Por Federico «Poni» Rossi / piukemil@gmail.com

Fotos: Kaloian Santos Cabrera


El arte y la cultura son, de alguna manera, la síntesis de una revolución. En Cuba la canción de autor ha sabido ganarse un lugar fundamental en el acervo musical de ese país. La trova, como se denomina a dicho estilo musical, y que recupera aquellas tradiciones juglarescas de los siglos XII y XIII en la Europa Medieval, ha acompañado a los diferentes procesos culturales, sociales y políticos que ha atravesado la isla. Trova Tradicional, Nueva Trova, Novísima Trova, Trovuntivitis, Caña Santa son algunos de los movimientos que han desarrollado esta manera de decir canciones y que ha logrado una enorme trascendencia, no solo en su país, sino en el resto del continente.

En De Coplas y Viajeros viajamos por un instante a Cuba, más precisamente a Santa Clara, la ciudad donde descansan los restos del Che, y dialogamos con cuatro jóvenes referentes de la trova del siglo XXI: Raúl Marchena (44), Yatsel Rodríguez (34), Irina González (34), todos de La Trovuntivitis, también con Yeni Turiño (23), trovadora de Caña Santa, y que colabora con la organización del Festival de Trovadores “Longina”, para conocer un poco mas sobre esta tradición poética y musical.

La Trovuntivitis: en concierto con Silvio Rodriguez. Santa Clara, 2017.

El movimiento de la Trovuntivitis está transitando sus 23 años de existencia ¿Cómo surge? ¿Quiénes la conforman?

Yatsel Rodríguez : – Era un grupo de amigos que buscaba un espacio donde estar, tocar y mas bien acompañarse el uno al otro, enseñarse las canciones, cantarse y demás, y pasa que El Menjunje de Silverio les dijo: «Bueno, vengan y toquen aquí». Pero esa historia la sabe bien Marchena.

Raúl Marchena: – La Trovuntivitis existe desde 1997, y hemos estado, desde entonces, tocando todos los jueves. A veces parece una exageración, pero es verdad. Nos encontramos en [Centro Cultural] El Menjunje (salvo escasas excepciones como durante la pandemia o en Carnaval). Como somos un colectivo bastante grande puede faltar alguno porque el resto lo sostiene, y también está sostenido por un público muy grande. Cada noche de jueves asisten entre 500 y 200 personas mínimo. El movimiento de la Trovuntivitis primero fue una peña que surgió con la intención de crear un espacio de encuentro, hasta que fue creciendo, evolucionando. En una primera etapa fue en el bar del fondo de El Menjunje, bar Tacones Lejanos, sin audio, a capella, toda una historia muy bonita ahí. Cuando el público fue creciendo pasamos al patio y ahora hemos crecido muchísimo y estamos muy contentos por ello.

A la Trovuntivitis la conforman, históricamente, quince trovadores: trece trovadores y dos trovadoras. No todos están en Santa Clara. Algunos viven fuera de Cuba, con los años han emigrado, otros han emigrado y luego regresado. Cada vez que uno viaja, seguramente se encuentra con otros ahí, hacen conciertos como si fueran de La Trovuntivitis, cuando regresan a Cuba van al Festival “Longina”, que es nuestro evento anual. En él casi siempre los trovadores de la Trovuntivitis que no están en la ciudad regresan en ese tiempo a Cuba para ser parte.

¿Qué significa la Trovuntivitis para ustedes?

Yatsel: – Es prácticamente mi familia. Somos un grupo de amigos que defendemos la canción de autor, ya sea la nuestra, la de otros compañeros, dentro del colectivo y por fuera del colectivo. Un grupo de locos enamorados de la guitarra y de la canción que nos juntamos todos los jueves para cantar las canciones y hacer que el público que nos asiste vea otra forma. Somos un grupo de amigos que defiende un mismo interés y que se reúne constantemente para ello. Para defenderlo. A mí me cambió todo el panorama con el que yo venía funcionando desde la niñez, puesto que yo no conocía la Trova, tenía una vaga idea de querer hacer canciones hasta que llegué un jueves al El Menjunje.

Irina: – Una casa de amigos filántropos que hacen música juntos, que sueñan e inventan proyectos. Una casa alegre. Siendo muy joven integré La Trovuntivitis, al inicio, como instrumentista y arreglista. No imaginaba convertirme en trovadora, pero al sumergirme en ese bello universo de la canción de autor me entregué plenamente a la guitarra y algo en mí cambió: surgió en mí una necesidad de escribir y musicalizar mis textos. Así quedé contagiada de Trovuntivitis ¡Viva la Trovuntivitis y vivan mis compañeros!

Marchena: – Es un colectivo de cantautores. La Trovuntivitis es mi principal espacio creativo. Cada miembro tiene una carrera individual y de diferente alcance. No todos se dedican solamente a la música, aunque le dedicamos muchísimo tiempo todos, y manejamos nuestras carreras de distinta forma, pero sí tenemos un compromiso importante con el colectivo, que es el espacio que me ha permitido sostenerme como cantautor, presentar mis canciones todos los jueves, tener un público constante y, además de ese proyecto, crecer en conjunto todos. Es un lugar de encuentro, de felicidad, de tremenda diversión y un espacio para compartir la música.

Mencionaban el Festival de Trovadores “Longina”, el cual se realizará del 7 al 10 de enero, y que reúne a cantautores de toda la isla y algunos del exterior ¿cómo surge? ¿De qué se trata? ¿A qué se debe su nombre? ¿Qué importancia tiene para la Trovuntivitis?

Yatsel: – Se hace desde la Asociación Hermanos Saiz, y surge bajo el mandato de Alpidio Alonso, quien es hoy el Ministro de Cultura de Cuba. En aquellos años hacía falta hacer proyectos que identificaran las ciudades, y aquí se hicieron tres proyectos: uno de ellos fue el “Longina”. El nombre es Encuentro Nacional de Trovadores “Longina” canta a Corona, por la canción de Manuel Corona, un trovador de Caibarién, un municipio de Villa Clara, que hizo la famosa canción Longina: “En el lenguaje misterioso de tus ojos / hay un tema que destaca: sensibilidad”. Y entonces esa canción ha marcado en la historia de la música cubana y decidieron nombrar así el festival. Siempre se hacía desde la Asociación Hermanos Saiz, hasta que en algún momento los trovadores asumieron el hecho de organizarlo, porque entendimos que la mejor forma de llevar un festival así era organizándolo nosotros mismos con el auspicio, por supuesto, de la Asociación. En este caso, al ser yo el presidente, se hace mucho mas fácil el trabajo. El “Longina” viene siendo el cierre y el comienzo de todo el año de trabajo en cuestión de la canción. Es un encuentro con los jóvenes trovadores y con los ya consagrados. Siempre se invita a todo el que quiera y pueda llegar, porque la política es que los jóvenes que están empezando, puedan tener acceso directo a los mas consagrados, y que los trovadores de mas experiencia vean el trabajo que los jóvenes están haciendo. Se hacen talleres, y todos terminamos en el parque tomando y compartiendo canciones.

En general, uno va al “Longina”, o a cualquier otro festival, y ve mas trovadores hombres que mujeres ¿Por qué creen que ocurre eso?

Irina: – Creo que hay un viejo paradigma que nos conduce por un mal camino. No es normal que hayan más hombres que mujeres haciendo canciones, si al final todos tenemos las mismas necesidades de expresión. Lo que pasa es que aún no hay igualdad entre los dos. La mujer se veía como la persona que debía quedarse en casa, cuidar los hijos, cuidar la casa y el cotidiano, entonces no le quedaba tiempo para crear y expresarse a través del arte. El hombre, todo lo contrario.

De todas formas, históricamente, siempre han habido mujeres osadas y valientes que se han atrevido a cambiar dicho paradigma. El hombre lo nota también, que ellas tienen algo que cantar y contar al mundo. Dentro la trova cubana se está viendo un movimiento que está sacudiendo este arquetipo. Hay una juventud femenina que está cambiando este ideal y que comienza a perseguir sus sueños.

Yatsel: – Sí hay muchas mujeres en el país que hacen canciones y al festival vienen. Hubo un festival incluso que estuvo lleno de mujeres cantoras, y siempre se programa a las que estén en disposición de estar en el Festival. No todos los años vienen todas. Vienen dos, tres, igual la mayoría en el país de cantautores son hombres, que no quiere decir que no tenga fuerzas. La canción de la mujer acá es super fuerte, pero sí, siempre vienen varias. Yeni, que es una de las organizadoras, te va a saber hablar mucho mas del tema.

Yeni Turiño: – La verdad que existen muchísimas mujeres trovadoras en Cuba, y que se hacen notar bastante al igual que a los hombres. Eso no es importante porque en la canción hecha por la mujer y por el hombre no existe ninguna diferencia. Somos músicos iguales y nos tratamos como tal. Los trovadores tratan a las mujeres como trovadoras, como músicos igual que ellos. La verdad es que eso no lo tenemos mucho en cuenta porque no lo notamos. No notamos la diferencia entre nosotros. Al menos eso es lo yo que he vivido. Somos muchísimas mujeres que defendemos nuestra posición también cuando sea necesario, pero la verdad es que la mujer que quiera hacer canciones y no lo haga es porque realmente no quiere. Porque no faltan los espacios, no faltan las oportunidades para hacerlo.

– ¿Qué es la trova? ¿A qué le cantan?

Yeni:  – Llegar a un concepto específico es bastante complicado porque cada trovador tiene su visión de lo que es la trova, su manera de verla, su manera de representarla, pero creo que es básicamente la canción a partir de la guitarra, mas allá de la suerte que pueda correr la canción, y para mí es muy importante la poesía, para que sea Trova, en todo su esplendor es que tenga un basamento poético. Un peso poético bastante fuerte, no necesariamente rebuscado, pero sí la letra tiene que tener un gran peso en lo que es la trova. Igual la música ¿no? Pero hay muchísimos trovadores que no son músicos profesionales y sin embargo hicieron grandes canciones que marcaron hitos. Igual, la trova es eso: la canción a partir de la guitarra, mas allá de la suerte que pueda correr la canción, así se haga después con una banda, con una orquesta sinfónica, con diferentes formatos, pero que nazca de la guitarra.

Marchena: – Yo le canto a cualquier cosa que me inspire hacer una canción. No tengo una sola temática. Está bueno no tener unas temáticas específicas en las que enfocarse. También la trova cubana es eso. Hecha mano de cualquier género musical, de cualquier temática, de cualquier asunto social, de la vida, personal, cualquier cosa para hacer una canción. Creo que los temas no son lo fundamental, sino, la manera de tratarlos, la manera creativa de tratarlos, y por ahí va la cosa de la trova y sintiéndome, creyéndome un trovador cubano sigo esa pauta.

Irina: – Me canto a mí, le canto a la gente y le canto a la vida. Canto mis experiencias, mis emociones, mis aprendizajes, mi tristeza y mi alegría. También a la tristeza y a la miseria del mundo. La trova es el medio por el cuál puedo cantar todas esas cosas. Es una forma de vida y de lucha. Con mi voz, mi guitarra y mi alma, puedo ir a cualquier lugar y dejar el mismo mensaje gracias a la trova.

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