La variedad de proyectos artísticos para las infancias sigue ofreciendo un abanico de posibilidades. En este caso, la intérprete, compositora y docente rosarina, Clara Bertolini, acaba de lanzar un trabajo integral para las infancias, y sobre esto y mucho más, nos cuenta en esta entrevista exclusiva para De Coplas y Viajeros


Decibellia es una niña curiosa, cuyas preguntas la llevan a descubrir un mundo en el que habitan sonidos y experiencias. Junto con su amiga María Hertzia, recorren las calles en busca de notas perdidas. Sus oídos perciben los sonidos cotidianos, pero además van descubriendo diferentes ritmos folklóricos, de la mano de un montón de voces de niños como ellas.

“Decibellia es una muchacha que vive con la «cabeza en la luna» muy conectada al mundo sonoro y que perdió una nota muy importante para ella, se encuentra con María Hertzia quién la acompañará en la búsqueda sin saber que van a encontrar mucho más entre canciones, bailes, pensamientos además de otros pequeños personajes”, explica la intérprete, compositora y docente rosarina Cara Bertolini, que fue tejiendo un mundo de sonidos, ritmos e imágenes que convergieron en un álbum musical que también es un libro, con ilustraciones de Lorena Méndez. Ambos están pensados para representar como obras teatrales. De la mano de Clara, las niñas protagonistas se meten en esos rincones en donde ellas (y los niños que experimentan junto a ellas) van descubriendo esos sonidos que, lejos del ruido cotidiano, dará paso a lo genuino, la musicalidad de todas las cosas.

¿Cómo Suena? Musiquitas con Orejas, no es el primer proyecto de Clara, aunque sí, uno de los primeros dedicado a la infancia. A lo largo de sus once años de carrera, motorizó diferentes propuestas, muchas ligadas al rol femenino en el folklore, como Alumbrando el canto, un ciclo de voces femeninas, Hacedoras de la Canción, un espacio radial de temáticas de género en la música. Clara también integró el dúo Achalay, junto a Emanuel Kluczkiewicz, ganadores del certamen de nuevas canciones de Cosquín en el año 2018.

De todo esto y de su nuevo proyecto de danzas folklóricas (también es docente en ese rubro), hablamos con Clara Bertolini, artista multifacética que nos tira una enorme cantidad de  información, opiniones interesantes y claridades. 

Decibellia y María Hertzia en ¿Cómo suena? Musiquita con orejas

– Venís de diferentes propuestas musicales, muchas distintas entre sí. ¿Qué te llevó a realizar este proyecto para niños?

– Mis propuestas musicales desde el comienzo (2009) han sido similares, a pesar de ser formaciones distintas, solista, grupo y dúos, siempre interpreté el cancionero de nuestra música popular folklórica dentro del mismo estilo y con la misma pasión. Hace aproximadamente unos cinco años que empecé a divulgar mis propios versos y en una de mis últimas formaciones, ya presentando algunas de mis canciones junto al pianista Esteban Pereiro, abordamos por un buen tiempo un repertorio de música popular que protagoniza a la infancia, no música para niñas y niños, sino canciones que traen a la memoria el universo de la niñez.  Pero en paralelo siempre me vinculé a las infancias, desde el teatro, haciendo animaciones y en obras de teatro realizadas en escuelas, y como profesora tallerista de guitarra, canto, iniciación musical, danza folklórica y teatro, tanto en la educación informal como en el sistema formal en nivel inicial y primaria. Luego en mi carácter de madre, pude ampliar mi espectro vincular con las infancias y su universo. 

Y puntualmente lo que me llevó a realizar este proyecto fue de alguna manera, devolverles un poco a ellos, a las niñas y niños de los que tanto he aprendido y sigo aprendiendo cada vez que puedo detenerme a contemplarlos, a escucharlos. Creo que la infancia tiene en nuestra sociedad muchas carencias de las cuales sus protagonistas no tienen voz ni voto para reclamar, por eso decidí darles lo que se hacer en palabras, música, atención y de una manera lúdica y artística interpelar al sector adulto que acompaña a esas infancias.  

– ¿Como suena?… es un trabajo integral, que además tiene una particularidad, y es que maneja un lenguaje para niños desde la música popular. ¿Esto es parte también de esta propuesta tuya de “repensar el vínculo de las infancias y los sonidos”?

– La propuesta de repensar el vínculo con los sonidos, sí tiene que ver con poner en cuestión no solo los volúmenes sino también los contenidos. La música con la que me identifico es de ritmos folklóricos y en esta propuesta, es donde esos ritmos se cuelan en una historia citadina, abordándolos con naturalidad y a través de ellos compartir también los modismos, aspectos, el baile, la instrumentación que tiene que ver con nuestra cultura popular. 

Menos ruido y más amor, dice uno de los tracks del disco. Me recuerda esto que hoy sucede con las infancias, adolescencias, etcétera en general, y es que están metidos en las redes, y esto trae aparejado elecciones musicales no siempre nutritivas para sus mentes y oídos. Hace poco Pipo Pescador, decía que “Si se respira cultura en el hogar, el chico también estará incluido”. ¿Que opinás sobre esto?

Menos ruido y más amor es un mensaje de pedido al mundo adulto. Vivimos aturdidos, y lo peor es que nos acostumbramos a ese aturdimiento. El de los volúmenes altos, el de los gritos, el de la sobreinformación… y en esa maraña están los más pequeños, quienes también se van acostumbrando y después aparecen las preocupaciones para con las infancias y adolescencias, y creo que el secreto es tan simple como eso, prestar previamente nuestra atención a ellos y acompañarlos desde el amor, y para eso necesitamos escucharlos, bajar los volúmenes y la mirada, sentarnos en el piso y compartir la palabra, un juego, una canción, la trasmisión oral de las costumbres y prácticas ahí se van perdiendo. Y con respecto a las redes, creo que el problema es el mismo, y la solución también. No dejar a los pibes a la suerte de internet porque los contenidos que les aparecen no son casuales, hay mucha violencia e intención de matar todo lo que nos conecte a lo sensible. Pero en las redes también hay recursos, material hermoso y pensado con mucho amor para las infancias, pero ahí es donde el adulto debe ser el facilitador para que los más pequeños puedan acceder a eso. 

– ¿Tenés referentes en música infantil? Actualmente, ¿qué te parece el panorama de este género?

– Sí, mis referentes en el género son Teresa Usandivaras, Jorge Marziali, Judith Akoschky, la gran María Elena Walsh y a quien conocí de grande y admiro mucho es a Ruth Hillar. 

Y el panorama es depende cómo se lo mire…Hoy en día hay mucha gente que hace música pensada y exclusiva para las infancias, música de alta calidad, y en general hay mayor acceso a los recursos para llevarlos a cabo, todo el nuevo mercado virtual provoca en este caso positivamente, que se puedan conocer este tipo de músicas y acercarlas a niñas y niños de todo el mundo, pero lamentablemente, no se les da el valor que tienen y merecen, no hay políticas de estado que planteen esto, pero la música es educadora  y como tal debería estar regulada por lo menos en ámbitos exclusivos de la infancia, y a su vez se le daría valor a la labor del músico que trabaja el género con dedicación, el respeto y la seriedad que los niños se merecen. 

 

¿Cómo suena? Musiquita con orejas fue estrenada el 9 de octubre en el C.C. Roberto Fontanarrosa de Rosario, en el marco de «Día del Entorno Sonoro Saludable»

– Este trabajo tiene un equipo de músicos, ilustradores, invitados, enorme. ¿Cómo fluyeron esas conexiones y cómo se fueron incorporando al proyecto?

– El proyecto tuvo muchas etapas. En 2017 era solo yo con la obra de teatro escrita y ya compuestas todas las canciones. Y sabía que no podía hacer nada de todo eso sola, pero nunca imaginé la magnitud de lo que había hecho. Primero convoqué a Corel Martínez Tuset, actriz y payasa rosarina, para el personaje de María Hertzia, y junto a los músicos Walter Pinto y Marco Bortolotti encaramos la propuesta musical. Solo con armado de temas y ensayos, pero no tenía los recursos económicos, por eso el trabajo concretamente lo pudimos encarar a pleno y grabar cuando el proyecto fue seleccionado el 2019 por el programa del Ministerio de Cultura: Espacio Santafesino. Ahí se suma Sebastián Scalpelli no solo poniendo su estudio de grabación sino todo su conocimiento y dedicación para este disco que no solo es de canciones sino que tiene todo el diálogo de la obra de teatro, más efectos sonoros que acompañan toda la historia. Homero Chiavarino, Emiliano Zamora y hasta Pachi Herrera con su banda, se sumaron para enriquecer cada canción en su género. Y las voces de niñas y niños cantando y jugando en cada track, nos fue una experiencia incomparable. Fueron tantas horas de grabación y sobre todo de edición, con una pandemia en el medio… que hoy parece mentira tenerlo terminado. En paralelo pensé otro formato al tradicional de CD, y ahí pensé en plasmar está historia como cuento. Ahí se sumó Ailín Vigo con los diseños, Lorena Méndez con la ilustración, y luego Sergio Gioacchini con la maquetación y edición de Ciudad Gótica. Pero aquí pasaba lo mismo, verdaderamente hacer este tipo de productos implica mucho tiempo de trabajo y mucho dinero, por eso puse esta etapa del proyecto en concurso y obtuvimos el premio de Fomento del plan Provincial Ventanilla Continua de la provincia, para poder imprimir los ejemplares. Además se sumó María Emilia Pérez en las animaciones de vídeo, Antonella Sangalli en diseños y gráficas, en toda la producción Guillermo Hergenrreder con Dos Remos música

Para la obra de teatro nos anotamos en la convocatoria nacional «Impulsar» del cual obtuvimos también un beneficio que hoy nos permite llevar la obra a distintos lugares de esta y otras provincias. En esta etapa se sumó Lucía Pérez en técnica de sonido (la cual tiene mucho protagonismo en escena) y Ana Luz Gassa en la dirección de actrices. Además de LUM que nos hizo el vestuario, Julieta Maldonado el telón, Natalia Culasso las fotos…y me debo estar olvidando de alguien porque verdaderamente es un proyecto muy amplio, es una sola historia pero en tres formatos: álbum musical, cuento y obra de teatro y cada lenguaje implica un montón de aspectos a tener en cuenta, la verdad haber hecho las tres cosas juntas, fue una locura, jajaja. Pero sobreviví hasta ahora.

Fueron muchas las personas que apoyaron, incentivaron y acompañaron este proyecto para que pueda concretarse, pero principalmente mi familia, siendo madre de tres peques, no hubiese podido nunca hacer esto sin el acompañamiento principalmente de mi familia, y la paciencia y amor de los compañeros, porque mis hijos fueron conmigo a cada grabación, a cada ensayo, a cada reunión, de hecho hasta las composiciones musicales las hicimos juntas con mi hija mayor. 

– Las culturas y las músicas para las infancias han ido cambiando a lo largo de los años, primero más ligadas al juego, a contenidos en los que se trata a los niños de una manera muy inocente, y hoy estamos ante propuestas más complejas, con contenidos más serios, mas conectados con la realidad o haciéndolos reflexionar. ¿Cómo ves esta línea de tiempo? ¿En qué lugar podrías poner a tu proyecto?

– Creo que siempre hubo las dos cosas. Maria Elena Walsh, Ruidos y Ruiditos, Los musiqueros, Jorge Marziali, Caracachumba, entre otros, son propuestas que hace muchos años ya invitaban a la reflexión, hoy también tenemos mucho de canciones completamente vacías, para dar un término amable. Tomar a las niñas y niños por tontos es una opción muy fácil, pero esa actitud de abandono, a la larga pasa factura. 

– Hace poco presentante en vivo ¿Cómo Suena?, en el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa de Rosario. ¿Cómo lo recibió el público? (Sobre todo el infantil)

– Bien!!! Al público le encantó, ese era mi mayor miedo, porque los niños y las niñas no «caretean» , si nos les gusta o se aburren, te lo van a hacer saber, y en este caso fue todo lo contrario, cantaron con nosotras, se reían, la pasaron bárbaro y nosotras también.

 

Repensar la danza: «replican patrones de otro tiempo, en el que el machismo era incuestionable»

Una nueva mirada sobre las danzas folklóricas. El nuevo proyecto de Clara Bertolini. 

– Ahora, estás frente a un proyecto de “un repertorio de reversión de danzas folklóricas argentinas tradicionales de poca vigencia con perspectiva de género“, según dice la data que lo anuncia. Que interesante!. Suena también a la línea en la que venias trabajando en otros proyectos. ¿Podrías contar sobre este nuevo desafío?

Sí, en paralelo a Musiquitas con Orejas, nunca deje de cantar con mi proyecto solista haciendo folklore y hace unos años con mis propias composiciones Pero este proyecto tiene que ver con la danza. Desde chica siempre bailé folklore, y en 2014 me recibí de profesora en Isabel Taboga, di muchos años talleres, y he visto a través de los años, en peñas, festivales y competencias, siempre bailar las mismas versiones tradicionales. Lo que arrastra dos problemas: uno que no se aggiornan las sonoridades, y se van dejando de escuchar y de aplicar, las bandas musicales las desconocen, no las ejecutan y a no escucharlas se dejan de bailar, y así se retroalimenta una cadena perfecta para su desaparición completa. Por otro lado, estas versiones replican patrones de otro tiempo, en el que el machismo era incuestionable, entonces aparece la gran contradicción entre la tradición y la necesidad de hablar del pueblo actual, en este caso en relación al rol de la mujer, de la mujer de la historia, de la mujer del interior, de la mujer paisana, china, de las abuelas, de las trabajadoras, del universo y el punto de vista de la mujer. 

Todo eso converge en De Palomas y Lorenzas reversiones de danza folklórica de poca vigencia (Caramba, Palomita, Lorencita, Remesura, Condición, entre otras) con perspectiva de género. Actualmente esta propuesta la sostengo en formación femenina con Julieta Demagistris en percusión y Romina Bisciglia en guitarra con quienes estamos grabando dicho material. Nuestra próxima presentación es el 20 de noviembre, dentro del tradicional Encuentro de músicos de Rosario, en el Galpón de la Música. Y pronto se viene la presentación de ese material. 

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