Por Pedro Robledo | pedritoro@hotmail.com
Fotos: Eduardo Fisicaro
Los Tekis protagonizaron un arranque impactante con la impronta del carnaval de Jujuy.
Con un retraso considerado, La Sole cantó hasta la madrugada y mostró nuevas canciones.
Llegando al tramo final, el festival en su sexta noche pudo ofrecer nuevamente su mejor imagen. El marco fue multitudinario llegando a cubrirse el noventa por ciento de la capacidad de la plaza con tribunas colmadas y pocos claros en las plateas.
Después de una extensa bienvenida del locutor, subieron los decibeles para el arranque del show de Los Tekis.
La puesta técnica del grupo jujeño, también compuesto por algunos cordobeses, llevó a niveles invasivos el volumen del sonido y se destacó la impecable labor del VJ emitiendo imágenes. También mostraron una cuidada producción de vestuario.
Por momentos, parece que pierden el rumbo, pero pronto lo retoman y, con estilos del rock, en la propuesta musical mantienen intacta la raíz y los colores de su provincia.
En los discursos, recordaron que hace 28 años que visitan Cosquín, siendo niños aún, tocando en las peñas y teniendo rápidamente la chance de subir al escenario mayor.
Si bien transitan corrientes estéticas diferentes, rompieron los prejuicios con la invitación al armoniquista Franco Luciani. El rosarino sumó su cuarta presentación en esta edición del festival teniendo en cuenta el show con su grupo y las invitaciones de Los Tipitos, Luis Salinas y ésta de Los Tekis. En 2010, había estado en 5 ocasiones.
«Cuidemos Cosquín, que todo lo que hagamos lo hagamos con amor», expresó en su mensaje Mauro Coletti, antes de los bises.
La vientista salteña radicada en Tilcara Micaela Chauque, subió a escena en un tramo difícil del festival. Le tocó subir luego del impacto de Los Tekis, con un público encendido. Tocó los temas de su logrado disco Jallalla y dedicó su presentación a las comunidades aborígenes de Latinoamérica.
Exploró el cruce con sonidos conteporáneos e invitó a compartir la puesta al Ballet Jujuy y a los integrantes de la Academia «Vitillo Abalos» de Córdoba.
La Callejera ostenta el logro de haber sido consagrado en 2015 en dos festivales importantes: Jesús María y Cosquín, único caso en la historia. Ofreciendo espacio a los bailarines, recorrieron ritmos diversos.
Sumaron un rapero en Soy América, versionaron la cumbia de Piero El regalao y pusieron en consideración la chamarrita Entrerriana y federal (letra de Alejandro Rodríguez, fotógrafo acreditado en el festival).
Fueron artífices de la visita a Cosquín de Mario Bofill. El correntino, no programado este año en el festival, recibió un merecido homenaje y el intendente Musso lo certificó con la entrega del Camin Cosquín por su trayectoria.
En la conferencia de prensa posterior se toparon con Carlos Pino. El trovador y Ariel Andrada, líder de La Callejera, recordaron en tono afectuoso que Los Trovadores delegaron en ellos el padrinazgo del poncho coscoíno.
Bruno Arias, otro representante de la cultura jujeña, armó una puesta por momentos caótica poniendo énfasis en los mensajes constestatarios y de denuncia social. Con bailarines y una banda numerosa preparó un repertorio teatralizado incluyendo un tributo a la figura de Jacinto Piedra.
La delegación de Santa Cruz propuso un homenaje a Hugo Giménez Agûero. Participaron artistas de la provincia con la dirección musical de Hugo Merlo, el histórico guitarrista del cantor homenajeado y fue emotiva la presencia de su viuda en la plaza.
La embajada patagónica reinvindicó la cultura originaria con una muestra de la danza del kaani, con la dirección de Ana Giménez.
Los ganadores del Pre Cosquín continúan soñando con el premio Revelación. En esta noche tuvieron la oportunidad de mostrarse dos propuesta más: el Ballet «Añoranzas» de la sede Merlo, quienes protagonizaron la apertura del festival y el Dúo Folk, de la sede Junín.
Cedieron un espacio a Miguel, hermano de Facundo y a las coreografías de Fernando Bertona y Barbie, bailarines de la obra «Bien argentino», que hace temporada en Carlos Paz.
Con un retraso que la enfadó, La Sole puso todo su carisma en el último tramo de la noche.
Asumiendo riesgos artísticos y desafíos personales, se entregó a su público que la esperaba con ansiedad y afecto.
Los problemas constantes de sonido no opacaron su cuidado repertorio ni disminuyeron la respuesta de sus fanáticos.
Incluyó bloques de zambas, chacareras y cumbias y, siempre generosa, compartió parte de la escena con el Ballet «La Braulio Areco», agrupación surgida luego de un casting realizado en Arequito.
Siguió mostrando sus propias canciones, las que formarán parte del disco que se viene, casi todas auto-referenciales. En Parte de mí, responde a quienes le siguen preguntando por qué sigue viviendo en su pueblo natal.
Habló mucho y desnudó sus conceptos, con su habitual sinceridad. Manifestó su deseo de que el folklore explote como sucedió en los noventa con ella y otros artistas. Rescató las figuras de Horacio Guarany, Mercedes Sosa y Argentino Luna.
Confesó que «hace rato que escribo canciones, recién ahora me estoy animando a mostrarlas».
En el final, se puso cómoda, un asistente la abrigó con una campera, canceló su cambio de vestuario y se despojó de los zapatos para encarar el tramo bailable con el que cerró su presentación.
Se acercan la últimas noches de festival y comienzan a sonar nombres de candidatos para los ansiados premios.
El buen nivel del Pre Cosquín y la consolidación de varios artistas hace que las incógnitas tarden en develarse.
Faltan artistas importantes aún y hoy viernes seguramente habrá contexto de lleno total con las presencias de Jorge Rojas y Abel Pintos, ya con entradas agotadas.