#CancioneroDeLaPatriaGrande

Por Federico «Poni» Rossi / piukemil@gmail.com

Fotos: Eduardo Torres


Venezuela tiene una fuerte tradición musical a partir del sostenimiento que hacen sus artistas de las músicas regionales. A diferencia de otros países latinoamericanos donde la Canción Nueva, la canción social, ha sido la banda de sonido que acompañó a cada uno de los procesos populares, en las tierras de Simón Bolivar ha sido el folklore, la música tradicional, la que ha ocupado de manera singular ese rol. Claro está que artistas como Alí Primera, Gloria Martín, Lilia Vera o la Serenata Guayanesa, por mencionar solo algunos referentes del Movimiento de la Nueva Canción en ese país, hoy tienen una vigencia renovada debido al proceso social y político que vive Venezuela. Sin embargo, es la música tradicional la que ha sido –y es- la cortina musical del pueblo movilizado.  Antaño referentes como Simón Díaz, Gualberto Ibarreto, entre otros, han sido el sostén fundamental para que esta música prevalezca. Hoy día una de las principales responsables de que esa tradición musical no muera es la caraqueña Cecilia Todd. De Coplas y Viajeros se trasladó imaginariamente a la capital venezolana para dialogar con ella e ir descubriendo así los sonidos de esta región de la Patria Grande.

A los 6 años, en el programa La lección de cuatro de los jueves, conducido por el músico Francisco Carreño por Televisa.

– ¿Cómo fueron tus primeras experiencias con la música, y en especial con tu instrumento: el cuatro?

– La verdad no recuerdo cómo me llegó la música, me parece que nacimos juntas porque en mi familia no había ningún músico. Yo soy la menor de seis hermanos. Había un cuatro en mi casa, nada extraño pues en ésa época siempre había uno. Todavía es así, no tanto como antes pero el cuatro está incorporado a nuestra vida. Mis hermanos tocaban y me imagino que fui aprendiendo de verlos a ellos. Con mi hermano Carlos cantábamos música navideña, también incorporada a las familias venezolanas. Aquí se celebra mucho la Navidad, hay muchas manifestaciones, musicales, gastronómicas, expresiones de todo tipo, desde el 1 de diciembre hasta el 2 de febrero Día de la Candelaria.

– En los 70 tuviste una experiencia muy especial en Argentina, donde residiste algunos años y compartiste con varios y varias referentes de aquel entonces ¿Cómo recordás de aquellos años?

– Pasé 3 años en Buenos Aires estudiando técnica vocal.  Allá grabé mi primer disco, allá empecé formalmente mi carrera profesional, allá hice amigos entrañables con quienes mantengo la amistad así que tengo los mejores recuerdos de mi estadía allá. No hay un día sin que recuerde esa etapa de mi vida, que fue no solo de crecimiento como cantante si no a nivel personal.

– Hablar de la Nueva Canción es materia muy amplia, pero en tu país hubo claros referentes, entre ellos Alí Primera ¿cómo surge la canción social, o la Canción Nueva en Venezuela? ¿Quiénes fueron los referentes de dicho movimiento y a qué le cantaban?

– Justo cuando me fui a Buenos Aires aquí estaba surgiendo también la Nueva Canción. Ya en el Sur venía desarrollándose. Indiscutiblemente el más grande referente de ésa época fue Alí Primera. También Gloria Martín, grupos como Los Guaraguao y otros más. Soledad Bravo venía cantando canciones de la guerra civil española (ella nació allá), (Daniel) Viglietti, Violeta (Parra). Paralelamente, a partir del  grupo vocal Contrapunto, que fue muy famoso y que cantaban música tradicional venezolana, salimos muchos grupos y cantantes que apostamos también a nuestra música. Serenata Guayanesa, Gualberto Ibarreto, Lilia Vera, más tarde Un Solo Pueblo, Quinto Criollo.

Cabe la aclaración que ese movimiento no tuvo tanta fuerza como sí la tuvo en Argentina, en Chile. Aquí no fue así. Lo que sí tuvo fuerza fue este auge de la música tradicional venezolana, en ese momento en que estaba pasando lo otro en diferentes países de Latinoamérica. Ese fue el momento en que surgimos todos estos que tu has mencionado. Sí estaban Alí, Gloria Martín, Los Guaraguao, a ellos sí los enmarco yo en el movimiento de la Nueva canción. Pero lo que sí tuvo mucha fuerza hasta el día de hoy es el conocimiento de nuestra música tradicional. No es que antes no lo hubiera pero no había llegado así. Lo que sí se conoció primero aquí fue la música llanera. Aquí quiero decir en Caracas, en la ciudad. La música del llano, el joropo llanero y sus distintas manifestaciones. Eso es lo que más se conocía. Así es que salimos, espontáneamente, sin planificarlo: Serenata Guayanesa como grupo vocal, Lilia Vera, el Quinto Criollo de Maracaibo un poco después, Gualberto Ibarreto, importantísimo, después vino Solo Pueblo, yo también. Eso sí ha tenido una fuerza y una importancia porque a partir de ahí entonces sí se empezó a conocer esta música. También estaba Jesús Sevillano, que formaba parte del Quinteto Contrapunto. Este conjunto fue el que vino a abrirnos los ojos de lo que pasaba en el resto de Venezuela, en cada una de las zonas. Eso fue lo que mas importancia tuvo hasta hoy, que seguimos en eso. No fue el Movimiento de la Nueva Canción como en otros países.

– Hace un rato te mencionaba a Alí Primera ¿Qué importancia tuvo él y otros artistas para dicho movimiento?

– Alí falleció hace 35 años en un accidente automovilístico. Él trascendió muchísimo. En su momento fue muy importante, pero  ha trascendido a través de los años, y hoy en día, en esta situación política que estamos viviendo, en este proceso de cambio, el mensaje de Alí ha sido importantísimo porque se adelantó a esta época. Así que él sigue estando presente en todo momento.

– De alguna manera acompañaste, o continuaste el trabajo de referentes como Simón Díaz. ¿Cúal fue el legado, o la trascendencia que tuvo él en tu trabajo, y en la valoración y difusión de la música criolla venezolana?

Simón Díaz es un personaje importantísimo. Compositor que surgió antes que todos nosotros. Simón, además, era bastante mayor que todos estos jovencitos que venían abriéndose camino. Él fue un compositor maravilloso que retrató. Básicamente cantaba música llanera, ya que él era llanero, entonces su creación fue siempre a través de la música de esa región, pero sin duda es uno de los compositores más importantes que hemos tenido aquí. Yo diría que Simón trascendió también las fronteras, sobre todo con su Caballo viejo, canción con la que daño en otras partes donde, inclusive, le quitaron los derechos. Esa es una creación de él, obviamente, pero lo agarran sellos que piensan que “eso es campo, no se van a enterar si nosotros decimos que esa canción es de nosotros. Esa gente no se entera”, y hubo problemas graves porque es una canción muy pegajosa. A mí me encanta esa canción. Yo no la canto porque lo hace todo el mundo, entonces, que la canten los otros. Hay versiones de todo, en cumbia, de todo tipo de cosa han hecho con la canción, pero bueno, un grupo dijo que esa canción era de ellos y hubo problemas. Hubo que meter abogados, toda esa historia, pero no solamente Caballo viejo. Simón ha sido grabado por muchos artistas de afuera. Fue un personaje maravilloso. Ya no está con nosotros lamentablemente. Fue muy querido, muy conocido, porque además tuvo, en diferentes épocas, programas de televisión. Además él era humorista y muy mediático. Toda Venezuela lo adoraba, porque era muy pero muy querido. Salir con Simón, no te puedes imaginar lo que era: todo el mundo lo saludaba con expresiones de cariño. Era muy querido porque además representaba al venezolano.

«Llevar la contraria, es lo que hemos hecho todos a través de la canción social»

– Además de aquella experiencia en los 70, estuviste en muchas otras ocasiones en Argentina ¿cómo es tu relación con los artistas y con el público de aquí?

– Había empezado aquí antes de que yo fuese a Argentina. Conocí aquí a Mercedes, a Atahualpa, a Buenos Aires 8, a Facundo Cabral, a Víctor Heredia, a Les Luthiers. Después, por supuesto, al llegar a Buenos Aires Mercedes me relacionó con muchísimos otros. Tuve la suerte de cantar con muchísimos artistas argentinos. Aparte de esos tres años que pasé allá solamente he estado cinco años sin ir. Al principio, cuando regresé a Venezuela, en el 76. Obviamente pasé muchos años sin poder ir, entonces, cuando regresé cinco años después, empezó otro tipo de actividad. Viajaba casi todos los años. Lo último que hice fue con Teresa Parodi, con quien queríamos hacer algo juntas y compartir escenario. Al final lo logramos hace dos años y fue una experiencia hermosísima. Hicimos varios conciertos en Buenos Aires. Fue muy lindo. Además, el público argentino es muy cálido, muy cariñoso. Es un gusto enorme cantar allá.

 – ¿Cómo ves la actualidad de la canción social y del folklore, en Venezuela?

– Esa vez que vino Atahualpa para Caracas, y que tuve la inmensa suerte y el privilegio de conocerlo, me dijo una cosa que a mí me marcó para siempre: «Mira, el hecho de que nosotros hagamos la música que hacemos ya nos determina la postura frente a la vida. Sin quererlo o queriendo nosotros haciendo lo que hacemos estamos haciendo política. Nosotros estamos yendo siempre en contra de lo establecido, de lo comercial». Entonces, el hecho de hacer folklore, o música tradicional, como nosotros le decimos, ya es una postura frente a la vida. Ya eso es llevar la contraria, que es lo que hemos hecho todos a través de la canción social, como le dicen a la Nueva Canción. Es ir en contra de la corriente. Así que hacer música tradicional es y seguirá siendo una postura frente a la vida. Yo no separaría Nueva Canción, canción social, del folklore, por lo menos aquí. Eso es una canción social: hacer lo que normalmente no vas a oír en los medios de comunicación. Hay mucha gente haciendo música tradicional venezolana de todo tipo. Unos muy tradicionales, otros basados en la música, en los géneros que son muchísimos. Nuestra música es muy rica, como toda la música de Latinoamérica. Esa mezcla, ese mestizaje  maravilloso que ha dado como resultado estas cosas hermosas.

Hay muchos haciendo música tradicional, pero en algunos casos, con una letra mas actualizada hecha desde las ciudades, desde la situación, la vivencia de una ciudad, que no es lo mismo que una gente que vive en la isla de Margarita, o que vive en un pueblo del llano, pero tiene esa función igual, aunque, viviendo en la ciudad, vas a tener otra visión. Entonces, de los nuevos valores que han surgido, algunos conservan su origen musical, pero de repente con otra letra. Yo tengo la esperanza de que esto va a continuar. No contamos con los medios de comunicación que son un arma importantísima, pero tenemos muchas emisoras de radio comunales, regionales, que hay que aprovecharse de ellas, pero bueno, ahí seguimos, hay mucha gente también apostando a nuestra música a nivel regional. Es un gusto eso. Así que andamos y así seguimos.

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