El cantor nacido en Cruz del Eje fue el protagonista de la importante actividad académica en la cual recibió diploma y medalla que certifican esta importante distinción.
Por Pedro Robledo | pedritoro@hotmail.com
Fotos: Ayelén Collado
En el Espacio Cultural Universitario (ECU), las autoridades de la Universidad Nacional de Rosario formalizaron la entrega del reconocimiento a Jairo como Doctor Honoris Causa de dicha casa de estudios. Mediante la resolución 358/2021 del Consejo Superior de la UNR, se creó la Comisión representativa de todos los claustros para el acto de entrega del diploma correspondiente.
“Que hayan decidido conceder a un humilde artista como yo este doctorado honorífico me honra y me provoca un profundo sentimiento de orgullo y, por qué no decirlo, también de asombro.”, expresó Jairo.
Muy distendido, el trovador cordobés arribó a la sede del ECU acompañado por su hijo Yaco y por el productor local «Pepe» Grimolizzi, dispuesto a transitar una jornada que quedará en su historia personal. Las autoridades universitarias y del Concejo Municipal se instalaron en las primeras filas.
“Que esto suceda en Rosario ya lo hace especial, porque visito esta ciudad desde mis inicios como cantante siendo aún adolescente. Las visitas se interrumpieron cuando me fui a Europa, pero cuando volví a la Argentina lo hice para cantar solamente en Buenos Aires, Córdoba y Rosario, cuando no tenía aún un público que me siguiera. Además, tengo muchos amigos y familiares acá, incluso una tía que ha sido maestra durante muchos años”, resaltó.
El primer instante emotivo tuvo lugar al entonarse el himno nacional argentino, sonando la conocida versión de Jairo con Lito Vitale. Franco Bartolacci, el rector de la UNR, confesaría más adelante su conmoción por tener la posibilidad de cantarlo, con el intérprete a su lado. “Yo me declaro un ferviente seguidor de un artista tan gigante como Jairo. Para nuestra Universidad es un privilegio y un honor. La formalidad de la entrega del doctorado Honoris Causa implica incorporar al homenajeado al cuerpo de profesores de la UNR. Las instituciones cuando reconocen a alguien no sólo se refieren a esa persona, sino también a cómo se consideran a sí mismas o cómo quieren ser”, confió el rector.
“No es premio, es celebración de la virtud”, manifestó acertadamente en su discurso el licenciado Pedro Romero, encargado del Área de Internacionalización de la Universidad, realizando una semblanza sobre las virtudes de Jairo jugando con los títulos de las canciones.
El padrinazgo de la distinción fue responsabilidad de Alejandro Vila, decano de la Facultad de Humanidades y Artes. En su discurso, también refrescó aspectos de la trayectoria del homenajeado. Al acto se sumó la presidenta del Concejo Municipal, María Eugenia Schmuck, para entregarle a Jairo la copia del decreto que lo nombraba Visitante distinguido de Rosario.
El rector Bartolacci le tomó a Jairo el juramento de rigor y luego el artista compartió algunas reflexiones donde recordó sus comienzos como cantante, su pueblo natal Cruz del Eje, sus vínculos con los grandes poetas y, especialmente, la figura de su esposa Teresa, recientemente fallecida. “Este camino me ha llevado mucho más lejos de lo que yo soñé. La felicidad que se experimenta al sentir que uno avanza en la vida haciendo exactamente lo que más ama es incomparable, se los aseguro”, dijo luego.
Jairo se mostró conmovido por la distinción. “Se habla de mi aporte a la cultura, que es lo que pueden hacer los artistas, pero me conmueve que se mencione el aporte a la democracia y a los derechos humanos porque son situaciones que he vivido muy intensamente” , declaró.
El intérprete también resaltó la empatía que genera en el escenario. “Mi propósito es emocionar y emocionarme porque las canciones tienden a eso. Hay canciones como Los enamorados o El ferroviario que hablan mucho de mí y con las cuales muchos se identifican también”, explicó.
El reconocimiento le llega a Jairo en un momento especial también por una circunstancia personal. La muerte de su esposa Teresa lo hace doblemente emotivo porque ella todavía vivía cuando le llegó la noticia y fue la primera a la que se lo dijo. En el agradecimiento, Jairo, dirigiéndose al padrino de la distinción, expresó que “recuerdo que, cuando me lo dijiste, mi primer reflejo fue subir corriendo por las escaleras de mi casa para contarle la buena nueva a Teresa. Yo sabía que ella, con quién estuvimos juntos cincuenta años, iba a recibir la noticia con una alegría incomparable”, confió.
“Este tipo de reconocimientos tienen una carga muy emotiva porque en lo primero que se piensa es en la familia, especialmente en los hijos, que están lejos y muy orgullosos por esto. También porque quizás alguno de mis nietos va a decir «ché, vos sabés que al abuelo le dieron esta distinción en Rosario»”, agregó.
En el tramo final de la ceremonia, regaló un puñado de canciones: Los poetas no se rinden jamás, Los enamorados y Yo he vivido en París. El rector, ubicado en primera fila, se acercó y, a su pedido, Jairo ofreció un bis: El valle y el volcán. Antes de cantarla, compartió la historia de cómo se conoció con María Elena Walsh, la autora de la letra del tema.
“Nosotros en Jairo no sólo reconocemos una maravillosa obra artística de excelencia, su compromiso genuino con la democracia, los derechos humanos y las libertades públicas, sino también venimos a reconocer a un hombre bueno, de corazón noble. Esto, “en un mundo tan chambón y jodido”, como dijo Galeano, para nosotros es muy importante y aspiramos a que esos valores formen parte de los valores que promueve la Universidad Nacional de Rosario”, señaló el rector.
Después de una larga ovación, el artista se entregó generosamente al público y retribuyó todos los saludos. Minutos antes de retirarse del espacio cultural, le llegaba la triste noticia del fallecimiento de la ex esposa de su hijo Yaco y tomaba la decisión de cancelar los conciertos previstos y regresar a Buenos Aires.
Excelente descripción de tan valorado momento. Gracias Pedro por tu profesionalismo siempre