El cantautor chileno presentó en Argentina su noveno disco: Aún creo en la belleza. Con presentaciones en Córdoba, Mendoza, Rosario y Buenos Aires, renovó su estrecho vínculo con nuestro país.
El material contiene trece temas producidos en pandemia y se encuentra disponible en las plataformas digitales desde el 15 de abril. Siguiendo con su línea artística, Nano Stern apuesta a la belleza estética de las canciones poniendo énfasis en sus posturas personales.
Empezó a tocar el violín a los 3 años. Ese fue su primer instrumento. “Mi abuelo, que tocaba el violín, fue el primer empujón. En casa, la música era una cosa cotidiana, no era algo que sonaba en la tele ó en un aparato, era algo que hacía la familia”, recuerda. Por el violín, disfruta de ver conciertos barrocos: “es una cuestión muy natural, los instrumentos nos acercan a distintas músicas”, comenta.
El cantante, multiinstrumentista y compositor utiliza ritmos tradicionales y sonidos contemporáneos. Su lenguaje poético se pone al servicio de un discurso profundo y reflexivo. En la ambiciosa letra de Inventemos un país, la canción que abre el disco, Stern invita a vivir con nuevos paradigmas. En el tema participa como invitado el joven cantautor peruano Omar Caminio.
En Cosquín 2019, el artista chileno fue el único extranjero que pisó el “Atahualpa Yupanqui”. Allí compartió ese importante escenario con Pedro Aznar, Raly Barrionuevo y Bruno Arias. “Son amistades profundas, nos unen el canto, la poesía y el oficio”. “Los lazos producidos han sido muy duraderos”, afirma sobre esas relaciones. Raly Barrionuevo, justamente, es el invitado en este disco para la bellísima Cierra los ojos.
Presente tiene ritmo de huayno y Stern comparte la interpretación con su compatriota Magdalena Matthey. Con la reconocida folklorista, ganadora del Festival de Viña del Mar en 1995, se acerca a sonidos tradicionales de raíz con un texto alumbrador.
Producto de su inspiración, las canciones reflejan su universo personal. En lo rítmico, muestra variedad de estilos y procedencias. Punta de lanza y Fantasma en la ciudad son creaciones con sonidos de raíz rioplatense, con una importante presencia percusiva.
La obra de Nano Stern testimonia realidades del presente que le toca vivir, con una aguda mirada sobre las conductas humanas apuntando a retratar el comportamiento social. Sus incursiones por festivales europeos y norteamericanos, le dieron una perspectiva y un aprendizaje que aplica en el armado de sus canciones.
Durante la cuarentena, se opuso al toque de queda decretado por el gobierno de Chile y se resistió a la modalidad de los conciertos virtuales. “Para mí, los conciertos son una experiencia muy física. Es resonancia, vibración, piel, es como la diferencia entre hacer el amor y el porno”, explica. Al final, después de un año encerrado, hizo un par de conciertos por streaming, no quedaba otra. “Fuimos encontrando la manera de sentirnos un poco menos solos y un poco menos lejos. Ahora que volvieron los conciertos presenciales, qué bueno que no nos dejamos convencer de que lo otro era un sustituto aceptable”, reflexiona.
Luego de varios años residiendo en distintas ciudades, en 2012 decidió re-instalarse en Chile. “Tengo mi base en Santiago desde hace un tiempo ya, acá están mi familia, mi gente y mi equipo de trabajo”, comenta. En su propuesta, hay guiños a la historia de los grandes intérpretes chilenos. Reconoce a Illapu, Quillapayun, Inti Illimani, Los Jaivas y Congreso como importantes referentes. “Son parte de mi historia personal, además de integrar el acervo cultural de mi país. He tenido la suerte maravillosa y privilegiada de tocar, grabar, componer y colaborar con todos ellos. Y a través de ellos, nutrirme del legado de la generación anterior, de Violeta Parra y Víctor Jara, que todavía son luminarias que muestran el camino a seguir”, resume.
En la lista de ritmos diversos para componer las canciones, incluyó una chacarera: Agua clara. La obra relata la situación que viven miles de familias en Chile, algo que en Argentina sucede también. “La minería y la agricultura del monocultivo se quedan con toda el agua de los valles. Familias que viven allí hace siglos no tienen agua para tomar ni para sus necesidades más básicas”, sostiene. “A mí me ha tocado estar ahí en varios lugares que sufren cotidianamente este drama y me parece que es algo que tiene que ser cantado y contado en todos los escenarios de nuestro territorio, para crear conciencia sobre la manera en que nos relacionamos con el agua y con la tierra en general”, concluye.
Su labor va más allá de la música. También dio a conocer su libro Décimas del estallido, referido a los sucesos en Chile en 2019. “Es una crónica donde fui publicando el día a día de lo que iba pasando en esos días en Chile, con décimas y versos. Es un documento que a medida que pase el tiempo se hará más interesante, es un objeto de memoria”, explica.
Atento a la realidad, da a conocer sus opiniones sobre el presente de su país, dando crédito al nuevo presidente. “La de Boric es una coalición nueva, le toca asumir en un momento de crisis profunda. Es el presidente más joven y el más votado de la historia. Hay una expectativa gigantesca, es gente nueva con ideas nuevas. La cuestión constitucional con el plesbicito que se va a votar en setiembre, va a ser fundamental”, opina.
En el periplo argentino mostró el nuevo disco en formato solista. “Salir a tocar estas canciones solo con mi guitarra, permite desnudarlas y mostrarlas como fueron concebidas, sin el trabajo de producción posterior en estudio”, expresa.
Esta gira argentina fue la primera luego de la pandemia. En octubre presentará oficialmente el nuevo disco en el Teatro Caupolicán de Chile y luego emprenderá una gira con su banda que incluye escenarios de América Latina y Europa. “El disco nuevo es una buena razón para salir a cantar esta nueva camada de canciones que han salido en este tiempo”, sintetiza.