El pianista y arreglador Andrés Pilar habla de La Olimpeña en vivo, el flamante disco del celebrado octeto Don Olimpio, que presentan el domingo 6 de octubre, en una nueva Olimpeña porteña, como cierre de una etapa. Dice Pilar: “Va a ser una noche muy emotiva para todes”.


Las músicas de raíz y de vanguardia siguen en danza: este sábado 5 de octubre, Don Olimpio lanzó su disco La Olimpeña en vivo, con toda la potencia escénica y bailable del prestigioso octeto que dirige el pianista y arreglador Andrés Pilar. En estos tiempos urgentes para lo popular, Don Olimpio pensó un fin de semana inolvidable para los sonidos folklóricos con riesgo y vuelo: lo presentan el domingo en Dumont 4040, Buenos Aires. “Las peñas le dieron otro sentido a nuestro trabajo colectivo”, dice Andrés Pilar.

El disco La Olimpeña en vivo fue no sólo el fruto de varios años de creación, búsqueda y crecimiento para el ensamble. También es un deseo cumplido y la reconfirmación del encuentro de Don Olimpio con sus ávidos públicos. Lo grabaron el 1º de diciembre de 2023 en el Teatro Margarita Xirgu, del barrio de San Telmo, y es un disco/video de diecinueve obras: hay varias de sus tres primeros discos, Dueño no tengo, Mi fortuna y Vengo, intercaladas con “versiones más espontáneas de diferentes clásicos del folklore argentino”, cuenta Pilar.

Y repasa, uno por uno, los nombres de los integrantes de Don Olimpio: “Están Nadia Larcher en voz, Juan Pablo Di Leone en flauta, flauta alta, quena y voz; Federico Randazzo en clarinete, clarinete bajo y voz; Milagros Caliva en bandoneón y voz; Juan Manuel Colombo en guitarra criolla y eléctrica; Diego Amerise en contrabajo y Agustín Lumerman en percusión y bombo con plato”.

El material es un disco/video: «Se palpita todo, se ve al público bailando y se ve a todos los músicos súper conectados». Fotos: Rociio Coehlo

¿Cómo recobrar lo que se vivió la noche del 1º de diciembre en la sala llena del Teatro Margarita Xirgu? ¿Cómo redimensionarlo? Latieron los públicos de diversas generaciones oyendo vibrar a Don Olimpio y bailaron sin descanso en cada uno de los bloques musicales. El octeto tuvo como invitados a Juan Quintero y al bandoneonista Santiago Segret (que forman el trío Patio, con Pilar), a Luciana Jury y al charanguista Miguel Vilca. Fue una noche única y un hito para las músicas de raíz folklórica que aúnan el goce académico, el vuelo danzante y la sutileza instrumental.

Andrés Pilar conecta con el disco La Olimpeña en vivo y con el concierto peñero de este domingo 6. Será una nueva Olimpeña, una ceremonia popular en la que incluso no hace falta saber bailar, ya que Flor Vijnovich dará su habitual clase de danza y demostrará su juego escénico. Dice Pilar: “Al disco lo grabamos dos años después de haber iniciado nuestras Olimpeñas -una vez por mes- y de ver su impacto. La gente estaba súper contenta y bailaba nuestro repertorio, entre las obras más arregladas y las versiones más espontáneas. Entonces vimos que había un potencial que estaba bueno poder plasmar, y a eso apuntamos en el Xirgu: a dejar registrado el fenómeno de La Olimpeña”.

El pianista concede: “Este disco en vivo fue un verdadero desafío. Fuimos con la idea de grabar todo el repertorio, sabiendo que después íbamos a seleccionar qué quedaba. Teníamos una lista de treinta y cinco canciones y quedaron diecinueve. De hecho, dejamos afuera del disco muchas músicas que estaban buenas, pero más de veinte eran un montón. Por eso nos acotamos”. Y el resultado surca todos los climas y facetas sonoras que despliega Don Olimpio: los temas instrumentales, las perlas de raíz folklórica, las obras anónimas y los clásicos para bailar.

Entre las obras específicas para el disco/video en vivo, Don Olimpio sumó Entre la infancia y el hombre (de Felipe Rojas y Kali Carabajal), El milenario (de Manuel Jaime), Chacarera de las tunas (de José Alberto Pérez), Entre amigos y chamamé (de Hipólito Benedetto y Bernardino Ramos), Debajo del puente negro (de Pedro Evaristo Díaz y Carlos Carabajal), Adiós que te vaya bien (de Onofre Paz y Juan Carlos Carabajal) y el carnavalito Soy de la puna (del Kolla Mercado), además de unas selección de taquiraris y de huaynos populares bolivianos.

¿Qué palpaba el grupo aquel 1º de diciembre? “Bueno, había un poco de nervios, porque grabar algo es movilizante -dice Pilar- y al no estar el arreglo escrito uno sabe que hay un momento de incertidumbre. Había ansiedad con el repertorio, pero hicimos muchas Olimpeñas previas para afilar las canciones. Todos trabajamos para que sonara bien esa noche y los invitados aportaron su magia. Con su charango, Miguel Vilca trajo un color muy lindo al carnavalito, a los taquiraris y a los huaynos. Luciana Jury cantó en Ay, paloma, que ella grabó con Milagros Caliva en su disco a dúo. Y luego La Jury se sumó con Juan Quintero y Santiago Segret a Tan alta que está la luna (recopilada por Leda Valladares) para el final”.

–Andrés, después de la grabación, ¿cómo fue el proceso de escucha?

–Llegó el verano de 2024 y yo hice una bajada en crudo, sin mezcla ni nada. Eran más de dos horas. Cuando la escuché, pensé: “De acá sale un disco seguro”. Los demás integrantes coincidieron en que había un material muy lindo y la confirmación llegó cuando vimos los videos: el registro fílmico es hermoso. Ahí entendimos que había que salir con un disco/video, que es algo bastante ambicioso: están los diecinueve temas de corrido, editados a cuatro cámaras. Se palpita todo, se ve al público bailando y se ve a todos los músicos súper conectados.

 

Emociones colectivas

En estos tiempos difíciles para la cultura y para los proyectos autogestivos, el disco La Olimpeña en vivo es la reafirmación de un camino trazado y una reconexión con los demás: eso es lo que se habrá vivido el domingo en Dumont 4040. Lo analiza Pilar: “Sabemos que hay un público que estaba expectante. Hacía rato que la gente esperaba otra Olimpeña. Desde marzo nos venían diciendo ‘¿cuándo se viene una nueva?’. Por eso lo presentamos este domingo en Dumont 4040: hay mucha gente que se va a sumar a esta fiesta. También llegamos con la expectativa de no haber tocado en vivo en todo este tiempo. Milagros Caliva, que está viviendo en Porto Alegre, se vino especialmente. Hicimos coincidir la agenda y las voluntades de todes”.

Don Olimpio existe hace siete años y en 2020 ganaron el Premio Gardel al Mejor Álbum Grupo de Folklore. Las Olimpeñas habían surgido en mayo de 2023; se afianzaron con periodicidad mensual y se volvieron un espacio emblemático en Buenos Aires. ¿Cómo modificaron al octeto? “El grupo no sólo cambió musicalmente, sino también en su funcionamiento interno -detalla Pilar-. Yo al principio hacía los arreglos y eso después se fue abriendo. Fui pidiendo ayuda y se generó la dinámica grupal. Si bien la dirección la llevaba yo, hubo decisiones que dejé que tomara el grupo y eso tuvo rumbos inesperados incluso para mí. Las peñas le dieron otro sentido a nuestro trabajo colectivo”.

El disco/video es un reflejo, además, del equipo ampliado de La Olimpeña en el Xirgu: Sandra Albertocco se ocupó de la producción del show, Gonzalo Silva de la grabación, Alejandro Tiscornia del sonido, Laura Melchior de las luces, Rocío Coelho de las fotos, Alejandro Saro de la mezcla y masterización, Jimena Pautasso de la prensa, y están las cámaras de Natalia Trzcina, Victoria Pereda, Matías Blanco y Rocío Barbenza, entre otros colaboradores.

Prosigue Pilar: “Trabajó un montón de gente en el show y todos en Don Olimpio nos repartimos las tareas en cada área. Fue mucho trabajo, pero muy lindo, y también es el cierre de una etapa. El hecho de no haber tocado todo este tiempo habla de que el grupo tuvo un cambio: sobre todo, una interrupción del trabajo semanal de ensayos, algo que se había mantenido los siete años que duró el proyecto de esta manera, hasta este Xirgu. Por eso esta Olimpeña es especial. Nos agarra a cada uno en momentos diferentes”.

«No todo está muy pautado y eso hace que tenga gracia. Así, muchas versiones salen siempre diferentes. Es todo muy colectivo”. Fotos: Rociio Coehlo

Seguro en la Olimpeña del domingo, en Dumont 4040, interpreten obras para bailar que no están incluidas en el disco en vivo. “Además de los temas nuevos, hay muchos otros que no están en el disco y que fuimos tocando en las Olimpeñas a medida que Mili Caliva los traía, los probábamos y funcionaban. Ella tomó un rol bastante activo en las Olimpeñas en relación con el repertorio. Todo no está totalmente curado por mí y eso muestra el buen funcionamiento del grupo”, dice Pilar.

–¿Qué sucede con los taquiraris y huaynos? ¿Cómo los sumaron a las Olimpeñas?

–Bueno, fue justamente por las ganas de hacer bailar a la gente esos ritmos que no estaban tanto en el repertorio de Don Olimpio. Queríamos que la región andina, del Altiplano y la parte boliviana, apareciera en las Olimpeñas. La selección de huaynos está tomada de un popurrí de un grupo boliviano y la sacamos de YouTube. Yo lo que hice fue transcribir las melodías, armé una parte muy general y las tocamos. Y a los taquiraris los incorporamos porque Nadia Larcher ya venía cantando Luna de Tartagal, del Chango Rodríguez, con la guitarra. Mili Caliva propuso Oh, Cochabamba, de Jaime del Río, y luego apareció Sé feliz, de Edgar Delgado. Así se armó esta selección, que incluimos en el disco La Olimpeña en vivo.

Algo que además expone el registro es el resultado de las improvisaciones en los ensayos. “En un momento empezamos a notar que al ser tantos en una improvisación nos pisábamos mucho: no sabíamos quién iba a tocar la melodía”, describe Pilar. Entonces, en algunos temas dijeron: “Este va sin flauta, este va sin clarinete, o este sólo con bandoneón y piano en la primera parte”. Lo explica Pilar: “En los ensayos fuimos armando el diálogo oral y eso también se refleja en el video: se ve cómo nos miramos, Mili Caliva cabecea y yo voy con la melodía, por ejemplo. No todo está muy pautado y eso hace que tenga gracia. Así, muchas versiones salen siempre diferentes. Es todo muy colectivo”.

–¿Cómo se prepararon para el reencuentro del grupo, este 6 de octubre en la Olimpeña?

–Yo me encargué de armar una lista tentativa de temas y se la envié al resto, a ver si estaba de acuerdo. Cada uno preparó su parte y nos juntamos a ensayar un día antes, en una larga jornada: pasamos las obras todas las veces que hacía falta para que la música estuviera. Pero son obras que ya tocamos, así que confiamos en eso. Por supuesto, hubo que volver a abordarlas para refrescarlas. Para este ensayo final llegamos muy preparados, con toda la música armada de cara a la Olimpeña del domingo. Va a ser una noche muy emotiva para todes.

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