Por Diego Montejo | prensamontejo@yahoo.com.ar
Tierra, potencia y fiesta son las mejores palabras para describir al Indio Lucio Rojas, un artista con raíz y fundamento que entiende la música como parte de la vida misma. Pero esto, según dice, no hubiese sido posible sin su hermano Jorge Rojas, a quien considera un padre, que le enseñó a transitar sin pesares una carrera profesional. Un guía, una lumbre en su camino que lo acobijó de adolescente, cuando debió dejar el monte para aventurarse en la ciudad de Salta. “Nada fue fácil, hubo que dar pelea para llegar. En el monte cantar era un pasatiempo. Cuando terminé el secundario, me fui a vivir con Jorge (Rojas) a Salta, él ya estaba en Los Nocheros”, recuerda.
“Yo quería ser profesor de educación física, pero por esas cosas que uno no espera, cambió todo, hice una audición para Los Carabajal y quedé elegido. Es por eso que tuve que dejar mis estudios porque era un trabajo de tiempo completo. Son lo máximo del folclore. Grabé dos discos y estuve ocho años de gira con ellos. Después vino la etapa de acompañar a Jorge, que fueron más de diez años con él. Me costó muchísimo porque no estaba preparado para salir a jugar en primera, pero el tiempo fue acomodando todo”, añade sobre cómo todo comenzó.
Comprender donde se está parado es una secuela en la vida de un cantor. Las estrellas forman parte del cielo, pero los hombres forman parte de la tierra. La clave, entonces, es pisar firme para llegar caminado a la cima, en que todo se ve muy claro y donde muchos han llegado para luego caer sin que nadie lo notara. En ese contexto, Lucio Rojas entiende el lugar que le toca y el partido que debe jugar, lo disfruta y saborea mirando su pasado, recordando de donde viene, porque todos venimos de algún lugar, aunque después elijamos caminos distintos. La inocencia estará siempre presente respaldado a este hombre cálido con corazón de monte, que ama a su familia y que se mueve junto a ella en bloque. Una familia donde nada es de nadie y todo es de todos. Jorge, Alfredo y Lucio Rojas comparten la vida como una minga, la expresión más valedera de la igualdad, una mirada introspectiva para anteponerse a las adversidades.
En el medio de la cuarentena, que lo tiene alejado de los escenarios, dice que no tuvo muchas ganas de sumarse a la ola de músicos que publican sus canciones a través de las redes sociales y que prefirió guardarse para hacer nuevas canciones y repensar el futuro junto con su familia. “Lo estoy viviendo en distintas etapas, primero fue incertidumbre, miedo, preocupación. Luego fue una etapa de adaptación y hoy ya empezamos a encontrarnos con nosotros mismos”, explica. Además contó cómo es la situación en el Chaco Salteño, donde el coronavirus no llegó pero sí la desigualdad y desde hace largo rato. Una desigualdad que se cobra vidas de inocentes bajo el dolor del hambre, una de las peores pandemias que el hombre podría erradicar, pero prefiere mirar para otro lado. También hizo referencia al mundo de los folcloristas: para él, hace falta un recambio urgente. Sostiene que no hay más de una decena de colegas capaces de cortar entradas en los festivales y que existe una generación de artistas contemporáneos, a la que pertenecen Bruno Arias y La Bruja Salguero, entre otros, con un gran conocimiento de nuestra música, además de una enorme claridad por lo que quieren cantar y decir a la que se le debería prestar mayor atención.
¿Cómo te afecta a nivel artístico esta situación de pandemia?, ya que tocar en vivo es parte fundamental de tu trabajo.
Es nuestro día a día tocar en vivo, habrá que cargarse de paciencia. La estamos pasando difícil y sabemos que se vendrá más difícil todavía. Habrá que aprender a comunicarse de una manera diferente y buscar las herramientas para ello.
¿Qué estabas haciendo cuando comenzó esta cuarentena?
Me quedaban varias fechas en marzo y algunas en abril, donde habitualmente paro para ir al Chaco Salteño a organizar la Fiesta de la Cultura Nativa. Cuando se paró todo estaba en medio de una gira y a la vez trabajando con unos temas nuevos de los cuales estábamos haciendo videos. Igual abril y mayo nos tomamos para hacer el trabajo solidario en nuestro pueblo con esta fiesta. En ese caso uno se aleja del escenario por una decisión personal, pero esta vez fue forzado, no es lo mismo cuando te dicen que no podés. Esta situación hizo que tuviese que reestructurar todo.
¿Cómo está la situación en el Chaco Salteño?, ¿de qué forma afectó la pandemia a sus habitantes?
Como todos saben nuestra tierra es un lugar olvidado por el sistema. Igualmente, se está trabajando muchísimo, pero no alcanza. Nos damos cuenta de eso cuando se mueren los niños de desnutrición o muere una persona por falta de atención en salud. Gracias a Dios el coronavirus no llegó, pero sí hay muchos casos de dengue. Otra cosa interesante es que tenemos por primera vez en la historia un jefe comuna Wichi (Rojelio Nerón) al que no le prestan atención porque sigue estando fuera de la estructura del Estado, siendo que él es el representante del pueblo, pero golpea las puertas y no se le abren. A nosotros eso nos pone muy incómodos y nos hace sentir mal, si pudiésemos estar allá estaríamos ayudando de otra manera.
¿Cómo te fue este verano?, ¿estuviste en muchos festivales? Hubo polémica, incluso en Cosquín por el tema de los cachés de los artistas.
A mí me da tristeza que se polemice sobre eso, porque nosotros lo que hacemos el llevar alegría al pueblo. Eso me pone súper incómodo cuando subo a un escenario. En el caso nuestro somos una empresa familiar, donde tenernos los espectáculos de Los Rojas, Jorge Rojas y Lucio Rojas. Puedo decir que hicimos una temporada maravillosa. En mi caso vengo de dos años muy lindos, agradecido por los galardones que me dieron en Cosquín, Baradero y Jesús María. Gracias a eso nos fuimos afianzando en las diferentes fiestas populares del país, donde hemos encontrado un espacio.
¿Vos crees, como piensan algunos de tus colegas, que hace falta un recambio en el folclore?
Creo que hacen falta nuevas caras de manera urgente. En mi caso soy un cantor veterano, pero con un proyecto nuevo. Eso se ve, que hay una necesidad de que aparezcan los nuevos valores. Hay que ayudar también a los artistas que, desde hace más de una década, vienen siendo las figuras de los festivales, por ejemplo, Abel Pintos, Jorge Rojas, Luciano Pereyra, El Chaqueño, Soledad, Galleguillo, Los Tekis y paramos de contar porque no hay otros que convoquen. Creo que estos últimos tres años puso en evidencia la aparición de artistas como Lele Lovato, La Bruja Salguero, Bruno Arias, entre otros. Son artistas con los que nos conocemos desde hace mucho tiempo. Siento además que estos artistas, entre los que me incluyo, tienen un gran conocimiento de nuestra música, además de la claridad que tienen por lo que quieren cantar y decir.
Cada uno de los Rojas tiene un perfil muy marcado, ¿cuál el tuyo?, ¿qué cosas te diferencias de Jorge y Alfredo?
Yo soy más del pago chico, del patio de tierra de andar en Pata Pila corriendo deslazo, como decimos nosotros en nuestro lugar. Muchas de mis canciones hablan de eso, si bien uno trata de llevar un espectáculo que alegre a la gente, yo siempre en la primera parte hago referencia al lugar de donde soy y por qué canto eso. Uno también canta otras canciones, hace covers, y no por eso se pierde el hilo de lo que quiero decir con mi proyecto. Estamos convencidos de eso. Mis canciones, en su mayoría, son composiciones de Jorge y Alfredo que saben muy bien lo que quiero cantar, lo cual a mi me simplifica muchos el trabajo.
¿Cuánto tiene que ver tu hermano Jorge en todo esto, en lo que sos como artista?
Jorge fue como mi padre. Yo me lancé a la ciudad sin saber nada, yo venía del monte. Él me cuidó más que como hermano como padre. Hasta el día de hoy mantengo por él ese respeto inquebrantable, un cariño muy grande. Tenemos una forma de comunicarnos muy natural, simple sencilla, siempre fuimos muy frontales. Esa es la mejor manera de sostener una buena convivencia por tantos años. Cuando Jorge me ha pedido que lo acompañe, yo sin chistar he dicho que si y ni siquiera le pregunté si era para cantar, donde él quiera que yo esté, estoy. En ese momento yo estaba en lo más arriba con Los Carabajal, sin embargo le dije: ‘Bueno lo que usted necesite, acá estamos’, y así fue. También un día me dijo para armar Los Rojas para cantar a trío con mis hermanos, fue lo más, llegar a Cosquín y Jesús María, para mí con eso se había cerrado un ciclo. Pero después me dijo que tenía que cantar solo y acá estoy viviendo este grato momento. Jorge tiene esa capacidad de ver las cualidades de un artista.
Muy buena nota de podrá publicar en nuestra revista en el mes de julio