Dialogar con Coqui Sosa es trasladarse a paisajes diversos en un solo instante: desde historias de la música folklórica, a anécdotas de su tía Mercedes Sosa, pasando por su rol de compositor, sus proyectos y deseos, hasta el Cosquín de Julio Márbiz y cómo ve la escena actual del folklore. Un entrevistado de los que hablan fácilmente y la charla fluye automáticamente sin necesidad de intervenciones.
Reside en Tucumán luego de que falleció Mercedes Sosa: “desde 3 meses después que murió mi tía vine a vivir a Tucumán. En muchos aspectos fue un empezar de nuevo, grabé 5 discos más, compuse, hice libros, no todo está en Buenos Aires. Hoy en día no hay ni siquiera lugares folklóricos donde cantar en Buenos Aires, no hay programas de televisión, quedan programas de radio nomas”, recapacita. Desde el norte argentino sigue trabajando en su carrera, en la composición, en la radio, libros, discos. Coqui Sosa es un artista activo que no pierde el tiempo y busca incansablemente difundir nuestra música folklórica y mantener vivo el legado de su tía Mercedes Sosa.
En esta nota hablamos sobre la reedición de su libro Yo no Canto por Cantar: El legado de Mercedes Sosa (Editorial Trascender NOA), que presentó el año pasado en la Universidad Nacional de Tucumán y en la Feria del Libro en Buenos Aires, y que este año tiene pensado llevarlo por el país. Además próximamente se publicará su nuevo disco titulado Mis canciones donde regraba y recopila 14 temas de su autoría, editados en materiales anteriores, muchos hoy inéditos.
En esta charla con De Coplas y viajeros, Coqui Sosa no le escapa a ningún tema: “Vivo en mi país, lo sufro, lo camino, no me la cuentan, hay gente que lee un solo diario y no tienen una visión de la realidad”, reflexiona. Y cuando nos presentamos como un medio de la ciudad de Rosario, nos dice: “He tocado mucho en Rosario, en la década del 90, junto a Mercedes Sosa, fui al Aserradero en sus primeras épocas; canté en el Monumento a la Bandera; un disco lo armé y lo grabé en Rosario, para mi Rosario siempre fue un polo de cultura”.
– Empezaste un programa en Radio Nacional Mercedes Sosa de Tucumán, donde homenajeas a tu tía…
– Sí, se llama Cantora del pueblo, por los caminos de Mercedes. La idea es trabajar desde la voz y el legado de ella, su pensamiento, las elecciones de las canciones, problematizarlo y traerlo a la actualidad. Elijo un repertorio de su obra, arranco desde el año 1982, que es donde Mercedes Sosa trae a los músicos del rock a la música popular. Todo el programa está dedicado al trabajo de ella proyectado a los artistas de ahora, que tomen la posta. El mejor homenaje que le podes hacer a Mercedes es traer su obra y empalmarlo a la realidad, el legado verdadero no es solo su voz, es la militancia, su pensamiento, su repertorio, es lo que la gente en definitiva recuerda de ella, y además consolidar el recuerdo por que el tiempo va pasando y hay generaciones que no la han escuchado.
– Además publicaste el libro Yo no canto por cantar, el legado de Mercedes Sosa…
– Sí, el nombre completo es Yo no canto por cantar, el legado de Mercedes Sosa. Historias y relatos de momentos compartidos con la tía Mercedes. Medio largo (se ríe). El libro lo que trata de retratar es la cercanía que tuve con mi tía Mercedes, hermana de papá, que fue realmente un vínculo muy estrecho, uno puede tener una tía lejana y no tener relación, pero en mi caso era todo lo contrario. Esa cercanía me dio a mí la posibilidad a lo largo de 30 años de poder recorrer con ella, muchas veces; como sobrino fui chofer, acompañante, artista, eso me permitió conocer el lado B del artista, es muy importante por que uno conoce la verdadera persona, ella era muy auténtica, era lo que cantaba, eso lo puedo certificar en las historias cotidianas que cuento en el libro, momentos artísticos, personales, relaciono a la artista con el ser humano, su solidaridad, compromiso, profesionalismo, toda la gama de sentimientos y acciones que podés encontrar en alguien como la figura de Mercedes. Está contado de una forma muy coloquial, muy amigable, es llevar de lo oral a lo escrito mis vivencias con ella. Luego de su fallecimiento se generó más interés en conocerla más allá de su obra. Conocer a un artista solo lo podes conocer a través de sus protagonistas. Lo editamos el año pasado, es una edición independiente. La idea es presentarlo en distintos lugares del país. Ahora sacamos la segunda edición.
– Una pregunta clásica y recurrente que te hacen es si te pesa ser sobrino de Mercedes Sosa, ¿cómo lo sentís hoy con el paso del tiempo?
– No me molesta que me pregunten, es un honor hablar de ella. Primero fue una decisión de no separarse del apellido, uno es orgulloso de su familia. Siempre trate de hacer honor a la familia, familia laburante. Ese legado uno lo trata de sostener. Fue una decisión, yo podría haberlo ocultado, pero al tomar esa decisión estas asumiendo ese legado y eso te genera una responsabilidad muy grande. Lo llevo con alegría de haber sido un privilegiado, de haberla tenido en mi familia a la tía, hubo gente que me preguntaba antes: «¿alguna vez la viste a ella?». Era una figura inmensa, ahora ya no me lo preguntan. Sí tengo el rol claro y sé que no voy a llegar a ser lo que fue Mercedes, eso está claro. Fue todo una época, hoy es insuperable. Ella nace en el 35 y muere en el 2009, todo lo que pasó en nuestro país esos años, y ella fue testimoniando toda la historia argentina, los exilios, los regresos, la lucha. La discografía de sus inicios son muchas de historia: Vidala para Belgrano, Vidala para la muerte de Juan Lavalle, Güemes, el guerrillero del norte, Juana Azurduy. Asumo con orgullo y responsabilidad su legado, se puede caminar, tener un pensamiento y una militancia y una acción que ella nos enseñó y aprendimos.
– A su vez estas por sacar un disco nuevo, ¿de qué se trata?
– El disco es una suma de canciones que fui grabando y registrando a lo largo de muchos años, del año 98 empecé a publicar mis canciones, salieron en distintos lados- Las más conocidas son la que grabó la tía Mercedes, como Donde termina el asfalto, después se grabó un tema en el disco de ella Corazón libre. Muchas de esas canciones que grabó en este disco están en materiales de sellos discográficos que ya no existen, no están subidos a la red, quedaron los discos físicos perdidos, y entonces era difícil para alguien que quiera escuchar mi obra encontrarlo, son 14 canciones de mi autoría y co-autoría. La idea es poner a consideración mis canciones reunidas en un solo disco. Con esto muestro cómo apareció mi faceta de compositor, que en principio no busqué pero que después logré desarrollar. Un día por casualidad empecé a musicalizar poemas y escribir. No quiero solo cantar mis canciones en las presentaciones, sino seguir siendo interprete y también cantar mis temas. El disco se va a llamar Mis canciones. A partir del 31 de marzo va a estar en las redes. Lo voy a sacar con las letras, la ficha técnica, completo, como era antes, quienes intervinieron, eso es lo que a mí me interesa. La batalla es cultural y hay que darla en todos los ámbitos.
– Desde lo artístico, ¿qué es lo que te quedó de tu tía Mercedes como aprendizaje?
– De los 15 discos que yo grabe estoy orgulloso del trabajo que hice, en eso mantengo el respeto y lo aprendido de mi tía, siempre respeté un repertorio serio, comprometido, folklórico. Que diga cosas con fundamento. Eso se está perdiendo un poco, en Cosquín cada vez se ven menos artistas comprometidos. Cantar en Cosquín antes era trabajar mucho para tener el privilegio de que te elijan, hoy hay otros factores que llevan a quienes deciden a elegir. Márbiz era una persona discutida es cierto, pero es innegable que de folklore sabía. Adoro a Cosquín, canté 10 años. Después decidí irme. Pero Cosquín es indiscutible como escena folklórica. Ahí cante con mi tía y fue inolvidable.
– Producís cultura y residís en Tucumán.
– Desde 3 meses después que murió mi tía vine a vivir a Tucumán. En muchos aspectos fue un empezar de nuevo, grabé 5 discos más, compuse, hice libros, no todo está en Buenos Aires. Hoy en día no hay ni siquiera lugares folklóricos donde cantar en Buenos Aires, no hay programas de televisión, quedan programas de radio nomás. Si viajo voy en auto. Recuerdo una anécdota de mi tía Mercedes. Ella odiaba andar en avión, lo hacía por necesidad más que nada para viajar al exterior, pero por el país le gustaba ir en auto, por eso la acompañé mucho. Ella decía «sí, llegás rápido volando, pero perdés la conexión con la gente, con el pueblo, con el paisaje; parás en una estación, tomas el tiempo, es distinto» y eso lo mantengo para recorrer nuestro país.