Siguió el camino del canto gracias a su admiración por Carlos Gardel y recorrió el mundo. Este año, regresó al festival de Cosquin después de años de ausencia y fue ovacionado.

Por Paola De Senzi | paodesenzi@gmail.com

Fotos: Gentileza Prensa Enrique Espinosa


Enrique Espinosa, El Cantor Nacional.

“A mí me gustan los cantores de música criolla. No me gusta cuando ponen tantos instrumentos para una canción tan simple, por ejemplo  Adiós Tucumán de Yupanqui, tan bella. Me gusta que se toque, pero que hagan arreglos chiquitos, que la voz del cantor sea una caricia para el público. Eso es lo que he buscado toda mi vida. Yo no puedo gritar un tema. Algunos dicen que los tenores gritan, y yo pienso que no, que estudian toda su vida para impostar la voz. Nosotros los cantores no lo hacemos, no nos sirve. En cambio Gardel, tenía esa impostación de los tenores pero su voz la manejaba como quería. Ese sí que sabía de verdad… “

Quien reflexiona, como pensando en voz alta, es Enrique Espinosa. Pasados los ochenta años de edad, “el mudito de Colón”, como lo llamaban en los comienzos en su pueblo natal, habla sobre su presente, que no es muy diferente a su vida toda. Una carrera dedicada casi exclusivamente a la música, que volvió a tomar trascendencia gracias a su presentación en el Festival Nacional de Folklore de Cosquin, en enero de este año.

“Yo pensé que ya no iba a ir más, y me recibieron muy bien. Yo había ido en el 60, en el 70 y en los ochenta y después no volví. Me fue muy bien, ¡no podía caminar por la calle! Yo pensé que la gente se había olvidado de mí porque trabajé mucho afuera. ¡Además me dieron un premio!”, cuenta, con el mismo entusiasmo que habla de Carlos Gardel, su ídolo máximo y cuya vida y voz, dedicó a estudiar durante años, a la par de su carrera en la música.

– ¿Cómo llegó Gardel a su vida?

– Nosotros vivíamos en el campo, yo era muy chico, y una vecina  a la que le hacía los mandados a caballo, tenía una radio en donde al mediodía escuchaba un programa de tango. Yo tendría siete años en ese entonces y le preguntaba quién era el que cantaba, y ella me contaba la historia de Gardel. Quedé tan impresionado, que desde ese entonces, lo único que quise fue cantar. No jugaba ni a la pelota, ¡yo quería cantar! Luego mi padre compró una radio, y ahí con él oíamos a Gardel y a Tormo, me hice hincha fanático y con los años, tomé más conocimiento, estudié sobre sus vidas.

Enrique Espinosa es conocido como El Cantor Nacional. El título se lo ha ganado no solo por su voz, que puede recorrer cualquier melodía y género, también por la forma de interpretar, ambas, hoy intactas.

“Llegué a Buenos Aires en el 58, a cantar para el programa de Cafiaspirina, conducido por Aníbal Cufré. De él aprendí mucho también, pero no estaba adaptado a la ciudad, así que me volví al campo y recién regresé a Buenos Aires en el sesenta y pico -cuenta-. Mientras yo vivía en Colón, pasaron por allí unos músicos que me habían visto cantar y les gustó. Al día siguiente se aparecieron por mi casa, para ver si quería irme de gira con ellos. Entonces como yo era menor de edad,  papá fue a la comisaria y me hizo un permiso para que me fuera de gira, yo tenía 17 años, y de ahí en adelante he recorrido el mundo cantando”.

«Yo seguiré cantando un añito más», dice.

– Eso habrá sido en el 65, es decir, se sumó a Los Hermanos Abrodos  y  con ellos se fue de gira…

– Cuando estuve con Los Abrodos me mandaron a estudiar canto, foniatría, ahí tenia ventipico de años, y estuve una década viajando con ellos. En ese tiempo había un barco de una firma que hacía con todas las egresadas de los colegios, viajes a Brasil y era una travesía de 15 días y nosotros con Los Abrodos y también el Trío Los Panchos, éramos los que animábamos las noches en el barco y la gente se entretenía con eso.

En los setenta, Espinosa se mudó a Colombia. Un productor de ese país, reconoció en su voz la posibilidad de representar la música gardeliana, tan admirada en aquel país, y lo invitó a viajar a Medellín. Al respecto recuerda: “En el 73 me fui a Colombia, yo ya me había ido de Los Abrodos, y cantaba en una casa de tango en Buenos Aires, El rincón de los Artistas. El único cantor de folklore era yo. Estaban Nely Omar, Argentino Luna,  Rodolfo Lezica, Jorge Casal, Héctor Lauré, todos famosos, y yo. Y me había hecho amigo de Ángel Cárdenas, que en esos momentos era cantor de la orquesta de Aníbal Troilo. Me dijo que quería poner La Gardeliana en Medellín, Colombia y como yo cantaba cosas de Gardel, me contrató. Me fui desde el año 75 hasta el 89. Primero iba y venía a ver a mi familia, y después les saqué un pasaje y me quedé allá”.

– Hay mucha pasión por Gardel en Medellín…

– Sí, en todo Colombia, Ecuador, en países adonde Gardel fue muy exitoso, pero los colombianos son más fanáticos que nosotros. Tienen fotos de Gardel que nosotros ni conocemos.

– ¿Qué le faltaría hacer a Enrique Espinosa?

– ¡Uh hice tantas cosas! grabé con Los Andariegos, en mi etapa solista grabé en Odeón, luego en la Víctor, Music Hall; con Marbiz pasé a EPSA. Ahí grababa mucho de Gardel; pasillos, por ejemplo, que era una de las cosas lindas que me gustaba escucharle. Justamente para este año en el aniversario de su muerte, tenía que ir a cantar a Colombia, pero no pudo ser. ¿Qué me faltaría hacer? Y… Me gustaría cantar boleros, por ejemplo. Yo seguiré cantando un añito más, y cuando piense que ya no puedo hacerlo, me quedaré en casa.

 

 

4 comentarios para “Enrique Espinosa: El último Cantor Nacional

  1. Carlos Volonte dice:

    Cantorazo gran persona y amigo grande Enrique

  2. Carlos Acosta dice:

    Junto a don Alfredo Abalos los dos .mejores solistas que escuche

  3. Dante dice:

    Un Cantorazo Don Enrique Espinoza. Gracias a mis padres conocí su Voz, su música. Cuánto me gustaría darle un Abrazo!!!

  4. Carlos Payero dice:

    Tremendo cantor mi querido y siempre recordado Enrique Espinoza

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