Por Federico «Poni» Rossi / piukemil@gmail.com

Foto de portada: Ambar Alonso


Un cielo superpoblado de estrellas y un agradable clima fueron el marco perfecto para el disfrute de la primera edición de Sube al Sol, el encuentro de cancionistas que se desarrolló durante los días 13 y 14 de febrero en La Minerita, la vieja mina de cal que se transformó en un espacio cultural al aire libre y montado al pie de las Sierras Chicas, en las afueras de Unquillo, Córdoba.

Para varies de les artistas era la primera vez que actuaban con público presente desde que se desató la pandemia. También lo fue para gran parte del público, que se predispuso a disfrutar en silencio de cada una de las jornadas. Las canciones comenzaron a transitar con el ocaso de la tarde y quien tuvo la responsabilidad de abrir el encuentro fue el cordobés Lucas Heredia que, con canciones como Estrella de fe o Deudas del alma generó un ambiente de complicidad entre el público y les cancionistas. Uno de los momentos destacados de su actuación fue cuando convidó de subir al escenario a su compañera Vicky Nycz y cantaron a dúo Madre fuega, dedicada a la lucha de las mujeres y a la necesidad de desconstrucción que deberíamos manifestar en especial los hombres.

Mari Polé, Lucas Heredia y Rodrigo Carazo. Foto: Franco Lencinas

El segundo turno fue para otra cordobesa: Mari Polé. La cancionista desplegó toda su calidad vocal cantando a capella y secuenciando su voz con una loopera a la que solo le agregó algunas sutiles melodías con su flauta traversa y algunos acordes de guitarra eléctrica.

La canción urbana tuvo su espacio de la mano de uno de los invitados especiales de la noche: el porteño Ezequiel Borra, quien desde hace un tiempo reside en las Sierras Chicas cordobesas. El cantautor aprovechó la noche y el silencio atento del público para presentar La tos, una de sus nuevas canciones.

Uno de los momentos destacados del encuentro fue cuando subieron al escenario el riojano Ramiro González y el santafesino Martín Neri. “Poder habitar un espacio como este desde la canción es muy importante para nosotros”, dijo Neri al iniciar su actuación. Ambos cantautores presentaron, entre otras canciones compuestas juntos, su obra fundamental De un mismo barro, dedicada a los hacedores de canciones (“A veces nos han tratado de soñadores / De arcaicos restauradores de la memoria / Lo cierto es que nuestra luz es inapelable / Tenaz raíz rebrotando en las simples cosas…”).

Ramiro González y Martín Neri. Foto: Franco Lencinas

El cierre de la primera noche estuvo a cargo de la cordobesa Jenny Nager, quien compartió canciones que fueron coreadas por el público como Morir de vez en cuando. Además contó varias historias que hicieron del deleite de un público que, durante mas de 4 horas, sostuvo un silencio atento y cómplice con cada une de les cancionistas que ocuparon el escenario.

La segunda jornada sorprendió con algunes artistas que no estaban en la grilla. Abrieron Caro y Gabi Merlo (cantante y baterista, respectivamente, de la banda cordobesa Fly Fly Caroline). La sutileza de los arreglos y las combinaciones vocales del ocasional dúo fueron el marco ideal para iniciar otra noche de silencios y canciones. A Gabi y Caro les siguió Rodrigo Carazo. El cordobés criado en Río Grande, Tierra del Fuego, desplegó un repertorio de canciones, varias de ellas conocidas por el público que acompañó con respetuoso entusiasmo.

La pianista y cantautora cordobesa Clara Presta tomó la posta que dejara Carazo. Abrió interpretando Vino viniendo, una sentida canción compuesta tras el fallecimiento de su hermano y que forma parte del disco Casa, grabado en 2018 junto al contrabajista Federico Seimandi.

Rodrigo Carazo y Ezequiel Borra. Foto: Franco Lencinas

La noche se iba apagando poco a poco. Llegaría el turno de la cordobesa Pamela Rudy quien, al igual que Presta, subió sola con su teclado y desplegó varias de las canciones que forman parte de su proyecto musical. Entre ellas una versión muy personal del cover de Kapanga Yo quiero estar con vos. La cantautora fue una de las que se mostró movilizada porque no actuaba con público desde hacía casi un año.

La primera gran sorpresa la dio Juan «Paio» Toch, que actuó en reemplazo de Adrián Berra. El cantautor porteño estaba en la grilla pero, por problemas de salud, no pudo asistir al evento. Juan es el líder de TOCH, una de las bandas mas importantes de la nueva escena indie cordobesa. El cantautor interpretó Milonga de mar y otras de sus canciones. Las sorpresas continuaron cuando Toch invitó al escenario Juan Saraco y Micaela Vita (Duratierra, Triángula), quienes estaban entre el público. Compartieron varias de sus canciones como Saravá o Marzo, entre otras. Juan Toch volvió al escenario para el cierre definitivo, pero esta vez junto a su compañera Juli Baravalle para interpretar canciones de Cúcus, disco que proyectan grabar a dúo.

Micaela Vita y Juan Saraco. Foto: Ambar Alonso

El encuentro estuvo ceñido por un fuerte compromiso social y ambiental. La consigna “No es la lluvia, es el desmonte”, se oyó varias veces, y en especial cuando se proyectaron los cortos audiovisuales: Guardia e’ceniza, de Agustina Canale y Bosquecito de  Paulina Muratore.

Ambas jornadas fueron conducidas por el periodista y animador Andrés Fundunklian, quien fue la cara visible de un puñado de agitadores culturales que se pusieron al hombro la organización del encuentro.

El cierre fue una fiesta. Todes les artistas subieron al escenario e interpretaron El tiempo está después, de Fernando Cabrera, como muestra colectiva de la solidaridad y el espíritu de familia que impregnó cada uno de los momentos de dicho encuentro. Definitivamente Córdoba es tierra de cantautores.

Un comentario para “Sube al sol, que Córdoba es tierra de cantautores

  1. Rina Valencia dice:

    Gracias! Será para ir…

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