partes del país, y sabemos que la única forma es trabajando. Hubo una parte de la pandemia en que nos juntábamos mucho, producimos muchas canciones, que terminaron en El Ricuerdo y de alguna manera en Rescoldo. Por otra parte, creo que compartir con otros proyectos hace que “volvamos” a Aromo con un rol bastante definido desde lo musical. Con el tiempo sabemos cuáles son las fortalezas de cada uno en el marco del trío, y eso le da solidez, en estudio como en vivo.
– En ese sentido, hablando de la música local, ¿cómo ven este panorama para los artistas cordobeses, tan difícil a nivel económico país, y sin embargo tan prolífico?
Julián: – La verdad es que es increíble. El panorama está durísimo, no sólo en Córdoba. Hace unos días estuvimos en Buenos Aires en unas fechas que estuvieron hermosas, pero los artistas nos contaban de la difícil situación. Creo que Córdoba armó su nicho de público y de artistas, hay una confluencia y un compromiso fuerte entre partes. De algún modo hay un compromiso tácito entre los actores (músicos, productores, prenseros, estudios de grabación, fotógrafos, diseñadores) para que la cosa siga fuerte.
Aromo presenta Rescoldo
La cita es el sábado 5 de julio a las 21 en Platz espacio cultural (Av. Maipú 350, Córdoba capital). Se pueden conseguir entradas anticipadas en este link.